Es
interesante cómo la observación visual se ve acorralada por la astrofotografía
(que indudablemente da un registro exacto de formas), al punto que buena parte
de los astrónomos amateurs sostiene y creen que ya no tiene sentido poner el ojo
en el ocular. El caso de los cometas es aleccionador sobre esa falacia.
Hay
dos mitos modernos relacionados con dicha falacia:
1)
El estudio de los cometas se hace con fotografías. No, el dato más importante
que puede aportar la astronomía amateur, y que solamente puede aportar ella, es
la determinación de la magnitud a través de una curva de luz. Bien, las
estimaciones visuales siguen siendo la manera más acertada de calcular el
brillo de un cometa, porque podemos estimar la totalidad del difuso brillo que
se capta con el ocular mientras las fotografías solo pueden dar lugar a la
fotometría de la coma interior. Hace poco lo leíamos en Sky and Telescope: “En
el caso de los cometas telescópicos, las curvas de luz suelen incluir
observaciones electrónicas que, por lo general, miden solo la coma más interna,
así como estimaciones realizadas con telescopios amateurs más grandes. Ambos
tienden hacia el lado débil. Jonathan Shanklin, coordinador de la Sección de
Cometas de la British Astronomical
Association, señala que los observadores que utilizan el ojo desnudo o
binoculares generalmente estiman una magnitud más brillante” (https://skyandtelescope.org/astronomy-news/status-report-and-expectations-for-comet-tsuchinshan-atlas/?utm_source=cc&utm_medium=newsletter).
Esta es la razón por la que hasta hace poco las fotometrías que no fueran
visuales no se permitían en las bases de datos, yo creo que hoy se permiten
porque la observación visual disminuye muchísimo cada año. Las causas son
varias, pero básicamente creo que se debe al preconcepto en favor de “lo
tecnológico” que hace mucho más atractivo el uso de complicados instrumentos,
además de que lo visual carece de atractivo para la difusión en redes sociales,
algo que parece ser el objetivo primordial de los astrofotografos.
2.-La
magnitud del cometa es la que indica los programas como Stellarium y similares,
que vienen del Minor Planet Center. Falso, porque dichas magnitudes son
estimadas en función de variables como tamaño y distancia del Sol y la Tierra,
no son reales, la magnitud real es la que se observa en un día determinado. El
mapa no es el territorio. Y esas magnitudes estimadas del MPC no tienen en
cuenta, ni podrían hacerlo, los estallidos y otros eventos inesperados de la
actividad cometaria. ¿Acaso no saben que los cometas son impredecibles? El problema
es que la mayoría de los astrofotografos incluyen la magnitud estimada por el MPC
en sus imágenes como si fuera verdadera.
Sigamos
observando y reportando.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario