viernes, 29 de julio de 2016

“LA COMÈTE DE 1857” POR HONORÈ DAUMIER. PARTE IV

Cerramos nuestra serie de entradas sobre los grabados cometarios del gran Daumier con 2 últimas sátiras.
En la primera unas señoras mayores que no pueden concebir el mundo más allá de su barrio.

“Ah, los cometas… siempre anuncian grandes desgracias… No me asombre que la pobre Señora Galuchet haya muerto ayer a la tarde…”



En la segunda, un astrónomo no puede concebir el mundo más allá de sus estudios.
“Querido amigo, acabo de descubrir un cometa y según mis cálculos puedo confiar que se encontrará con nuestro planeta en cuarenta y cinco días” 


miércoles, 27 de julio de 2016

UN POCO DE NUESTRA HISTORIA


Perdonen los lectores si esta entrada es un poco endogámica, pero quisiera compartir unas imágenes que me facilitó Juanma Biagi, colaborador habitual de este blog. Pertenecen a un taller de observación cometaria que el 12 de junio de 2004 nos dieron los amigos de la Asociación Santafesina de Astronomía, encuentro que ha dejado una honda huella en los miembros de nuestra Asociación Entrerriana de Astronomía, lo que deduzco de los recuerdos de los que están en la foto (ya que yo no estaba en la AEA en ese entonces).
Entre los presentes podrán reconocer a Luis Mansilla, actual Presidente de la LIADA y Coordinador de su Sección Cometas, a quien hace poco tuvimos en Oro Verde en el I Encuentro de Astronomía Lunar.

Un saludo a los amigos cometarios de la AEA!!!





martes, 26 de julio de 2016

“LA COMÈTE DE 1857” POR HONORÈ DAUMIER. PARTE III

La espera…

Mientras los parisinos se aprestan y toman todas las precauciones en cuanto a los objetos que podrían necesitar en esa catástrofe que podría venir (una lámpara para cuando los gases de la cola oscurezcan el Sol, paraguas para cuando las nieblas cometarias se transformen en agua que traiga un diluvio)…
Hay quien teme y quien no, observando con un telescopio (el machismo va por Daumier, no por nosotros):




“Adelaide… Adelaide… Me parece que ya veo venir el cometa!!!”
“Mi Dios! Ya el fin del mundo… y nos habían prometido que no vendría antes del 13 de junio!”

“¿Es cierto Señor que el 13 habrá una catástrofe?”
“Parece que hay un poco de esperanza, Marianne, el periódico dice que será el 14”



miércoles, 20 de julio de 2016

“LA COMÈTE DE 1857” POR HONORÈ DAUMIER. PARTE II

En las imágenes que veremos hoy, se ridiculiza la inútil espera de la catástrofe que no vendrá:






Incluidos los ladrones (“¿Lo ve usted, el cometa? Allá arriba… donde termina mi dedo… ¡no pierda de vista mi dedo!”):


Incluidos los astrónomos:


Uno de ellos es tomado por sorpresa (“El astrónomo: “Puede jactarse de haberme asustado terriblemente. ¡Que el Diablo se lleve mi telescopio si yo esperaba recibir su visita!”):

lunes, 18 de julio de 2016

“LA COMÈTE DE 1857” POR HONORÈ DAUMIER. PARTE I

El genial Honorè Victorin Daumier, mucho más que un “caricaturista”, como suele llamárselo, publicó una serie de ilustraciones sobre el falso apocalipsis cometario de 1857 llamada precisamente “La comete de 1857”. Quizás es el más perfecto ejemplo de lo importante que son como símbolos los cometas en la historia de la humanidad. Lamentablemente, me fue imposible encontrar en internet la serie completa presentada como el “lector” del siglo XIX la leyó, con la presentación en serie y con los textos que acompañan cada ilustración. Por alguna peregrina razón, los grabados se reproducen en general por separado aunque su ordenación en conjunto les otorga su sentido completo (lo que se ha comprendido con los “Caprichos” de Goya, por ejemplo).

