viernes, 12 de diciembre de 2025

El plan de Europa para interceptar al próximo visitante interestelar como 3I/Atlas

 La misión 'Comet Interceptor' de la ESA tiene como objetivo viajar hasta uno de los futuros objetos interestelares que crucen el sistema solar. Un estudio reciente analiza las dificultades de la misión

 


Ilustración de un objeto interestelar atravesando el sistema solar. (NRAO/AUI/NSF, S. Dagnello)

Por Andy Tomaswick

Ha habido mucha especulación en los últimos meses sobre la naturaleza del objeto interestelar 3I/ATLAS, gran parte de la cual probablemente se deba a la baja calidad de los datos que obtenemos al observarlo desde la Tierra o desde Marte. En cualquier caso, está mucho más lejos de lo que sería ideal para su análisis. Sin embargo, esto puede cambiar en poco tiempo. La Agencia Espacial Europea (ESA) está planeando una misión para acercarse al próximo objeto interestelar o un cometa que esté de camino hacia el sistema solar interior.

 Dadas las limitaciones de la misión, cualquier objeto objetivo potencial tendría que cumplir una serie de condiciones. Un nuevo artículo todavía pendiente de publicación, del profesor Colin Snodgrass de la Universidad de Edimburgo y sus colegas, analiza cuáles son esas condiciones y evalúa la probabilidad de que encontremos un buen candidato en un plazo razonable desde el lanzamiento de la misión.

 Comet Interceptor (CI) es una misión de clase F de la ESA, lo que significa que está diseñada para desarrollarse y lanzarse rápidamente. Después permanecerá en una órbita de espera en el punto de Lagrange L2 Tierra-Sol hasta que aparezca un objetivo adecuado: un Dynamically New Comet (DNC), un tipo de cometa como el 3I/Atlas que estaría entrando en el sistema solar interior por primera vez.

 Si la misión tiene éxito, también podría observar un objeto interestelar mientras atraviesa nuestro sistema solar en su viaje de ida, aunque la probabilidad de que eso ocurra a una distancia razonable en el momento preciso en que CI esté esperando es asombrosamente baja.

 Sin embargo, los DNC son más comunes. El artículo señala 132 de ellos desde 1898 hasta 2023, aunque tienen sus propias peculiaridades con las que lidiar. Muchos son extremadamente tenues y solo se descubren unos meses o años antes de su llegada al sistema solar. Aquí es donde entra en juego otra nueva misión: se espera que el Legacy Survey of Space and Time (LSST) del Observatorio Vera C. Rubin encuentre muchos más DNC de los que jamás se hayan visto antes y, con suerte, proporcione suficiente tiempo para que el equipo de la misión CI pueda analizar un objetivo potencial y determinar su idoneidad.



Representación gráfica de la ESA de la misión Comet Interceptor. (ESA)

Pero incluso si LSST encuentra un candidato razonable, no hay garantía de que un cometa se ilumine hasta un punto que resultara interesante a medida que se acerca al Sol. Tampoco hay garantía de que no se desintegre simplemente antes de que CI se acerque lo suficiente para inspeccionarlo. Dado que la misión solo puede elegir un objetivo potencial, estas incógnitas añaden un elemento de azar lo suficientemente grande como para pensárselo dos veces.

 

Por ello es mejor buscar mediante la teoría de juegos los posibles escenarios para tener una mejor idea de qué esperar al seleccionar un objetivo real. Ese análisis comenzó con algunas restricciones básicas de la misión. Había un delta-v limitado, la energía necesaria para alcanzar el cometa, dadas las limitaciones de la nave espacial que transporta el combustible necesario hasta el punto L2. Los autores lo calcularon en 1,5 km/s, no particularmente rápido según los estándares de las misiones interplanetarias.

CI tendría que interceptar el cometa en algún lugar entre 0,9 y 1,2 ua —aproximadamente en la trayectoria orbital de la Tierra— y, lo que es importante, debe cruzar el plano de la eclíptica donde realmente está la Tierra para estar dentro del alcance. La nave espacial también debe mantener el Sol en un ángulo entre 45° y 135° para garantizar que sus paneles solares funcionen. Y, quizás lo más importante, el sobrevuelo del cometa no puede producirse a más de 70 km/s, ya que el daño resultante del polvo podría destruir las sondas más pequeñas que CI liberaría para estudiar la coma del cometa. Junto con eso, existe un punto óptimo de desgasificación, donde el cometa objetivo debe producir suficiente gas para ser interesante, pero no tanto como para destruir la sonda. El cometa Halley parece ser un límite superior razonable de la desgasificación requerida, según el artículo.

 Los autores abordaron su análisis de cometas históricos desde dos ángulos diferentes. Primero examinaron los ejemplos más interesantes científicamente. Las restricciones para este enfoque incluyeron observar solo cometas que se dirigían hacia el sistema solar en lugar de salir de él, y tener un brillo de magnitud 10, que los autores utilizaron como indicador de actividad. Tras seleccionar con estos criterios, les quedaron nueve candidatos potenciales. Pero tras una inspección más detallada, ninguno era realmente alcanzable dadas las restricciones de ingeniería de la misión. La mayoría estaban demasiado lejos de cruzar la trayectoria de la Tierra o requerían demasiado delta-v para alcanzarlos.

Así que probaron otro mecanismo de selección: filtrar primero por viabilidad. Lo que en la práctica significaba que seleccionaron aquellos que pudieran alcanzarse dentro del presupuesto de delta-v de 1,5 de la misión, manteniendo los requisitos de actividad. Esto lo redujo a tres cometas, todos los cuales fueron encontrados en los últimos 25 años. El más interesante fue C/2001 Q4 (NEAT), que se encontró en 2001, unos 2,5 años antes de que alcanzara su perihelio. Tenía buenos niveles de actividad y podía alcanzarse dentro del presupuesto de delta-v de 1,5 km/s. El único problema era una velocidad de sobrevuelo relativamente alta de 57 km/s, lo que significa que las sondas que CI liberaría para estudiar la coma podrían dañarse, y que habría un tiempo limitado con el cometa para recopilar datos valiosos.

