martes, 29 de diciembre de 2020

EDGAR ALLAN POE Y LOS COMETAS (PARTE 6)

 


Finalmente, el genio nos pone de frente al fin de nuestro planeta contado desde el más allá (pues no hubo sobrevivientes): desprovista de nitrógeno, la atmósfera de oxígeno puro no solamente es tóxica, sino que prepara la gigantesca conflagración:

“¿Necesito pintarte, Charmion, el desencadenado frenesí de la humanidad? Aquella tenuidad del cometa que nos había inspirado previamente una esperanza era ahora la fuente de la más amarga desesperación. En su impalpable, gaseosa naturaleza percibíamos claramente la consumación del Destino. Y entretanto pasó otro día, llevándose con él la última sombra de la Esperanza. Jadeábamos en aquel aire rápidamente modificado. La sangre arterial batía tumultuosamente en sus estrechos canales. Un delirio furioso se había posesionado de todos los hombres y, con los brazos rígidamente tendidos hacia los cielos amenazantes, temblaban y clamaban. Pero el núcleo del destructor llegaba ya a nosotros; aun aquí, en el Aidenn, me estremezco al hablar. Déjame ser breve... breve como la destrucción que nos asoló. Durante un momento vimos una terrible, cárdena luz que penetraba en todas las cosas. Entonces... ¡inclinémonos Charmion, ante la sublime majestad de Dios el grande!, entonces se alzó un clamoroso y penetrante sonido, tal como si brotara de Su boca, y toda la masa de éter, dentro de la cual existíamos, reventó instantáneamente en algo como una intensa llama roja, cuya insuperable brillantez y abrasante calor no tienen nombre, ni siquiera entre los ángeles del alto cielo del conocimiento puro. Así acabó todo”.

La traducción es la de Julio Cortazar y el cuento entero se puede leer aquí:

http://cometasentrerios.blogspot.com/2014/02/el-fin-del-mundo-por-un-cometa.html


No hay comentarios.:

Publicar un comentario