Hace
pocos días nos enteramos que, gracias al trabajo de un grupo de científicos
ciudadanos se habían descubierto posibles particulares interestelares (las
primeras muestras materiales provenientes de fuera de nuestra sistema solar) en
las muestras de polvo cometario atrapadas en el aerogel de la sonda Stardust en
2006. Aquí la noticia (http://rastreadoresdecometas.wordpress.com/2014/08/17/stardust-recupera-particulas-interestelares/):
Los
científicos que estudian el cargamento que trajo la sonda Stardust de la NASA en su retorno a la Tierra en 2006 habrían
encontrado entre las muestras recogidas siete raras y microscópicas partículas
de polvo interestelar que se remontan a los inicios del sistema solar. Si esto se confirma, estas partículas serían
las primeras muestras contemporáneas de polvo interestelar.
Un
equipo de científicos ha “peinado” el aerogel
y los recolectores de polvo desde el retorno de Stardust en 2006. Las
siete partículas probablemente tengan su origen fuera del sistema solar, quizás
se crearon en una explosión de supernova hace millones de años y han sido alteradas por la exposición al
extremo ambiente espacial. Podrían
ser las primeras muestras contemporáneas confirmadas de polvo interestelar.
El
reporte de la investigación apareció en el número del 15 de agosto de la
revista “Science”. Otros 12 papers sobre las partículas aparecerán la semana
que viene en la revista “Meteoritics
& Planetary Science”.
"Son
los objetos más estimulantes que hayamos tenido nunca para estudio en el
laboratorio y es un verdadero triunfo haber llegado tan lejos en su análisis
como lo hemos hecho”, dijo Michael Zolensky, curador del laboratorio de
Stardust en el Johnson Space Center de NASA en Houston y coautor del paper
aparecido en Science.
Stardust
se lanzó en 1999 y retornó a la
Tierra el 15 de enero de 2006, en el Utah Test and Training
Range, 80 millas
al oeste de Salt Lake City. El “Stardust
Sample Return Canister” (Contenedor de Retorno de Muestras de Stardust) fue
transportado a una instalación de conservación en Johnson, en el que los recolectores
de Stardust permanecen preservadas y protegidas para su estudio científico.
Dentro
del contenedor, un recolector de muestras similar a una raqueta de tenis
capturó las partículas en un aerogel de sílice mientras la sonda espacial
volaba a 149 millas
(unos 240 kilómetros ) de
un cometa en enero de 2004. En el lado opuesto del recolector se encuentran las
partículas de polvo interestelar capturadas por la sonda en su viaje de 7 años
y 3.000 millones de millas.
Los
científicos advierten que se deben realizar pruebas adicionales antes de poder
decir definitivamente que son residuos del espacio interestelar. Pero si lo
son, las partículas podrían explicar el origen y la evolución del polvo
interestelar.
Las
partículas son mucho más diversas, en términos de composición química y
estructura, de lo que los científicos esperaban. Las más pequeñas difieren en
gran medida de las más grandes y parecen haber tenido historias diferentes.
Algunas de las partículas más grandes parecen tener una estructura mullida,
similar a un copo de nieve.
Dos
partículas, cada una de apenas dos micrones (milésimas de milímetro) de
diámetro, fueron aisladas luego de que sus huellas fueron descubiertas por un
grupo de científicos ciudadanos. Estos
voluntarios, que se llaman a sí mismos "Dusters," escanearon más de
un millón de imágenes como parte del proyecto de ciencia ciudadana de la University
of California, Berkeley, sin el cual hubiera sido imposible encontrar estas
agujas en un pajar.
Una tercera huella, siguiendo la dirección del
viento durante el vuelo, fue dejada por una partícula que aparentemente se
movía tan rápido (más de 10 millas, 15 kilómetros, por segundo) que se evaporó.
Los voluntarios identificaron las huellas dejadas por otras 29 partículas que,
según se comprobó, fueron expulsadas por la sonda hacia los recolectores.
Cuatro de las partículas reportadas en “Science”
fueron encontradas en las láminas de aluminio entre los paneles de la bandeja
del recolector. Aunque las láminas no fueron originariamente diseñadas como
superficies de recolección de polvo, un equipo internacional dirigido por la
física Rhonda Stroud del Naval Research Laboratory buscó en las láminas e
identificó cuatro agujeros en el que había material compuesto por elementos que
tienen el perfil de partículas de polvo interestelar.
Tres de estas cuatro partículas, con un ancho
de solo pocas décimas de un micron, contienen compuestos sulfúricos que algunos
astrónomos consideran que no aparecen en
el polvo interestelar. Preliminarmente, un equipo de investigación planea
continuar con el análisis del restante 95% de los paneles para tratar de
encontrar tantas partículas como sean necesarias para entender la variedad y el
origen del polvo interestelar.
Las supernovas, las gigantes rojas y otras
estrellas evolucionadas producen polvo interestelar y generan elementos pesados
como carbón, nitrógeno y el oxígeno necesario para la vida. Dos partículas, etiquetadas
Orion y Hylabrook, serán sometidas a nuevos análisis para determinar su número
de isótopos de oxígeno, lo que podría generar una prueba más sólida de su
origen extrasolar.
