jueves, 27 de mayo de 2021

¿Qué pasaría si un cometa masivo chocara contra el sol?

 

El cometa Lovejoy resurgió después de su viaje a través de la corona solar (Imagen: NASA / SDO)

Por Joshua Sokol

La mayoría de los cometas que pasan junto al sol terminan sus vidas miserablemente. Pero según los nuevos cálculos, un cometa lo suficientemente grande que se sumerge en el sol debería salir con una explosión.

Durante los últimos años, el Observatorio Solar y Heliosférico de la NASA ha descubierto cometas a un ritmo de tres o más por semana a medida que pasan muy cerca del sol. El más pequeño de estos sungrazers (cometas rasantes) no suele llegar muy lejos. "Si eres una bola de nieve suelta, entonces ir al sol es algo que probablemente deberías evitar", dice Karl Battams, experto en sungrazers de la NASA en el Laboratorio de Investigación Naval de EE. UU, En Washington DC.

No es la capa exterior del sol, o corona, la que derrite estos cometas cuando rozan su borde. La corona, aunque está muy caliente, es demasiado fina para transferir mucho calor. En cambio, el intenso resplandor de la radiación solar sublima los hielos en gas que se escapa al espacio o hace que los cometas se rompan.

Pero los cometas observados recientemente lo han acercado más que nunca a la superficie del sol. En 2011, el cometa Lovejoy pasó a través de la corona solar, emergiendo mucho peor por el desgaste, pero todavía de una pieza. El cometa ISON apenas sobrevivió a un viaje similar en 2014.

Entonces, ¿qué ocurriría si un cometa golpeara el sol de frente, chocando contra su atmósfera inferior? "No hay ninguna razón para que no suceda", dice Battams. "El sol es un objetivo bastante grande, y hay suficientes cosas volando en el sistema solar".

Bolas de nieve supersónicas en el infierno

Un equipo dirigido por John Brown, astrónomo real de Escocia, ha calculado la respuesta. “Doy charlas sobre estos y los llamo bolas de nieve supersónicas en el infierno”, dice Brown.

Para alcanzar la atmósfera inferior del sol, un cometa necesitaría una masa de al menos 109 kilogramos, un límite inferior aproximadamente cien veces más pequeño que los cometas ISON y Lovejoy.

Si un cometa es lo suficientemente grande y pasa lo suficientemente cerca, la caída abrupta hacia la gravedad del sol lo aceleraría a más de 600 kilómetros por segundo. A esa velocidad, el arrastre de la atmósfera inferior del sol aplanaría el cometa en un panqueque justo antes de que explotara en un estallido de aire, liberando radiación ultravioleta y rayos X que podríamos ver con instrumentos modernos.

El choque desencadenaría tanta energía como una llamarada magnética o una eyección de masa coronal, pero en un área mucho más pequeña. "Es como una bomba que se lanza a la atmósfera del sol", dice Brown. El impulso impulsado por el cometa podría incluso hacer que el sol suene como una campana con los subsiguientes terremotos que resuenen en la atmósfera solar.

Brown reconoce que el trabajo es especulativo, tanto en el sentido de que aún no se ha visto un cometa que se sumerge en el sol como en la física que determinaría su destino. Un tema que podría marcar una gran diferencia es la propensión mal entendida de los cometas a romperse bajo estrés.

Es probable que un verdadero impactador sea un evento único que puede ocurrir una vez por siglo. Pero pensar en el futuro en el caso de un cometa que golpee el sol es un ejercicio digno para un fenómeno que casi con certeza ha ocurrido en el pasado del sistema solar y volverá a ocurrir en el futuro, dice Brown. En 1994, el impacto del cometa Shoemaker-Levy 9 en Júpiter fue una sorpresa para los científicos planetarios que dudaban que eventos violentos como ese pudieran ocurrir en escalas de tiempo humanas.

Los cálculos también pueden aplicarse a otros sistemas solares, donde las estrellas jóvenes son bombardeadas con muchos más cometas de los que el sol tiene que enfrentar.


martes, 25 de mayo de 2021

CUANDO SE PENSABA QUE EL SOL SE ALIMENTABA DE COMETAS

 


La explicación de cómo se el Sol se mantiene ardiendo desde hace tantos siglos era un verdadero desafío intelectual. No digo siglos por error. La idea misma de un fuego ardiendo por mucho tiempo condicionaba nuestra concepción de la antigüedad de nuestro planeta tanto como los mitos bíblicos. ¿Cuál era la fuente de un fuego tan longevo como el Sol? Carbón era el combustible preferido (bueno, era el mejor que se conocía hasta hace poco), pero hasta los cálculos más optimistas no iban más allá de algunos miles de años si consideramos el tamaño del Sol y lo pensamos lleno de carbón.