 La probabilidad de encontrar un candidato ideal en la ventana de 2-3 años de la misión CI no es muy alta. Por lo tanto, los operadores de la misión probablemente tendrán que encontrar uno que sea suficientemente bueno y recopilar los datos que puedan sobre él. Esta es una limitación inherente de este tipo de misiones en las que el objetivo final no se conoce hasta después de que la misión haya sido diseñada y lanzada. Pero, con algo de suerte, CI podrá encontrar un buen candidato, muy probablemente con la ayuda de LSST, cuando se lance en 2029. Quizás, si tiene muchísima suerte, incluso encuentre un visitante interestelar con el que encontrarse; si eso sucede, apostaría por nombrar a ese objeto interestelar en particular Rama.

https://www.elconfidencial.com/tecnologia/novaceno/2025-12-08/investigacion-objeto-interestelar-3i-atlas-esa_4261245/

jueves, 11 de diciembre de 2025

Detectan compuestos clave para la vida en cometa 3I/ATLAS

 El cometa interestelar expulsa metanol a unos 40 kilogramos por segundo, muy por encima de lo observado en cometas locales, lo que apunta a una química poco común en este visitante de otro sistema estelar.



El cometa interestelar 3I/ATLAS captado por el observatorio espacial STEREO-A entre el 11 y 25 de septiembre de 2024.Imagen: NASA/Lowell Observatory/Qicheng Zhang

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Habrá que acostumbrarse a las noticias sobre el cometa interestelar 3I/ATLAS, al menos hasta que abandone definitivamente nuestro sistema solar tras su máxima aprobación a la Tierra el 19 de diciembre y su posterior paso cercano a Júpiter en marzo de 2026. 

Y es que su presencia resulta especialmente relevante para la ciencia: es apenas el tercer objeto identificado que procede de más allá de nuestro sistema solar y se está revelando como un laboratorio químico excepcional, capaz de ofrecer pistas sobre la química de objetos formados en otros sistemas estelares.

Metanol y cianuro en el cometa interestelar

Ahora, gracias a observaciones realizadas con el Atacama Large Millimeter/submilliter Array (ALMA) en Chile, un equipo encabezado por Martin Cordiner, del Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA, detectó en 3I/ATLAS abundantes cantidades de metanol (CH₃OH) –una molécula considerada fundamental en la química prebiótica por su papel en la formación de compuestos orgánicos más complejos– y de cianuro de hidrógeno (HCN), otro precursor clave en la síntesis de aminoácidos y bases nitrogenadas, componentes esenciales del ADN y el ARN.

Si bien ambos compuestos se han identificado anteriormente en otros cometas, lo que distingue a 3I/ATLAS es su proporción relativa. Según el nuevo estudio publicado en la revista de preimpresión arXiv, aún pendiente de revisión por pares, la relación entre metanol y cianuro en este objeto alcanza valores solo superados por un caso registrado previamente: el del cometa C/2016 R2 (PanSTARRS), perteneciente a nuestro propio sistema solar.

"Moléculas como el cianuro de hidrógeno y el metanol están en abundancias traza y no son los constituyentes dominantes de nuestros propios cometas", explicó Cordiner a New Scientist. "Aquí vemos que, en realidad, en este cometa alienígena son muy abundantes", agregó.



Mapas espectrales integrados muestran la distribución de cianuro de hidrógeno (HCN) en el cometa 3I/ATLAS durante observaciones realizadas en Chile.Imagen: N. Roth et al./Creative Commons

Cuatro veces más metanol que en cometas locales

En concreto, según reporta el medio científico, el metanol representa alrededor del 8 % del vapor total que emana del cometa –cuatro veces más de lo habitual en los cometas locales– y se está produciendo a un ritmo de unos 40 kilogramos por segundo. 

El cianuro de hidrógeno, por su parte, alcanza una tasa de entre 0,25 y 0,5 kilogramos por segundo, pero proviene principalmente del núcleo rocoso del cometa. En cambio, el metanol también aparece en la coma, la nube de polvo y gas que lo rodea, lo que sugiere un origen más complejo, posiblemente debido a reacciones químicas adicionales en su entorno.

Desde un punto de vista químico, este hallazgo resulta provocador. Y es que, aunque el metanol es relativamente simple, su importancia es fundamental en la cadena que lleva hacia moléculas más complejas esenciales para la vida, como proteínas y aminoácidos, según recogen medios científicos. 

"Parece realmente implausible químicamente que pudieras seguir un camino hacia una complejidad química muy alta sin producir metanol", afirmó Cordiner a New Scientist.

 


Mapas de flujo del metanol (CH₃OH) detectado en el cometa 3I/ATLAS el 18 de septiembre y el 1 de octubre de 2024.Imagen: N. Roth et al./Creative Commons

Características únicas del visitante interestelar 3I/ATLAS

Además de su composición poco común, 3I/ATLAS presenta también características visuales inusuales: su aspecto rojizo sugiere una química superficial distinta, y, además, mostró actividad gaseosa cuando aún estaba muy lejos del Sol lo que sugiere que podría haber pasado cientos de millones de años viajando sin acercarse a otra estrella. En conjunto, estos rasgos apuntan a un cometa muy distinto de los que orbitan dentro de nuestro sistema solar.

El estudio describe además una curiosa asimetría en la distribución de gases: mientras el cianuro parece agotarse en la cara del cometa expuesta al Sol, el metanol se intensifica precisamente en esa dirección. Esta discrepancia podría reflejar diferencias térmicas o estructurales en el núcleo, lo que a su vez ofrecería pistas sobre el origen y la evolución de este inusual visitante interestelar, según explican los investigadores.

Algunos científicos, como Josep Trigo-Rodríguez del Instituto de Ciencias del Espacio en España, ya habían predicho que un cometa rico en metales, como el hierro, podría generar cantidades significativas de metanol debido a reacciones químicas desencadenadas por el calor del Sol, según recoge New Scientist. 

Según su hipótesis no se trataría necesariamente de agua líquida en el sentido clásico, sino de un flujo de líquido oxidante dentro del núcleo –posiblemente resultado de procesos de criovolcanismo– capaz de transformar materiales metálicos en compuestos como el metanol. Que ahora se observe precisamente esa firma química en 3I/ATLAS parece dar peso a esa teoría, aunque aún no permite confirmarla.



