lunes, 21 de enero de 2019

EL APORTE DE LOS GLOBOS ESTRATOSFÉRICOS A LA OBSERVACIÓN COMETARIA. BRISSON (Ballon Rapid Response for ISON).



Lanzar un globo estratosférico (la estratósfera se extiende entre los 11 y los 50 kilómetros de altura) tiene una serie de ventajas comparativas con respecto a una misión espacial en cuanto a costos y oportunidades en lo que hace a la astronomía planetaria y en particular a la cometaria. Por empezar, su costo es muy inferior a una misión espacial. Además, la estratósfera permite observaciones en un entorno mucho más parecido al espacio que al de la superficie.  Al ser más sencillo ensamblar un globo a una góndola con instrumental, la respuesta a eventos no esperados como un cometa es mucho más rápida y sencilla, así como también es más sencillo programar una serie de observaciones en el tiempo repitiendo las misiones a un objetivo o a distintos, ya que el globo y la góndola puedan volver a usarse muchas veces (salvo accidentes). Además, la posibilidad de repetir misiones y reutilizar el material ampliaría el número de científicos que podrían tener tiempo de observación. De hecho, participar en observaciones realizadas con globos estratosféricos sería una oportunidad ideal para científicos en las primeras etapas de su carrera.
Las ventajas de diseñar rápidamente una misión específica se comprobaron en enero de 2013 cuando un equipo del Glenn Research Center de la NASA y el Southwest Research Institute (SwRI) ensambló una góndola con un telescopio de 0,80 metros de apertura y un conjunto de cámaras y filtros para cubrir el espectro que va del ultravioleta cercano al infrarojo medio. Su objetivo: el cometa ISON descubierto en septiembre de 2012. La misión se llamó BRISSONy formó parte del esfuerzo por observar este cometa que prometía tanto por su presunto primer paso por el Sol, que permitiría mediciones de CO2 y H2O.
La misión pudo prepararse en 9 meses, aprovechando material ya existente (como el telescopio) e instrumentos diseñados para la ocasión. El lanzamiento se realizó el 28 de septiembre de 2013 en Fort Summer, New Mexico. Lamentablemente, una falla de funcionamiento del telescopio no permitió cumplir con el objetivo de la misión y no se pudo capturar al cometa que se desintegraría poco después del perihelio. A pesar de ello, se pudo lograr una serie de metas técnicas, como mantener la estabilidad del telescopio y cámaras y un aterrizaje exitoso.
En la próxima entrada veremos una misión idéntica, pero exitosa.

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