La obra del vate de la
literatura italiana es tan amplia que no podía faltar el objeto de nuestro
interés., los cometas. La astronomía de Dante es la astronomía aristotélica de
la Edad Media, que además le sirvió estupendamente para ese viaje iniciático
que es su obra suprema, la Divina Comedia. En su etapa final, luego de haber
viajado por el Infierno guiado por Virgilio y por el Purgatorio, llega al Paraíso, donde su guía es Beatrice y
en los cielos están los astros perfectos, y la única referencia a los cometas
está en el Canto 24:
Cosí Beatrice; e quelle anime liete
si fero spere sopra fissi poli,
fiammando, volte, a guisa di comete
En la traducción de
Bartolomé Mitre:
Beatriz dijo, y las
almas ledamente,
globos que en polos
fijos van rotando,
cual cometas, difunden
luz ingente
Sorprende que los
cometas, que suelen ser portadores de desgracias en la Edad Media, ya que se
los relacionaba con vapores ígneos sumamente tóxicos y cercanos a la Tierra,
aparezcan en el Paraíso y con una función positiva. Y además, parece haber una
referencia a que giran como los demás astros, lo que era una opinión muy
minoritaria, que quizás Dante recogió en Séneca (vale la pena ahondar sobre
esto).
Quizás a la acepción
más medieval de los cometas se deba otra mención (más incierta) en la obra de
Dante. En “Il Convivio” (II, XIII, 21-22) hay referencia (citando a Séneca) a
que “en la muerte del Emperador Augusto se vio en lo alto una bola de fuego, y
que en Florencia, al principio de su destrucción, se vio en el aire la figura
de una cruz, una gran cantidad de vapores que siguen a la estrella Marte” (la
traducción provisoria es nuestra). No olvidemos que hasta el siglo XVII una de
las teorías más aceptadas es que los cometas se formaban de los vapores que
desprendían los planetas”.
Parece sugestivo que
Dante no use para estos supuestos vapores, cercanos a la Tierra, el sustantivo
cometa y sí para una comparación con astros regulares en su movimiento.
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