El visitante interestelar 3I/ATLAS mostró actividad gaseosa a gran distancia del Sol, sugiriendo cientos de millones de años viajando por el espacio.Imagen: Gianluca Masi/AP Photo/picture alliance

¿Semillas de vida extraterrestre en la Tierra?

Y aunque la explicación científica es ya de por sí apasionante, no han faltado interpretaciones más creativas. El astrónomo de Harvard Avi Loeb, conocido por sus teorías poco ortodoxas sobre visitantes alienígenas, escribió en su blog que esta desproporcionada presencia de metanol podría ser una señal de "amistad interestelar" y bromeó con que 3I/ATLAS podría ser un "jardinero cósmico" más que una amenaza.

Excentricidades aparte, hallazgos como este invitan inevitablemente a un viejo debate: ¿podrían objetos como este haber sembrado los ingredientes de la vida en la Tierra hace miles de millones de años? No se trata de una conclusión del estudio ni existen pruebas directas, de modo que la idea permanece en el terreno de la especulación. Aun así, funciona como un recordatorio de cuánto nos queda por descubrir sobre los visitantes que llegan desde otras estrellas.

Editado por Felipe Espinosa Wang con información de New Scientist, arXiv y Futurism.

Fuente:

https://www.dw.com/es/cient%C3%ADfico-de-la-nasa-detecta-mol%C3%A9culas-esenciales-para-la-vida-en-cometa-3i-atlas/a-75076846

lunes, 8 de diciembre de 2025

GUENNADI BORISOV, UN HÉROE COMETARIO

 


En nuestro ámbito de conversación, la astronomía amateur, hay una cierta tendencia a admirar a los divulgadores de la astronomía, es un sesgo muy común, otro sesgo común es la tendencia a abordar temas cosmológicos (con aproximaciones divulgativas, obviamente), que parecen ser un tema de conversación que nos permitiría brillar como “nerds” en las redes sociales. Pues bien, los héroes de este blog son los astrónomos amateurs que han cimentado la astronomía cometaria. Y el más reciente de ellos es Guennadi Borisov. Nacido en 1962 en la entonces Unión Soviética, Borisov trabaja en el mantenimiento de los telescopios de la Universidad de Moscú y en el diseño de telescopios experimentales para RosCosmos. No es un astrónomo profesional y, sin embargo, es más importante que muchos de ellos. Borisov solamente puede observar en su tiempo libre desde su observatorio personal en Nauchni, en el sur de Crimea. Y lo hace con telescopios diseñados y construidos por el mismo. Ha descubierto varios asteroides y nada menos que 14 cometas desde 2013 (todos con su nombre): C/2013 N4, C/2013 V2, C/2014 R1, C/2014 Q3, C/2015 D4, C/2016 R3, C/2017 E1, C/2019 V1, C/2020 Q1, C/2021 L3, C/2023 T2, C/2024 V1, C/2025 V1 y nada menos que uno de los tres objetos interestelares, claramente un cometa, el I2 Borisov. El cometa interestelar fue descubierto con su telescopio de 0.65 metros, construido en 2019.



Borisov es uno de los últimos héroes de la raza de los descubridores amateur de cometas. Hoy los descubrimientos los hacen los sistemas de grandes telescopios automáticos. Él mismo es un pesimista sobre los descubrimientos de aficionados, que considera próximos a extinguirse. No importa, rindamos más homenajes a Borisov y menos a Santaolalla.

viernes, 5 de diciembre de 2025

¿Está la anticola de 3I/ATLAS orientada hacia el Sol compuesta por un enjambre de objetos? POR AVI LOEB

 


Imagen de 3I/ATLAS del 22 de noviembre de 2025, entre las 3:00 y las 5:00 UTC, basada en el apilamiento de 106 imágenes con exposiciones de 60 segundos, tomadas con un telescopio de 0,30 metros en Sternwarte Feuerstein (http://sfeu.de) en Alemania. La imagen muestra una coma en forma de lágrima con una anticola orientada hacia el Sol, apuntando hacia la esquina inferior izquierda. (Crédito de la imagen: Prof. Dra. Christina Birkenhake).

Durante noviembre de 2025, las imágenes postperihelio del objeto interestelar 3I/ATLAS mostraron una coma en forma de lágrima con una extensión de aproximadamente un minuto de arco hacia el Sol.

Durante el mismo período, el seguimiento de 3I/ATLAS por parte del JPL Horizons reportó una aceleración no gravitacional. Su magnitud es una pequeña fracción, del orden de Δ=0,0002, de la aceleración gravitacional del Sol. En la última versión de JPL Horizons, la aceleración no gravitacional es inversamente proporcional al cuadrado de la distancia heliocéntrica (separación entre el objeto y el Sol), al igual que la aceleración gravitacional del Sol. Esto significa que la relación entre ambas aceleraciones permanece constante a lo largo de la órbita de 3I/ATLAS.

El componente dominante de la aceleración no gravitacional se encuentra en la dirección radial que se aleja del Sol. Una forma sencilla de incorporarla es considerar que 3I/ATLAS acelera en respuesta a una masa solar ligeramente reducida, en una fracción de Δ.

Si 3I/ATLAS está rodeado por un enjambre de objetos que no comparten su aceleración no gravitacional, estos objetos tenderán a estar más cerca del Sol en relación con 3I/ATLAS, ya que 3I/ATLAS se aleja del Sol en relación con los objetos debido a su aceleración no gravitacional. La energía por unidad de masa es una constante que se conserva en las trayectorias moldeadas por la gravedad solar. Sin embargo, la trayectoria de 3I/ATLAS tiene una energía de enlace gravitacional ligeramente menor debido a su reducida masa efectiva solar.

Si los objetos partieran a la misma velocidad y posición que 3I/ATLAS, tendrían un excedente de energía de enlace gravitacional de una fracción de Δ con respecto a 3I/ATLAS. Sin embargo, tendrían la misma energía de enlace y seguirían a 3I/ATLAS si tuvieran la misma velocidad y estuvieran desplazados de su distancia heliocéntrica una fracción de Δ.