La primera teoría sobre un proceso continuo de energía para el Sol fue postulada por el alemán Robert Mayer en 1848, quien, inspirado por la lectura de la obra de Kepler, llegó a la conclusión de que el Sol se alimentaba constantemente de los innumerables cometas que surcan el espacio y se veían atraídos por la gravedad solar. Según sus cálculos, bastaba el impacto de un cometa del tamaño de la Luna por año para que el Sol conservara su energía. La teoría fue desmentida por Lord Kelvin: si millones de cometas y meteoritos han caído durante millones de años en el Sol, una buena parte caería sobre la Tierra. Pero la Tierra no presenta cráteres recientes ni vemos nuestros cielos llenos de cometas, es más, tantos impactos habrían destruido todo, incluso el tamaño del Sol variaría.

El desafío de saber como funcionaba el Sol siguió casi un siglo más y solamente el descubrimiento de la energía atómica nos daría la solución.


miércoles, 19 de mayo de 2021

Inesperado hallazgo de vapores de metales pesados en cometas de nuestro Sistema Solar — y más allá

 

Fuente:
https://www.eso.org/public/spain/news/eso2108/?lang 

Un nuevo estudio, realizado por un equipo belga que ha utilizado datos del Very Large Telescope del Observatorio Europeo Austral (VLT de ESO) ha demostrado que hay hierro y níquel en las atmósferas de los cometas de todo nuestro Sistema Solar, incluso en aquellos más alejados del Sol. Otro estudio, llevado a cabo por un equipo polaco que también utilizó datos de ESO, confirmó que el vapor de níquel también está presente en el cometa interestelar helado 2I/Borisov. Es la primera vez que los metales pesados, generalmente asociados con ambientes calientes, se encuentran en las atmósferas frías de cometas distantes.

"Fue una gran sorpresa detectar átomos de hierro y níquel en la atmósfera de todos los cometas que hemos observado en las últimas dos décadas, unos 20, e incluso en los que están más lejos del Sol, en el entorno frío del espacio", afirma Jean Manfroid, de la Universidad de Lieja (Bélgica), quien dirige el nuevo estudio sobre cometas del Sistema Solar publicado hoy en Nature.

En astronomía se sabe que existen metales pesados en los interiores polvorientos y rocosos de los cometas. Pero, debido a que los metales sólidos no suelen "sublimar" (volverse gaseosos) a bajas temperaturas, no esperaban encontrarlos en las atmósferas de cometas fríos que viajan lejos del Sol. Ahora, estos vapores de níquel y hierro se han detectado incluso en cometas observados a más de 480 millones de kilómetros del Sol, más del triple de la distancia Tierra-Sol.

El equipo belga descubrió la presencia de hierro y níquel en las atmósferas de los cometas en cantidades muy parecidas. En la materia de nuestro Sistema Solar (por ejemplo, la que se encuentra en el Sol y en los meteoritos), suele haber unas diez veces más de hierro que de níquel. Por lo tanto, este nuevo resultado tiene implicaciones para comprender cuestiones relacionadas con el Sistema Solar temprano, aunque el equipo todavía está identificando cuáles pueden ser.

"Los cometas se formaron hace unos 4.600 millones de años, cuando el Sistema Solar era muy joven, y no han cambiado desde entonces. En ese sentido, para quienes nos dedicamos a la investigación astronómica, son como fósiles", explica el coautor del estudio, Emmanuel Jehin, también de la Universidad de Lieja.

Aunque el equipo belga lleva casi 20 años estudiando estos objetos "fósiles" con el VLT de ESO, no habían detectado la presencia de níquel y hierro en sus atmósferas hasta ahora. "Este descubrimiento pasó por debajo del radar durante muchos años", declara Jehin.

El equipo utilizó datos del instrumento UVES (Ultraviolet and Visual Echelle Spectrograph, espectrógrafo echelle para el ultravioleta y el visible), instalado el VLT de ESO, que utiliza una técnica llamada espectroscopia para analizar las atmósferas de cometas a diferentes distancias del Sol. Esta técnica permite revelar la composición química de los objetos cósmicos: cada elemento químico deja una firma única — un conjunto de líneas — en el espectro de la luz de los objetos.

El equipo belga había detectado líneas espectrales débiles y no identificadas en los datos de UVES y, en una inspección más detallada, se dieron cuenta de que estaban indicando la presencia de átomos neutros de hierro y níquel. Una razón por la que los elementos pesados eran difíciles de identificar es que existen en cantidades muy pequeñas: el equipo estima que por cada 100 kg de agua en las atmósferas de los cometas sólo hay 1 g de hierro, y aproximadamente la misma cantidad de níquel.

"Por lo general, hay 10 veces más cantidad de hierro que de níquel, y en esas atmósferas de cometas encontramos aproximadamente la misma cantidad para ambos elementos. Llegamos a la conclusión de que podrían provenir de un tipo especial de material situado en la superficie del núcleo del cometa, sublimando a una temperatura bastante baja y liberando hierro y níquel en aproximadamente las mismas proporciones", explica Damien Hutsemékers, también miembro del equipo belga de la Universidad de Lieja.

