La Luna lanza al espacio 200 toneladas de agua cada
año
Por José Manuel Nieves
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Descubren que a 8 cm bajo la superficie lunar existe
una reserva de agua que el continuo impacto de meteoritos está «devolviendo» al
espacio
Que la Luna dispone
de importantes reservas de agua es algo que los científicos saben desde hace ya
varios años. Agua congelada, por supuesto, en forma de hielo
extraordinariamente puro en el fondo de profundos cráteres que jamás reciben la
luz del Sol, pero también mezclada, aunque en menor cantidad, con el polvo y
las rocas de la superficie lunar.
Ahora, un nuevo estudio publicado en la revista Nature
Geoscience acaba de revelar que nuestro aparentemente reseco satélite está
perdiendo ese agua, y a un ritmo considerable: cerca de 200 toneladas cada año. La culpa la
tienen los meteoritos que caen casi continuamente sobre nuestro satélite.
Según han podido comprobar los científicos planetarios
Mehdi Benna, del Centro de Vuelos Espaciales Goddard de la NASA en Greenbelt,
Maryland, y Dana Hurley, del Laboratorio de Física Aplicada de la Universidad
Johns Hopkins en Laurel, Maryland, los impactos de pequeños meteoroides
impulsan, con frecuencia, polvo y gotas de agua a la tenue atmósfera de nuestro
satélite. Y allí, en la atmósfera lunar, es precisamente donde la nave Lunar
Atmosphere and Dust Environment Explorer, de la NASA, consiguió verlas.
Los investigadores, en efecto, fueron capaces de detectar
con los instrumentos de la sonda hasta 29 liberaciones de agua entre octubre de
2013 y abril de 2014, y justo en los momentos en que la Luna pasaba a través de
lluvias de meteoros bien conocidas. Según los científicos, cuanto más fuerte
sea la corriente de meteoros, más partículas (y agua) son lanzadas al espacio
desde la Luna.
"La Luna es golpeada por diminutas partículas de
polvo todos los días -explica Dana Hurley- y, de vez en cuando, vuela a través
de corrientes de meteoros, y entonces el bombardeo se vuelve más intenso".
De hecho, las mayores detecciones de agua en la atmósfera lunar se detectaron
precisamente al mismo tiempo que la Luna pasaba a través de esas corrientes.
"Eso nos hizo pensar -prosigue la investigadora- que estábamos
presenciando la liberación de agua lunar por los meteoroides".
Más seco que el desierto más seco
En su artículo, los investigadores explican que la
cantidad de agua detectada por los sensores de la sonda era demasiado alta para
provenir de los propios meteoros. En cambio, proponen que la mayor parte de ese
agua probablemente se desprendió de los granos del suelo lunar próximos a
los lugares de impacto.
Según los cálculos de Hurley y su equipo, en el transcurso
de un año los meteoritos pueden llegar a liberar alrededor de 300 toneladas de
agua del suelo de la Luna. Alrededor de un tercio de ese agua vuelve a caer en
algún otro lugar del satélite, incluidas las áreas permanentemente en sombra
cerca de los polos. Pero el resto, unas 200 toneladas anuales, se pierde para
siempre en el espacio.
Los análisis realizados muestran que el agua lunar está
oculta bajo una capa de aproximadamente 8 centímetros de suelo completamente
seco. Su concentración, sin embargo, apenas es del 0,05%, con lo que ese
subsuelo "húmedo" jamás podría llegar a convertirse en un terreno
fértil: Según Hurley, a pesar del agua que contiene, ese suelo sigue siendo más seco que el desierto más seco de la
Tierra.
Un cometa helado
Los investigadores creen que el agua podría proceder
del impacto de un cometa helado hace cientos de millones de años, y que ahora
toda ella se está perdiendo (a un ritmo de 200 toneladas al año) por culpa de
los meteoritos. Con todo, su presencia en la superficie podría permitir que a
partir de 2024 (año en que la NASA quiere volver a enviar hombres a la Luna),
toda ese agua fuera extraída tanto para el consumo
humano como para obtener combustible.