En la corriente del perihelio.

Un gran enjambre de objetos tendría una superficie mucho mayor que la de 3I/ATLAS, incluso si su masa total fuera una pequeña fracción de la masa de 3I/ATLAS. Por ejemplo, un billón (=10^{12}) de objetos que contienen una fracción total de tan solo el 0,001 de la masa de 3I/ATLAS equivaldría a una superficie total 100 veces mayor que la de 3I/ATLAS. Este enjambre crearía la apariencia de una coma que refleja el 99 % de la luz solar en el resplandor alrededor de 3I/ATLAS. Esto concuerda con la fracción de luz en la coma que se observa en la imagen de 3I/ATLAS tomada por el Telescopio Espacial Hubble el 21 de julio de 2025 (analizada aquí).

Mientras la aceleración no gravitacional de 3I/ATLAS sea inversamente proporcional al cuadrado de la distancia heliocéntrica, la extensión espacial de los objetos sería del orden de Δ veces la distancia heliocéntrica de 3I/ATLAS, apuntando siempre hacia el Sol. Esta configuración explicaría por qué la forma de lágrima hacia el Sol existía con una extensión angular similar en el resplandor alrededor de 3I/ATLAS mientras se acercaba al Sol, así como ahora, cuando 3I/ATLAS se aleja del Sol.

Si la anticola está asociada con un enjambre de objetos que no se evaporan alrededor de 3I/ATLAS, la pregunta interesante es: ¿cuál es la naturaleza de estos objetos? ¿Son fragmentos rocosos o algo más?

jueves, 4 de diciembre de 2025

Desvelada la naturaleza del cometa interestelar 3I/ATLAS POR JOSEP TRIGO

 

Fuente:

https://theconversation.com/desvelada-la-naturaleza-del-cometa-interestelar-3i-atlas-269565

El desconocimiento y la superstición siguen siendo un caballo de batalla en nuestra sociedad. En torno al cometa 3I/ATLAS se han publicado numerosos titulares sensacionalistas, pero de nuevo la evidencia científica, la interpretación rigurosa y la corroboración de los datos pueden abrirse paso entre todo el ruido generado. En un artículo anterior recogimos su descubrimiento y campaña internacional de estudio, en esta ocasión revisamos su naturaleza y composición.

Composicionalmente similar a los objetos transneptunianos

Desde mi equipo de investigación lidero un reciente artículo que muestra nueva evidencia sobre la naturaleza cometaria de 3I/ATLAS. Este visitante interestelar se muestra como un cuerpo similar a objetos transneptunianos conocidos en el sistema solar, de los que pensamos que proceden ciertas condritas carbonáceas –los meteoritos más antiguos conocidos–. Nuestro estudio corrobora la similitud del visitante interestelar con cuerpos helados transneptunianos.

Nuestro conocimiento sobre meteoritos nos permite ahora ir más allá, revelando su naturaleza prístina, es decir, su estado más puro, original e intacto, sin haber sido alterado. Encontramos presencia significativa de hielo de agua y un contenido en granos metálicos que tampoco es demasiado común en los materiales formativos de esos objetos transneptunianos en la actualidad, tras miles de millones de años de exposición a colisiones y otros procesos.

Estas características han sorprendido a la comunidad científica, y explican su capacidad de desarrollar criovulcanismo –expulsión energética de gases y partículas– conforme se aproxima al Sol.

 


Concepto artístico del comienzo de la actividad criogénica localizada del cometa interestelar 3I/ATLAS, aquí representada hipoteticamente en proximidad a Marte. Josep M. Trigo (CSIC/IEEC)


Incluso si este primitivo cometa tuvo su origen en un sistema planetario distante, los materiales formativos no fueron tan diferentes a los de nuestra vecindad. Una corroboración de que la química que da origen a los planetas, y que empezamos a comprender, suele reproducirse.

Su peculiar envoltura gaseosa

Uno de los aspectos que han sorprendido más a la comunidad científica es que la componente gaseosa que forma la envoltura exterior del cometa 3I/ATLAS es significativamente diferente a la de buena parte de los cometas. ¿Cómo podemos reconciliar esa evidencia?

Final del formulario

En las observaciones realizadas a mayor distancia, obtenidas por los grandes telescopios que lograron captarlo espectroscópicamente, se detectó la presencia de monóxido y dióxido de carbono. Se interpretaron como productos de la sublimación de los primeros hielos, a temperaturas inferiores a las requeridas para la sublimación de hielo de agua. Generalmente, estos compuestos no son comunes en la mayoría de cometas, que suelen mostrar una química más reductora –moléculas en estado reductor–, y están caracterizados por otras especies químicas como el metano o amoníaco.

Una pista clave en la cambiante luminosidad del cometa

Nuestro análisis de la luminosidad del cometa en función de su distancia al Sol muestra que, cuando se acercó a unos 378 millones de kilómetros, se produjo una transición hacia una etapa de sublimación más intensa. En ese punto, la temperatura, cercana a los –71 ⁰ C, había superado el umbral necesario para sublimar el dióxido de carbono sólido –hielo seco–. Como consecuencia, un material líquido de carácter oxidante comenzó a penetrar en el interior del objeto y a interactuar con sus componentes más reactivos: granos metálicos y sulfuros de hierro.

En ese momento, diversas regiones de la superficie se activaron y multiplicaron la producción de gas y polvo micrométrico, incrementando la luminosidad de la coma en varias magnitudes de brillo. A aquella distancia del Sol, el cometa salió de su letargo definitivamente para experimentar lo que denominamos criovulcanismo.

La sublimación de los hielos condujo a una potente desgasificación del núcleo cometario, generando chorros desde las regiones activas, que rotan. El núcleo de 31/ATLAS gira sobre sí mismo en unas 16 horas, como concluyó un estudio reciente.