El primer grabado le será conocido al lector del blog. Esta estupenda imagen del miedo al cometa de 1857 apareció como ilustración una de las primeras entradas, un artículo sobre los miedos cometarios en la historia. Es graciosa la cara de bonhomía del Sol mientras el cometa destruye a la Tierra:




Para la Memoria 2012/2013 de nuestra Sección Cometas usamos esta imagen, una bonita alegoría del azar que rige la observación de nuestros astros favoritos:


Aquí se necesita una nota de traductor. El texto de la imagen dice: “El astrónomo alemán soltando su famoso “canard””. “Canard” en francés significa “pato”, como los que están en la jaula, y “rumor falso”, como lo fue la historia del cometa de 1857.


viernes, 15 de julio de 2016

1857: APOCALIPSIS COMETARIO


El 13 de junio de 1857 el mundo tendría que haber perecido por la colisión con un cometa. Evidentemente, esto no ocurrió. La profecía provino de un predicador de la National Scottish Church, John Cumming, incluida en su libro “Sign of the times” de 1855. La supuesta fuente era un astrólogo alemán que había utilizado la predicción del Director del Observatorio de Bishop, John Russell Hind, del paso cercano de un cometa en junio de 1857. Aunque los científicos llamaran a no preocuparse de los augurios de un astrólogo y un fundamentalista religiosos, lo cierto es que hubo un auténtico temor entre la población por esos días. No todos se lo tomaban tan en serio. En una entrada anterior tradujimos el aviso de una sastrería londinense http://cometasentrerios.blogspot.com.ar/2016/02/cometa-la-moda.html que aprovechaba la histeria para su propaganda, como lo hizo la tradicional revista humorística inglesa “Punch”, como vemos en la ilustración de esta entrada. La misma actitud tenía el famoso político británico, dos veces Primer Ministro, Benjamin Disraeli en una carta a su amiga Sarah Brydges del 7 de junio de 1847 sobre una visita a la ciudad de Torquay:

"El mundo entero teme al Cometa. Dr. Cumming ha declarado que el último día se aproxima... Un filósofo, que se ríe de las implicancias teológicas de la cuestión, y por eso escandaliza a las señoras, las vuelve a escandalizar con su anuncio científico de que el mundo ha sido destruido 27 veces y que, por analogía, volverá a ser destruido, y pronto seguramente, aunque imagina que no lo será el 13. Pero tampoco hay razones para descartar que esto acontezca incluso antes, con tantos agentes destructivos trabajando: en el centro de la tierra un fuego insaciable, mientras que la cola neblinosa de un cometa podría desencadenar un diluvio sobre nosotros si nos rozara. Por ende, en 24 horas podríamos morir abrasados o ahogados. Mientras tanto, si la catástrofe no ocurre, esperamos estar en Torquay para finales del mes que viene". 

martes, 12 de julio de 2016

UN COMETA, POR GIOVANNI PASCOLI


“Il ciocco” es una poema del poeta italiano Giovanni Pascoli, del cual hemos ya presentado algunas traducciones en este blog (http://cometasentrerios.blogspot.com.ar/2014/09/la-oda-al-cometa-halley-de-giovanni.html, http://cometasentrerios.blogspot.com.ar/2016/05/x-agosto-de-giovanni-pascoli-meteoros.html ).
Este poema, cuyo título en castellano sería “El hormiguero”, refleja la sensación que casi todas las personas experimentan frente al conocimiento de las distancias siderales: el sentimiento de pequeñez de lo humano frente al Universo, al que se lo percibe completamente indiferente a nosotros. El poeta escucha de unos campesinos el relato de cómo quemaron un hormiguero y compara su indiferencia para con las hormigas con la del Universo para con nosotros. La descripción astronómica, siguiendo al famoso astrónomo francés Camile Flamarion, conserva siempre ese sentido de magnífica soledad indiferente. Así refiere el paso de un cometa, portador de la destrucción (y aquí se nota la influencia del Carl Sagan de principios del siglo XX):

