Fuente:
https://rastreadoresdecometas.wordpress.com/author/rastreadoresdecometas/
La parte sólida de un cometa,
denominada «núcleo», es un conjunto de gases congelados mezclados con polvo y
que fuera descripto por Fred Whipple en 1950 como una «bola de nieve sucia».
Aunque hoy en día, se instala la idea que se trata más bien de una «bola de
polvo helado».
A medida que el cometa se aproxima
al Sol -es la llamada distancia heliocéntrica o R- y que se va calentado
progresivamente, de modo que los diferentes «gases sublimados» fluyen de la
superficie del núcleo; llevando consigo grandes cantidades de polvo que
reflejan la luz solar, hacen brillar el cometa y forman las brillante «coma
gaseosa» y a posteriori las famosas colas.
El cometa se ha calentado lo suficiente para que el agua (H2O) se convierta en
el principal gas emitido por el núcleo.
Entre los gases hay numerosas
especies químicas (átomos, moléculas e iones), algunos de ellos producidos por
disociación de las moléculas originales.
La importancia de la contribución del agua a la «magnitud visual del cometa» va
siendo entonces progresivamente mayor, hasta convertirse en dominante.
Otro componente de la coma digno de
mención, por ser frecuentemente característico y dominante en el rango visual,
es el carbono diatómico C2, que produce en el espectro de emisión del cometa
las denominadas «bandas de Swan», dos de las cuales aportan un color
verde-azulado a su coma.
La disociación del agua produce el
radical hidroxilo (OH), cuya presencia es detectable con radiotelescopios. Del
análisis de su espectro puede obtenerse la tasa de producción de agua, mediante
los radiotelescopios.
La tasa de producción de
agua que denominaremos abreviadamente Q está relacionada con la distancia
heliocéntrica (r), a través de dos parámetros: Ho y n, característicos de la
actividad del cometa.
He aquí el trabajo
preliminar sobre el reciente cometa C/2023 P1 (Nishimura).
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