 


La magnitud de brillo del cometa en función del día juliano y la distancia heliocéntrica (r) en unidades astronómicas. Una flecha marca el comienzo de la activación criogénica del cometa interestelar 3I/ATLAS y también se indica la localización del perihelio, punto más próximo al Sol. Imagen adaptada de (Trigo-Rodríguez et al., 2025) Josep M. Trigo (CSIC/IEEC)

 

La explicación a la abundacia de niquel

Tras nuestra investigación, también podemos explicar la sobreabundancia observada de niquel en la coma del 3I/ATLAS: es consecuencia de los procesos que tienen lugar en la superficie y el subsuelo del cometa. Concretamente de procesos conocidos como reacciones Fischer-Tropsch. En ellas, el agua caliente interacciona con los granos metálicos y genera la catálisis de compuestos orgánicos complejos. Estas reacciones tienden a favorecer la emisión a la coma de compuestos de níquel frente a los de hierro.

Es decir, la fuente del criovulcanismo de 3I/ATLAS debe ser consecuencia de esos procesos de corrosión extensiva de los materiales prístinos preservados en el interior del visitante interestelar. De hecho, hemos calculado que el pasado 29 de octubre, durante su punto más próximo al Sol alcanzó una temperatura media de 4 ⁰ C, permitiendo la extensa participación del agua líquida y promoviendo la aparición de nuevos criovolcanes, como corroboran nuestras imágenes.



A la izda. 3I/ATLAS el 17 de noviembre visto desde Breda, Girona, obtenido por Pau Montplet con un Celestron de 15 cm a distancia focal f:7. A la dcha. el procesado de Josep M. Trigo con un filtro Larson Sekanina revela los abundantes chorros que surgen del núcleo de 3I/ATLAS (aquí visible en negativo). La flecha hacia abajo indica la dirección de la anticola en dirección solar. (Pau Montplet/AstroMontseny)

 

Empleando el telescopio robótico Joan Oró del Observatori del Montsec (IEEC) hemos podido obtener las imágenes más resolutivas de los diferentes chorros de gas y partículas de polvo que se desprenden del cometa 3I/ATLAS.

 


Diferentes chorros emanando del núcleo del cometa 3I/ATLAS en una imagen obtenida con el Telescopio Robótico Joan Oró el pasado 13 de noviembre, empleando un filtro Larson-Sekanina. Josep M. Trigo (CSIC/IEEC)

 

Estudios previos sobre condritas carbonáceas

Para interpretar los procesos que ocurren en el cometa 3I/ATLAS han resultado fundamentales nuestros estudios sobre los procesos de alteración acuosa que experimentaron los llamados asteroides transicionales hace 4 550 millones de años, de donde proceden las condritas carbonáceas, trabajo que venimos realizamos desde la Sala Blanca de Meteorítica y Muestras Retornadas y otros laboratorios del ICE-CSCI.

Anteriores trabajos de nuestro grupo de investigación desvelaron el importante papel de ciertos minerales contenidos en las condritas carbonáceas. Demostramos sus impresionantes propiedades como catalizadores de compuestos orgánicos complejos. Asimismo, la composición química de los más cercanos podría situarlos como interesantes objetivos para la extracción de recursos en el futuro.

El interés científico sobre el 3I/ATLAS continúa con una campaña observacional promovida por el International Asteroid Warning Network (IAWN). Seguiremos participando en el estudio de este cometa interestelar para aprender más detalles sobre su comportamiento.

Vida en otros mundos

Si asumimos un diámetro kilométrico y una composición condrítica para el cometa interestelar 3I/ATLAS, la masa estimada sería superior a seiscientos millones de toneladas. Por tanto, este interesante vagabundo celeste, con su contenido en hielos, materia orgánica, metales y una gran capacidad catalítica para generar compuestos orgánicos complejos, parece buscar un entorno propicio para promover la aparición de vida en otros mundos. Afortunadamente, en nuestro caso pasará de largo.

Fuente:

https://theconversation.com/desvelada-la-naturaleza-del-cometa-interestelar-3i-atlas-269565

El desconocimiento y la superstición siguen siendo un caballo de batalla en nuestra sociedad. En torno al cometa 3I/ATLAS se han publicado numerosos titulares sensacionalistas, pero de nuevo la evidencia científica, la interpretación rigurosa y la corroboración de los datos pueden abrirse paso entre todo el ruido generado. En un artículo anterior recogimos su descubrimiento y campaña internacional de estudio, en esta ocasión revisamos su naturaleza y composición.

Composicionalmente similar a los objetos transneptunianos

Desde mi equipo de investigación lidero un reciente artículo que muestra nueva evidencia sobre la naturaleza cometaria de 3I/ATLAS. Este visitante interestelar se muestra como un cuerpo similar a objetos transneptunianos conocidos en el sistema solar, de los que pensamos que proceden ciertas condritas carbonáceas –los meteoritos más antiguos conocidos–. Nuestro estudio corrobora la similitud del visitante interestelar con cuerpos helados transneptunianos.

Nuestro conocimiento sobre meteoritos nos permite ahora ir más allá, revelando su naturaleza prístina, es decir, su estado más puro, original e intacto, sin haber sido alterado. Encontramos presencia significativa de hielo de agua y un contenido en granos metálicos que tampoco es demasiado común en los materiales formativos de esos objetos transneptunianos en la actualidad, tras miles de millones de años de exposición a colisiones y otros procesos.

Estas características han sorprendido a la comunidad científica, y explican su capacidad de desarrollar criovulcanismo –expulsión energética de gases y partículas– conforme se aproxima al Sol.

 

Concepto artístico del comienzo de la actividad criogénica localizada del cometa interestelar 3I/ATLAS, aquí representada hipoteticamente en proximidad a Marte. Josep M. Trigo (CSIC/IEEC)

Incluso si este primitivo cometa tuvo su origen en un sistema planetario distante, los materiales formativos no fueron tan diferentes a los de nuestra vecindad. Una corroboración de que la química que da origen a los planetas, y que empezamos a comprender, suele reproducirse.

Su peculiar envoltura gaseosa

Uno de los aspectos que han sorprendido más a la comunidad científica es que la componente gaseosa que forma la envoltura exterior del cometa 3I/ATLAS es significativamente diferente a la de buena parte de los cometas. ¿Cómo podemos reconciliar esa evidencia?