“Y su camino cruzó el camino
de un mundo roto, y en el camino ardía,
como brillante nube de fuego,
la pólvora de su largo pasaje.
Pero nadie sabe de dónde viene, y cuantos
lejanos espacios ha recorrido el carro
que sin auriga ahora reluce
pasando dañado por las vías del Sol.
Ni nadie sabe qué transportó alrededor
de un desconocido  astro de vida,
quizás entonces sobre él cantaban
tranquilos sus moradores;
cuando golpeó, se fragmentó, corrió
en humo y llamas por los etéreos cauces,
precipitandose contra nuestro  Sol,
derramando su tesoro lejano:
estrellas, que se enciende un momento y luego se apagan,
regando el cielo con un pensamiento de luz”.

jueves, 7 de julio de 2016

ROSETTA FINALIZA SU MISIÓN EL 30 DE SEPTIEMBRE




El próximo 30 de septiembre, Rosetta completará su misión con un descenso controlado sobre la superficie de su cometa.

Este final se debe a la distancia cada vez mayor de la sonda respecto del Sol y la Tierra. A medida que se acerca a la órbita de Júpiter, la energía solar que alimenta la sonda y sus instrumentos es cada vez menor, al igual que el ancho de banda utilizado para la transmisión de datos científicos.
¿Dónde estará Rosetta el 30 de septiembre?
Si a esto sumamos el envejecimiento de la nave y la carga útil, que han soportado un entorno muy adverso durante más de 12 años —dos de los cuales cerca de un cometa con gran cantidad de polvo—, resulta lógico que Rosetta esté llegando al final de su vida útil. 
A diferencia de lo sucedido en 2011, cuando Rosetta entró en un periodo de hibernación de 31 meses durante el tramo más distante de su trayecto, esta vez la nave está desplazándose en paralelo al cometa. La distancia máxima del cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko al Sol (de más de 850 millones de kilómetros) es lo más lejos que Rosetta jamás ha viajado. En consecuencia, en el punto más alejado carece de energía suficiente para garantizar que sus calentadores sean capaces de lograr una temperatura suficiente para su supervivencia.
En lugar de arriesgarse a una hibernación mucho más prolongada, y de la que sería poco probable que saliese, tras una serie de consultas con el equipo científico de Rosetta celebradas en 2014, se decidió que la nave seguiría al módulo Philae en su camino hacia el cometa. 
Las últimas horas del descenso permitirán a Rosetta realizar numerosas mediciones únicas, incluyendo imágenes de altísima resolución que incrementarán el retorno científico de la misión con datos de gran valor que solo pueden recopilarse en una fase final como esta. 
No obstante, las comunicaciones terminarán en cuanto la sonda alcance la superficie del cometa, seguidas de las operaciones.
“Estamos intentando incluir el mayor número de observaciones posibles antes de que se agote la alimentación solar —explica Matt Taylor, científico del proyecto Rosetta de la ESA—. El 30 de septiembre finalizarán las operaciones de la nave y en ese momento los equipos pasarán a centrarse exclusivamente en cuestiones científicas. Al fin y al cabo, ese es el fin con el que se lanzó la misión y aún nos quedan muchos años de trabajo para analizar exhaustivamente todos esos datos”. 
En agosto, los operadores de Rosetta comenzarán a cambiar su trayectoria con vistas a su gran final, en la que la nave irá acercándose al punto más próximo del cometa a lo largo de una serie de órbitas elípticas. 
“Planificar esta fase resulta mucho más complejo de lo que fue para el aterrizaje de Philae —reconoce Sylvain Lodiot, responsable de operaciones de la sonda Rosetta—. Las últimas seis semanas resultarán especialmente difíciles, ya que trazaremos órbitas excéntricas alrededor del cometa y esto es, en muchos aspectos, aún más arriesgado que el propio descenso final. 
“Cuanto más nos acercamos al cometa, mayor influencia tiene su gravedad no uniforme, por lo que debemos controlar más la trayectoria y aumentar el número de maniobras; así, nuestros ciclos de planificación tendrán que ser mucho más breves”.
Fuente:

viernes, 1 de julio de 2016

LA PARTICIPACIÓN ARGENTINA EN EL PRIMER COMETA ARTIFICIAL (PARTE III)

