Tan metido estábamos con el Tsuchinshan-Atlas que no
tuvimos tiempo de comentar la espectacular desintegración captada en vivo y
directo.
El C/2024 S1, descubierto el 27 de septiembre de 2024,
tuvo una vida breve y espectacular, como una estrella de rock de las de antes.
Apenas 12 días después de su descubrimiento, ya había tenido un aumento notorio
de su brillo, debido a una ruptura del núcleo, producida por una intensa
liberación de gas y/o fuerzas de marea o rotacionales. Este evento habría sido
una fragmentación, que se repitió poco después, el 18 de octubre, cuando se
iluminó de vuelta. Finalmente, camino al perihelio, la temperatura extrema de
las cercanías del Sol, que ya había evaporado los volátiles del núcleo, calcinó
los materiales más duraderos, ocasionando una gran inestabilidad que terminó
con el núcleo ya debilitado por las dos fragmentaciones… nada menos que
mientras era registrado por las cámaras de la sonda solar SOHO. Un GIF
apocalíptico para el fin de un cometa que prometía, por su pertenencia a la
familia de los cometas rasantes de Kreutz, cometas que rozan casi el Sol,
fragmentos de un cometa antiguo desintegrado hace siglos. A esta familia de
cometas rasantes pertenecen cometas ilustres como el Ikeya-Seki de 1965 y el
Lovejoy de 2011. Igualmente fuen un gran cometa bellísimo mientras duró, así se
veía el 20 de octubre:
Cometa C/2024 S1 ATLAS el 20 de octubre, desde la
granja astro Tivoli, Namibia.
©Michael Jäger, Gerald Rhemann
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