Final del formulario

En las observaciones realizadas a mayor distancia, obtenidas por los grandes telescopios que lograron captarlo espectroscópicamente, se detectó la presencia de monóxido y dióxido de carbono. Se interpretaron como productos de la sublimación de los primeros hielos, a temperaturas inferiores a las requeridas para la sublimación de hielo de agua. Generalmente, estos compuestos no son comunes en la mayoría de cometas, que suelen mostrar una química más reductora –moléculas en estado reductor–, y están caracterizados por otras especies químicas como el metano o amoníaco.

Una pista clave en la cambiante luminosidad del cometa

Nuestro análisis de la luminosidad del cometa en función de su distancia al Sol muestra que, cuando se acercó a unos 378 millones de kilómetros, se produjo una transición hacia una etapa de sublimación más intensa. En ese punto, la temperatura, cercana a los –71 ⁰ C, había superado el umbral necesario para sublimar el dióxido de carbono sólido –hielo seco–. Como consecuencia, un material líquido de carácter oxidante comenzó a penetrar en el interior del objeto y a interactuar con sus componentes más reactivos: granos metálicos y sulfuros de hierro.

En ese momento, diversas regiones de la superficie se activaron y multiplicaron la producción de gas y polvo micrométrico, incrementando la luminosidad de la coma en varias magnitudes de brillo. A aquella distancia del Sol, el cometa salió de su letargo definitivamente para experimentar lo que denominamos criovulcanismo.

La sublimación de los hielos condujo a una potente desgasificación del núcleo cometario, generando chorros desde las regiones activas, que rotan. El núcleo de 31/ATLAS gira sobre sí mismo en unas 16 horas, como concluyó un estudio reciente.

 

La magnitud de brillo del cometa en función del día juliano y la distancia heliocéntrica (r) en unidades astronómicas. Una flecha marca el comienzo de la activación criogénica del cometa interestelar 3I/ATLAS y también se indica la localización del perihelio, punto más próximo al Sol. Imagen adaptada de (Trigo-Rodríguez et al., 2025) Josep M. Trigo (CSIC/IEEC)

 

La explicación a la abundacia de niquel

Tras nuestra investigación, también podemos explicar la sobreabundancia observada de niquel en la coma del 3I/ATLAS: es consecuencia de los procesos que tienen lugar en la superficie y el subsuelo del cometa. Concretamente de procesos conocidos como reacciones Fischer-Tropsch. En ellas, el agua caliente interacciona con los granos metálicos y genera la catálisis de compuestos orgánicos complejos. Estas reacciones tienden a favorecer la emisión a la coma de compuestos de níquel frente a los de hierro.

Es decir, la fuente del criovulcanismo de 3I/ATLAS debe ser consecuencia de esos procesos de corrosión extensiva de los materiales prístinos preservados en el interior del visitante interestelar. De hecho, hemos calculado que el pasado 29 de octubre, durante su punto más próximo al Sol alcanzó una temperatura media de 4 ⁰ C, permitiendo la extensa participación del agua líquida y promoviendo la aparición de nuevos criovolcanes, como corroboran nuestras imágenes.

A la izda. 3I/ATLAS el 17 de noviembre visto desde Breda, Girona, obtenido por Pau Montplet con un Celestron de 15 cm a distancia focal f:7. A la dcha. el procesado de Josep M. Trigo con un filtro Larson Sekanina revela los abundantes chorros que surgen del núcleo de 3I/ATLAS (aquí visible en negativo). La flecha hacia abajo indica la dirección de la anticola en dirección solar. (Pau Montplet/AstroMontseny)

 

Empleando el telescopio robótico Joan Oró del Observatori del Montsec (IEEC) hemos podido obtener las imágenes más resolutivas de los diferentes chorros de gas y partículas de polvo que se desprenden del cometa 3I/ATLAS.

 

Diferentes chorros emanando del núcleo del cometa 3I/ATLAS en una imagen obtenida con el Telescopio Robótico Joan Oró el pasado 13 de noviembre, empleando un filtro Larson-Sekanina. Josep M. Trigo (CSIC/IEEC)

 

Estudios previos sobre condritas carbonáceas

Para interpretar los procesos que ocurren en el cometa 3I/ATLAS han resultado fundamentales nuestros estudios sobre los procesos de alteración acuosa que experimentaron los llamados asteroides transicionales hace 4 550 millones de años, de donde proceden las condritas carbonáceas, trabajo que venimos realizamos desde la Sala Blanca de Meteorítica y Muestras Retornadas y otros laboratorios del ICE-CSCI.

Anteriores trabajos de nuestro grupo de investigación desvelaron el importante papel de ciertos minerales contenidos en las condritas carbonáceas. Demostramos sus impresionantes propiedades como catalizadores de compuestos orgánicos complejos. Asimismo, la composición química de los más cercanos podría situarlos como interesantes objetivos para la extracción de recursos en el futuro.

El interés científico sobre el 3I/ATLAS continúa con una campaña observacional promovida por el International Asteroid Warning Network (IAWN). Seguiremos participando en el estudio de este cometa interestelar para aprender más detalles sobre su comportamiento.

Vida en otros mundos

Si asumimos un diámetro kilométrico y una composición condrítica para el cometa interestelar 3I/ATLAS, la masa estimada sería superior a seiscientos millones de toneladas. Por tanto, este interesante vagabundo celeste, con su contenido en hielos, materia orgánica, metales y una gran capacidad catalítica para generar compuestos orgánicos complejos, parece buscar un entorno propicio para promover la aparición de vida en otros mundos. Afortunadamente, en nuestro caso pasará de largo.

viernes, 28 de noviembre de 2025

NO SE DETECTAN SEÑALES DE RADIO DESDE EL COMETA 3I/ATLAS (OBVIAMENTE)


 

El radiotelescopio MeerKAT de Sudáfrica realizó el 5 de noviembre de 2025 una búsqueda de transmisiones de radio de banda estrecha del objeto interestelar 3I/ATLAS. Se detectaron 23.689 señales; sin embargo, se determinó que todas no eran espacialmente consistentes con la posición de 3I/ATLAS y, por lo tanto, probablemente causadas por interferencias de radiofrecuencia de origen humano.

