FUENTE:
Un argentino descubrió un
cráter inmenso en las Islas Malvinas y cree que allí ocurrió un suceso
histórico
Maximiliano Rocca, un geólogo aficionado, investigó a fondo una cuenca que
yace bajo el mar al lado de Malvinas y data de 250 millones de años atrás.
Piensa que un cometa se pudo haber estrellado y generado un impacto colosal
Maximiliano Rocca tomó conocimiento en 2002 de que al lado de las Islas
Malvinas había una anomalía circular de enormes proporciones bajo el agua. Un
día de ese año se topó con un paper publicado por el geólogo Michael Rampino,
investigador de la Universidad de Nueva York, que a principios de los ‘90
deslizaba la posibilidad de que esa anomalía se trataba, en realidad, de un
cráter de impacto.
Rocca es analista de sistemas y dedica parte de su tiempo libre a su
afición por la geología, una carrera inició pero no llegó a terminar. Cuando
leyó el artículo quedó muy impresionado. Más lo sorprendió cuando buceó en
Internet y no encontró nada del asunto. El de Rampino era un trabajo muy
interesante, pero breve, no estudiaba en profundidad esa cuenca gigante. “Nadie
parecía haberse hecho eco de ese trabajo. Decidí que yo sería la persona que
investigaría a fondo ese lugar”, dijo Rocca en diálogo con Infobae.
Lo primero que encontró fue un mapa de anomalías gravimétricas de Malvinas
del Servicio Geológico Minero de Argentina (SEGEMAR) que databa de 1997.
Mostraba una tremenda estructura circular al noroeste de Gran Malvinas,
exactamente al lado de las islas.
Como segundo paso, se puso en contacto con geólogos británicos expertos en
Malvinas. En principio, encontró tensión, poca voluntad para colaborar. Hasta
el momento, los ingleses casi ni le habían prestado atención a la geología
submarina que rodea las islas. En uno de los pocos trabajos, los autores
reconocían que había algo misterioso, sin explicación, al noroeste. Allí es
donde ubicaron la cuenca y ahí es donde agregaron un signo de interrogación.
El mapa incluido en un
paper inglés de 1995. Ubica un signo de interrogación en la zona anómala
cercana a Malvinas
Al cabo de unos meses, accedieron a compartir datos de la zona. Para 2004,
Rocca tenía los llamados mapas de anomalías gravimétricas que mostraban un cráter gigantesco de 250 kilómetros de
diámetro. Tenía un primer indicio que confirmaba su presunción, pero
necesitaba más información, requería otros tipos de mapas, los magnéticos, que
no pudo conseguir hasta pasados diez años.
En 2015 conoció al geólogo paraguayo Jaime Báez Presser, experto en
cráteres de impacto, y le preguntó si podía facilitarle mapas de anomalías
magnéticas de Malvinas. En solo unos días le dio acceso a una base de datos
global de mapas magnéticos, que él ni sabía que existía. Otra vez, en esos
mapas había una anomalía ahora positiva de valores magnéticos, congruente con
su teoría.
-Recuerdo que cuando vi esos mapas de Jaime pensé: “No lo puedo creer... esto encaja a la
perfección con un cráter de impacto colosal” -comentó-. La
estructura al noroeste de Malvinas es casi una copia del cráter de Chicxulub en
Yucatán, México, de 200 kilómetros de diámetro y también tapado por sedimentos
más jóvenes. Es el impacto que mató a los dinosaurios hace 66 millones de años.
Con esa información en mano, escribió su primer artículo científico del
tema, junto a Báez Presser como coautor. Lo publicaron en Historia Natural de
la Universidad Maimónides en 2015. Después de ese primer paper, contactó a
Rampino, el descubridor original de la cuenca, y lo puso al tanto de los
avances en la investigación. Trabajaron juntos y en 2017 publicaron un nuevo
informe en la revista Terra Nova de Oxford.
“Fue muy importante porque publicamos en una de las mejores revistas de
geología del mundo y nada menos que en Inglaterra”, recordó Rocca. La
publicación trajo repercusión en la comunidad científica, incluso en la prensa.
El Penguin News, el único diario que se edita en las Islas Malvinas, se hizo
eco del hallazgo.
El mapa de anomalías
gravimétricas compartido por Dietmar Müller. Muestra un
Pasaron algunos años y, desde entonces, hubo algunos avances en la
investigación. Rocca conoció a otro geólogo, Dietmar Müller, de la Universidad
de Sidney, quien le compartió el mejor mapa de anomalías gravimétricas de la
zona. “Este mapa es para la geología como las radiografías para los médicos”,
dijo el investigador argentino.
-¿Qué es lo que se ve ahí?
-Nos enseña qué hay oculto bajo el agua y bajo tierra al lado de las islas
-respondió-. Es una enorme estructura circular de 250 km de ancho con forma de
plato sopero. Lo que en geología se llama una cuenca y tiene todas las
características de un cráter de impacto de asteroide o cometa.
-¿Por qué los geólogos británicos no la habían
reconocido en su momento?