Aunque el equipo aún no está seguro de qué material podría ser, los avances en astronomía, como el instrumento METIS (Mid-infrared ELT Imager and Spectrograph, espectrógrafo y captador de imagen en el infrarrojo medio para el ELT), que se instalará en el fututo ELT (Extremely Large Telescope, telescopio extremadamente grande) de ESO, permitirán a los investigadores confirmar la fuente de los átomos de hierro y níquel que se encuentran en las atmósferas de estos cometas.

El equipo belga espera que su estudio allane el camino para futuras investigaciones. "Ahora la gente buscará esas líneas en sus datos de archivo de otros telescopios", declara Jehin. "Creemos que esto también dará lugar a nuevos estudios sobre el tema".

Metales pesados interestelares

Otro destacado estudio publicado hoy en Nature muestra que los metales pesados también están presentes en la atmósfera del cometa interestelar 2I/Borisov. Utilizando el espectrógrafo X-shooter, instalado en el VLT de ESO, un equipo de Polonia observó este objeto, el primer cometa alienígena en visitar nuestro Sistema Solar, cuando el cometa se acercó hace aproximadamente un año y medio. Descubrieron que la atmósfera fría de 2I/Borisov contiene níquel en estado gaseoso.

"Al principio nos costó creer que el níquel atómico realmente pudiera estar presente en 2I/Borisov, tan lejos del Sol. Se necesitaron numerosas pruebas y confirmaciones antes de que finalmente pudiéramos convencernos de que era así", afirma el autor del estudio, Piotr Guzik, de la Universidad Jaguelónica (Polonia). El hallazgo es sorprendente porque, antes de los dos estudios publicados hoy, los gases con átomos de metales pesados sólo se habían observado en ambientes calurosos, como en las atmósferas de exoplanetas ultra-calientes o cometas en evaporación que pasaban demasiado cerca del Sol. 2I/Borisov se observó cuando estaba a unos 300 millones de kilómetros del Sol, aproximadamente el doble de la distancia Tierra-Sol.

Estudiar en detalle los cuerpos interestelares es fundamental para la ciencia, ya que contienen información muy valiosa sobre los sistemas planetarios alienígenas de los que provienen. "De repente entendimos que el níquel gaseoso está presente en las atmósferas cometarias de otros rincones de la Galaxia", afirma el coautor, Michał Drahus, también de la Universidad Jaguelónica.

Los estudios polaco y belga muestran que los cometas del Sistema Solar y el cometa 2I/Borisov tienen aún más en común de lo que se pensaba. Y Drahus concluye con esta reflexión: "Ahora imaginen que los cometas de nuestro Sistema Solar tienen sus verdaderos análogos en otros sistemas planetarios, ¿no sería estupendo?".


sábado, 15 de mayo de 2021

EL COMETA ATLAS c/2020 R4 CERCA DE DOS GALAXIAS

 


Las galaxias que se ven en la Astronomical Picture of the Day del 13 de mayo son NGC 4631 (la que parece una ballena) y NGC 4656 (la que parece un palo de hockey). El cometa más brillante del momento presenta verdes y hermosas coma y cola, y una brillante condensación central de la coma. El crédito de la imagen corresponde al Grand Mesa Observatory.


martes, 4 de mayo de 2021

LANZAMOS LAS ALERTAS COMETARIAS LIADA

 


EL COMETA HALLEY EN “IL MISTERIO DI BELLAVISTA”

 


Luciano De Crescenzo, recientemente fallecido, es una de las personalidades más importantes de la cultura italiana del siglo XX. Profesor de Filosofía Griega y prestigioso autor de decenas de libros académicos sobre el tema, su serie de libros con relatos ambientados en su Nápoles natal lo hizo muy famoso, lo que llevó a una serie de películas basadas en ellos y dirigidas por él mismo, muy recomendables. Una rara avis, un filósofo lleno de sentido del humor y capacidad de observación, un escritor talentoso y un cineasta innovador.  Los relatos giran en torno a un profesor de filosofía jubilado de apellido Bellavista (que en las películas interpreta él mismo) que diserta, a la manera socrática, sobre la vida cotidiana en clave filosófica junto con un grupo de “discípulos”. “El misterio de Bellavista” gira en torno a un supuesto crimen que dos discípulos (el portero del edificio en donde vive Bellavista y un barrendero) creen haber visto cuando toman el telescopio del Profesor y lo apuntan a la ventana de un edificio. La película es del año 1985 y, obviamente, el profesor Bellavista se sumaba a la locura del cometa Halley, aunque quedará en expresión de deseo, porque  el supuesto crimen marcará la trama de la película y se olvidarán del Halley.