Lo que parece interesantes es que si la señal "WOW" captada en 1977 por el Radiotelescopio Big Ear una sola vez y nunca más se repitió, ahora que el supuesto emisor está varios años luz más cerca no emite nada. Además, si es una sonda sigilosa: ¿por qué se anuncia con una señal? Y, por otro lado, el margen de error del lugar de proveniencia del Atlas respecto a la radioseñal misteriosa es de 9 grados... ¡9 grados! ¿Cuántos millones de galaxias caben en 9 grados de universo?

jueves, 27 de noviembre de 2025

Actualizaciones sobre la aceleración no gravitacional de 3I/ATLAS POR AVI LOEB

 


Imagen de 3I/ATLAS, tomada el 25 de noviembre de 2026. (Crédito: Julien de Winter)

Davide Farnoccia actualiza periódicamente la aceleración no gravitacional del objeto interestelar 3I/ATLAS en el sitio web JPL Horizons de la NASA. El 30 de octubre de 2025, el valor del componente de aceleración radial A1, normalizado a una distancia heliocéntrica de la separación Tierra-Sol (=1 ua), se registró en 1,6 x 10-6 ua por día al cuadrado. Para el 24 de noviembre, el coeficiente A1 se redujo por un factor de 4 a un valor de 4 x 10-7 ua por día al cuadrado. En ese momento, señalé aquí que se pronostica que la distancia mínima perijovia de 3I/ATLAS durante su encuentro con Júpiter el 16 de marzo de 2026 será de 53,445 (+/- 0,06) millones de kilómetros, idéntica, con una desviación estándar, al radio de Hill de Júpiter en el momento perijovial, 53,502 millones de kilómetros. Dentro de ese radio, la gravedad de Júpiter domina sobre la marea solar. Cualquier satélite pequeño depositado fuera de este radio será alejado de Júpiter por la gravedad solar.

Sorprendido por la inesperada coincidencia entre la distancia perijovia de 3I/ATLAS y el radio de Hill de Júpiter el 16 de marzo de 2026, envié a Davide por correo electrónico mi informe sobre esta improbable coincidencia. No recibí respuesta. Sin embargo, en un par de días, el valor A1 indicado en el sitio web JPL Horizons de la NASA (aquí) se revisó a la baja por un factor de 6, hasta un valor de 6,8 x 10-8 ua por día al cuadrado, con un nuevo modelo para la dependencia radial de la aceleración no gravitacional. El nuevo modelo utiliza una dependencia inversa del cuadrado de la distancia al Sol: 1/r², apropiada para la sublimación del interior del hielo de dióxido de carbono (CO₂) a una distancia heliocéntrica de 5 ua. Este nuevo modelo reemplaza la dependencia radial más pronunciada asociada con el modelo anterior utilizado por JPL Horizons de la NASA, adecuado para la sublimación del hielo de agua (H₂O) basado en el trabajo de Brian Marsden y colaboradores, como se describe aquí y aquí. Dadas estas revisiones, el nuevo pronóstico de JPL Horizons para la distancia perijove de 3I/ATLAS es ahora de 53,587 (+/- 0,045) millones de kilómetros, ligeramente fuera del radio de Hill del 16 de marzo de 2026. Sin embargo, este pronóstico se basa en un modelo 1/r² que utiliza contribuciones pasadas de distancias heliocéntricas mayores para explicar la desviación medida de 3I/ATLAS respecto de su trayectoria gravitacional original.

El nuevo modelo de JPL Horizons probablemente sea inadecuado. Existe evidencia sólida de que 3I/ATLAS se volvió más brillante cerca del perihelio de lo que predeciría el modelo 1/r² uniforme. Es probable que la corrección de la dependencia radial de la aceleración no gravitacional de 3I/ATLAS para tener en cuenta esta evidencia reajuste la distancia perijove para que coincida con el valor del radio de Hill. La evolución de la luminosidad de 3I/ATLAS sugiere un perfil radial más pronunciado de la aceleración no gravitacional de 3I/ATLAS cerca del perihelio que el modelo 1/r². Según la imagen obtenida por el Telescopio Espacial Hubble el 21 de julio de 2025 (y publicada aquí), la luminosidad está dominada por la coma y refleja la pérdida de masa si la cantidad total de luz solar dispersa es proporcional a la masa de la coma. La evolución de la luminosidad fue publicada en una nueva preimpresión aquí por Marshall Eubanks y colaboradores. Un informe anterior de Qicheng Zhang y Karl Battams aquí sugirió un perfil de luminosidad pronunciado de 1/r^{7.5} dentro de 2 ua a medida que 3I/ATLAS se acercaba a la distancia del perihelio a 1.36 ua el 29 de octubre de 2025. Adoptar esta dependencia radial pronunciada cambiaría la distancia perijovia esperada hacia una concordancia más cercana con el radio de Hill de Júpiter. La insistencia del Vaticano en que la Tierra se encuentra en el centro del sistema solar no modificó su órbita alrededor del Sol. Por la misma razón, el nuevo modelo de JPL Horizons no modificará la trayectoria real de 3I/ATLAS. En los próximos meses, sabremos si la distancia perijove coincide con el radio de Hill gracias a los datos recopilados a medida que 3I/ATLAS se acerca a su perijove el 16 de marzo de 2026. En particular, los datos astrométricos de las sondas Juno, Juice o Psyche serán muy útiles para resolver la cuestión.

 Dado que 3I/ATLAS estuvo oculto por el Sol a los telescopios terrestres durante su paso por el perihelio —cuando alcanzó la mayor parte de su aceleración no gravitacional—, es posible que solo tengamos una restricción estricta sobre la deriva integrada de 3I/ATLAS con respecto a su trayectoria gravitacional, pero no sobre su dependencia radial cerca del perihelio.

Si se materializa la inusual coincidencia entre la distancia perijove de 3I/ATLAS y el radio de Hill, podría indicar una señal tecnológica. En ese caso, 3I/ATLAS podría lanzar dispositivos tecnológicos como satélites artificiales de Júpiter, potencialmente en los puntos de Lagrange L1 y L2 de Júpiter en la esfera de Hill, donde las correcciones orbitales y los requisitos de combustible son mínimos.