-Ellos se habían dado cuenta de que había una “cuenca” rara en ese lugar,
pero lo que no advirtieron es que podría ser lo que técnicamente en geología se
llama una “cuenca de impacto”. Es decir, una cuenca formada por el impacto de
un objeto cósmico. Esto parece solo un juego de palabras, pero es la realidad.
-Digamos que no se trata de una cuenca más…
-Para nada. Esa cuenca submarina y tapada por sedimentos más jóvenes no es
una cuenca común y silvestre, sino algo único en la zona y en el mundo… un gran
cráter de impacto.
La hipótesis
El cráter solo es visible en mapas geofísicos. No hay rocas a las que se
pueda asociar, lo cual es lógico por la antigüedad que tendría la cuenca. El
impacto habría ocurrido alrededor de 250 millones de años atrás.
Según explicó Rocca, la cuenca tiene dos características que encajan a la perfección con un cráter de impacto
de asteroide o cometa:
1) Muestra un anillo de valores gravimétricos positivos de 250 kilómetros
de diámetro, rodeando un centro de valores negativos. Este patrón es típico de
los cráteres de impacto de tamaño colosal e incluso se repite en los cráteres
de la Luna y Marte.
2) Muestra una tremenda anomalía positiva del campo magnético, lo que el
investigador bautizó como la “Rosa de las Malvinas”, por el color que se suele
usar en los mapas para graficar valores magnéticos máximos.
“Cuando juntamos las dos cosas en el mismo lugar y asociadas a una cuenca
con forma de cráter, la conclusión lógica a la que llegamos es a la de un
cráter de impacto. Es la explicación más simple”, agregó.
La anomalía magnética
que Rocca bautizó como "Rosa de las Malvinas" coincide con el lugar
del cráter situado bajo el agua
Hace unos años, Rocca barajaba como principal hipótesis el impacto de un
asteroide. Hoy se decanta más bien por un cometa. Los asteroides están formados
por rocas, mayoritariamente de silicatos y hierro. No contienen ni hielos ni
gases. En cambio, los núcleos de los cometas son ricos en gas helio-3, están
formados por hielos y dióxido de carbono.
Una investigación reciente de científicos japoneses reporta el hallazgo del
gas extraterrestre helio-3 hace 252 millones de años, sobre el final del
período geológico llamado Pérmico, en Japón. “Esto nos dice que algo puso todo
ese gas extraterrestre en ese momento de la historia. Y lo más fácil para explicarlo es que un cometa golpeó la Tierra”, advirtió
Rocca, que aclaró que por ahora la hipótesis es especulativa, que se necesita
más trabajo para probarla.
Su hipótesis establece que un núcleo de cometa de más de 10 kilómetros de
ancho podría haber impactado hace 252 millones de años en Malvinas, lo cual
coincidiría con la peor extinción en masa de la historia, con la desaparición
del 90% de las especies marinas y el 70% de las especies terrestres del
planeta, con el evento llamado “gran mortandad”.
Para dar cuenta de la magnitud que pudo haber tenido el suceso, trazó una
comparación. Las energías, en estos casos, se miden en una unidad llamada
megatón de TNT. Cada megatón equivale a un millón de toneladas del explosivo
trinitrotolueno (TNT).
Un misil balístico atómico, lo que sería un arma nuclear, tiene una
potencia de 10 megatones de TNT. Ese valor sería suficiente como para arrasar
una ciudad del tamaño de Buenos Aires. Ahora, cuando se trata del impacto de un
cometa, de un objeto cósmico moviéndose a 30 kilómetros por segundo, como el
que formó el cráter de Chicxulub en Yucatán, da un total de 100 millones de
megatones de TNT.
-Si, cien millones de megatones de TNT -repitió Rocca-.
Eso equivale a un terremoto de magnitud 12, muchísimo más potente que cualquier
terremoto que haya ocurrido en la historia. Bueno… el posible impacto en
Malvinas habría liberado una energía similar.
Investigación frenada
Ni bien se publicó el artículo en la revista de Oxford, la cuenca que yace
al lado de las Islas Malvinas cobró mayor notoriedad. Si bien Maximiliano Rocca
logró algunos avances pequeños desde entonces, nunca encontró el apoyo
suficiente de los geólogos ingleses que, según cuenta, optan por el silencio
porque la única explicación que cabe, con los datos disponibles, es la de un
cráter de impacto.
El gran obstáculo con el que se topó es que, para hacer un estudio
minucioso del sitio, se necesitaría hacer una perforación donde está ubicado el
cráter y, de ese modo, obtener muestras de rocas. Sucede que el procedimiento
costaría millones de dólares.
“Para estudiarlo bien y a fondo habría que ir con un barco petrolero de
perforación. Habría que parar justo encima del cráter y perforar unos cuantos cientos de metros para sacar muestras de roca del
sitio mismo del cráter. Los ingleses no quieren ni hablar de hacerlo. Por eso
el tema está paralizado”, advirtió Rocca.
Mientras tanto, un hallazgo que podría echar luz sobre el final de la Era
Paleozoica, de hace más de 250 millones de años, se mantiene en la oscuridad,
escondido bajo el mar.