“Como por razones científicas la demora no podía extenderse más allá de las 48 horas la última chance para no postergar el experimento estaba fijada en la madrugada del 27 de diciembre. Por lo tanto, en el atardecer del 26 se repitieron los pasos ya conocidos del 24 de diciembre con paciencia y fe, aunque las previsiones meteorológicas no auguraban nada bueno. En la isla estaba lloviendo permanentemente desde hacía una semana. A las 23.03 de Papetee el avión argentina estaba en la cabecera 22 listo para despegar, pero un amenazador semicírculo de cúmulus nimbus desaconsejó el movimiento por algunos minutos. No obstante, había decisión de no fracasar en esta ocasión final y radar mediante se pudo definir un estrecho corredor entre las células convectivas para habilitar el decolaje con seguridad. Las ruedas del TC-91 se escurrieron por la húmeda pista exactamente a las 23.06 de aquella noche, más propicia para el descanso que para aventuras espaciales.
Tres horas después el B-707 volaba en el FL 410 y estaba en condiciones de comenzar el primero de los dos circuitos de espera programados. Aunque las informaciones recibidas a bordo desde los puestos terrestres de observación indicaban su inoperabilidad por causas meteorológicas, el Convair 990 de la NASA había podido decolar normalmente y estaba próximo a la posición requerida para cumplir su tarea. Catorce minutos después, el TC-91 abandonó el último circuito de espera y, con una velocidad de navegación, rumbo y altura constantes se orientó hacia el Punto 8 de su programa de vuelo… Esa posición debía ser alcanzada con toda precisión a las 02:32 hora local para coincidir con la inyección de bario y luego, haciendo la corrida de observación, reunir la información sobre la experiencia”.
“Teniendo en cuenta las malas condiciones del tiempo que existían sobre los observatorios terrestres, el Comodoro Valenzuela indicó que se inyectase solamente la mitad del bario que había sido planeado originariamente, ya que a escasos minutos del lanzamiento únicamente disponía de dos observatorios aéreos: el aparato argentino y el aparato de la NASA”.
“Tal como había sido organizado a la hora señalada del 27 de diciembre de 1984 el satélite IRM inyectó en el espacio 1.250 kgs. de bario en forma automática y con absoluta normalidad. Mientras que el sonido de radio era total en la red que participaba en el experimento, los científicos observaban el fenómeno producido por la nube de bario en sus monitores TV, reflejando la ansiedad en sus rostros ajados por la vigilia y la fatiga de los días anteriores. A los cuatro minutos de formarse el primer cometa artificial creado por el hombre se formó una segunda cola, que arrastró gran parte de los iones y los llevó en otra dirección”.
“Como se empleó la mitad de la carga de bario, sólo se pudo observar y filmar el acontecimiento alrededor de 15 minutos. Los contenedores restantes que aun retiene el satélite se destinarán a la formación de un nuevo cometa artificial en 1985, también en el hemisferio sur, con lo cual finalizará este tramo del proyecto AMPTE a partir de satélites. Cumplida la tarea que tanta incertidumbre había causado a todos quienes participaron de la experiencia, el vuelo se completó en un clima muy diferente”.
Fuente: Rubén Oscar Palazzi: “El primer cometa artificial” en “Aeroespacio” nº 444/marzo-abril 1985.

El nuevo cometa artificial de bario se formó el 18 de julio de 1985, también con activa participación argentina.