Dentro del diámetro de la órbita de Júpiter alrededor del Sol, la coincidencia entre la distancia perijove y el radio de Hill tiene una probabilidad estadística menor a 0,00004. En caso de que la aceleración no gravitacional se necesitó mucha investigación para lograr esta coincidencia; esta rara coincidencia constituirá la anomalía más notable de 3I/ATLAS hasta la fecha en la lista compilada aquí. El veredicto final sobre este asunto se publicará en el sitio web de JPL Horizons, lo que subraya la ineludible verdad de que la ciencia siempre está en proceso de desarrollo y no debe ser resuelta por la autoridad de los funcionarios de la NASA en conferencias de prensa.

¿La señal “¡WOW!” fue emitida desde 3I/ATLAS? POR AVI LOEB

 


Impresión original de computadora con el mensaje "¡WOW!" de la señal "¡WOW!". (Crédito: Wikimedia)

La señal "¡WOW!" fue detectada el 15 de agosto de 1977 como una potente señal de radio de banda estrecha por el radiotelescopio Big Ear de la Universidad Estatal de Ohio. Se infirió que su origen era extraterrestre. La explicación natural más reciente planteó la hipótesis de que la señal "¡WOW!" se debió a un aumento repentino del brillo de la línea de hidrógeno emitida por una nube interestelar, provocado por una potente fuente de radio transitoria, como la llamarada de una estrella de neutrones altamente magnetizada (magnetar).

La ​​señal "¡WOW!" se originó en las coordenadas celestes de Ascensión Recta (AR) = 19 h 25 m = 291 grados y Declinación (Dec) = -27 grados. El 12 de agosto de 1977, el objeto interestelar 3I/ATLAS se encontraba a una distancia de aproximadamente 600 veces la separación Tierra-Sol (UA), lo que corresponde a un tiempo de viaje de la luz de aproximadamente 3 días. Sus coordenadas celestes eran AR=19h40m=295 grados y Dec=-19 grados. Estos parámetros pueden inferirse con precisión dada la ausencia de aceleración no gravitacional para 3I/ATLAS, como se deduce de mi último artículo.

Por lo tanto, la señal "¡WOW!" estaba separada aproximadamente 4 grados en AR y 8 grados en Dec de la dirección de 3I/ATLAS. La probabilidad de que dos direcciones aleatorias en el cielo estén alineadas a ese nivel es de aproximadamente el 0,6 %. Si la señal "¡WOW!" se originó en 3I/ATLAS, ¿qué tan potente era el transmisor? La intensidad detectada de la señal "¡WOW!" se situó en el rango de 54 a 212 Jansky, con un ancho de banda de aproximadamente 10 kilohercios. A una distancia de 600 UA, esto corresponde a una potencia de fuente de 0,5 a 2 gigavatios, la salida de un reactor nuclear típico en la Tierra.

La señal "¡WOW!" se observó a una frecuencia de 1420,4556 ± 0,005 megahercios, con un desplazamiento al azul de unos 10 kilómetros por segundo hacia la Tierra en relación con la frecuencia central de la línea de hidrógeno. Este desplazamiento al azul es del mismo orden de magnitud, pero menor de lo esperado a partir de la velocidad de aproximación de 3I/ATLAS al Sol, de 60 kilómetros por segundo.

Hasta el momento, ningún radiotelescopio ha reportado datos sobre 3I/ATLAS. Se espera que la coincidencia en la dirección de llegada de 3I/ATLAS y la señal "¡WOW!" motive a los radioobservadores a comprobar si 3I/ATLAS muestra alguna transmisión de radio alrededor de la línea hiperfina de hidrógeno.

 


Trayectoria de 3I/ATLAS al 25 de septiembre de 2025 en relación con planetas y misiones espaciales. (Crédito: Iniciativas Espaciales)

 Esto plantea una pregunta más amplia: en caso de detectar una señal artificial de un objeto interestelar, ¿cómo deberíamos interactuar con él?

Los detalles dependerían de las propiedades del objeto. Para medir estas propiedades, deberíamos intentar utilizar todos los telescopios, tanto terrestres como espaciales.

Entre el 1 y el 7 de octubre de 2025, la sonda Mars Reconnaissance Orbiter de la NASA y las sondas Mars Express y ExoMars de la ESA observarán 3I/ATLAS a su paso a 29 millones de kilómetros de Marte. Posteriormente, entre el 2 y el 25 de noviembre de 2025, la sonda Jupiter Icy Moons Explorer (Juice) de la ESA observará 3I/ATLAS con diversos instrumentos.

La urgencia de una respuesta dependerá de la clasificación del objeto en la escala de Loeb.  Un rango 10 sugeriría una amenaza inminente, similar a la de un visitante en nuestro patio trasero capaz de acercarse a la puerta principal, lo que requiere una respuesta inmediata. Pero incluso un rango bajo requeriría un plan de contingencia debido a las importantes implicaciones para la humanidad si la amenaza se materializa. Debemos considerar la posibilidad de un evento de cisne negro proveniente de objetos interestelares similares a un cometa a gran distancia, pero con consecuencias potencialmente devastadoras para nuestro futuro, como un Caballo de Troya.

Nuestra interacción podría ser comunicada electromagnéticamente mediante una señal de comunicación por radio o láser, o involucrar interceptores que se crucen en la trayectoria del objeto interestelar, aterricen en él o tomen una fotografía de cerca.

Nuestra interpretación de los datos estaría sesgada por nuestro limitado conocimiento. En analogía con los sistemas de inteligencia artificial (IA), el razonamiento humano es tan bueno como su conjunto de datos de entrenamiento. Mientras que nuestro conocimiento se limita a las experiencias en la Tierra, nuestra compañera de cita podría exhibir diseños extraterrestres que van mucho más allá de nuestra percepción actual de la realidad. En ese caso, la comunicación podría ser tan difícil como lo es para las hormigas que miran desde el punto estratégico de una grieta en el pavimento a un ciclista que pasa.