Los científicos del Johnson escanearon la mitad
de los paneles a diversas profundidades y convirtieron dicho escaneos en
películas que se subieron a la web, donde los “Dusters” pudieron acceder a la
filmación y buscar huellas de partículas.
Cuando varios “Dusters” etiquetaron una
probable huella, Andrew Westphal,(autor principal del artículo de Science) y su
equipo verificaron las identificaciones. En el millón de cuadros escaneados
hasta ahora, cada uno de medio mílimetro cuadrado, los “Dusters” encontraron 69
huellas, mientras que Westphal encontró dos. Treinta y una de estas huellas
fueron extraídas, junto con el aerogel circundante, por los científicos del
Johnson y enviadas a la UC Berkeley para su análisis.
El Jet Propulsion Laboratory de NASA en,
Pasadena, California, dirige la misión Stardust para el Directorio de Misiones
Científicas de la NASA (“Science Mission Directorate”), en Washington. La sonda
espacial fue desarrollada y operada por Lockheed Martin Space Systems, de Denver.
Y este grupo de “dusters” me dio la oportunidad
de extraer del cajón de los recuerdos una nota aparecida en el Diario Uno de
Paraná el 30 de marzo de 2013 sobre las actividades que se realizaban en
nuestro Observatorio y que son, nada menos, ciencia ciudadana (http://edimpresa.unoentrerios.com.ar/v2/noticias/?id=79781):
Ciencia
Ciudadana en Oro Verde
Desde
la Asociación Entrerriana de Astronomía se colabora desde la astronomía amateur
La
Asociación Entrerriana de Astronomía (AEA) ha tenido un papel central en la
divulgación de la astronomía en nuestra provincia desde sus mismos inicios en
1976. La observación del público de los objetos astronómicos más destacados los
sábados a la noche (el horario actual es de 20,30 a 22,30) es ya un paseo
clásico en la ciudad de Oro Verde. Los alumnos de las escuelas pueden disfrutar
de las visitas guiadas que se realizan en los días de semana y los residentes
en Paraná han podido disfrutar varias veces de los telescopios de la asociación
en las numerosas ediciones de Astrocostanera que se desarrollaron en la
costanera del Parque Urquiza.
Una
faceta menos conocida de los astrófilos de Oro Verde es el rol que cumplen en
lo que modernamente se conoce como “ciencia ciudadana”, es decir, la
colaboración entre científicos profesionales y gente común en la investigación
científica.
La
astronomía es una de las ramas de las ciencias en las que el trabajo entre
profesionales y amateurs es más prolífico, de hecho hay ciertos estudios que no
pueden ser llevados a cabo sin la colaboración de los astrónomos aficionados (y
de vocación). Son los estudios que requieren una gran cantidad de observaciones
que los astrónomos profesionales no están en condiciones de realizar, no
solamente por falta de tiempo sino también por falta del entrenamiento en la
observación. Muchos astrónomos profesionales han mirado una o dos veces en su
vida por un telescopio, ya que realizan trabajos teóricos exclusivamente. Por
supuesto, para colaborar con proyectos científicos, el astrónomo amateur debe
respetar las reglas estándar de cada tipo de observación requerida.
La
labor del astrónomo amateur consiste en realizar el mayor número posible de
observaciones de calidad y reportarlas a la institución correspondiente. Los
centros receptores de las observaciones pueden ser asociaciones de astrónomos
amateurs o centros dependientes de Universidades, pero siempre son de carácter
internacional. Las observaciones reportadas por los astrónomos amateurs se
integran a una base de datos que está disponible para el uso de la comunidad
astronómica en general. Es común que investigadores soliciten a estas
asociaciones internacionales la realización de determinado tipo de observación
y las asociaciones hacen llegar dichos pedidos a los astrónomos amateurs.
Los
proyectos de la AEA
En
la AEA se realizan distintos tipos de observaciones que se reportan para su uso
científico.
La
Sección Cometas realiza la observación visual y el registro fotográfico de los
cometas visibles en nuestros cielos. Los datos que se deben determinar son el
brillo del cometa al momento de la observación, el diámetro y el grado de
condensación de la coma (el envoltorio gaseoso que rodea el núcleo y refleja la
luz solar) y el grado de inclinación de la cola (si la hubiere), indicando
siempre lugar y fecha de la observación. Es curioso saber que, salvo la
inclinación de la cola, todos los demás indicados sólo pueden determinarse por
la observación humana, ya que el ojo es más sensible que cualquier registro
fotográfico para determinar la luz difusa de un cometa a través de un
telescopio. El comportamiento impredecible de los cometas hace necesaria una
constante observación para poder captar eventuales estallidos o
fragmentaciones.
Los
métodos son la observación por el telescopio o binoculares, la realización de
un croquis de la observación y el cálculo de los datos a reportar. Las imágenes
fotográficas que realiza la Sección Astrofotografía son esenciales también y se
reportan igualmente.
Los
reportes y las fotografías se envían a la Sección Cometas de la Liga
Iberoamericana de Astronomía, que incluye reportes de todo el mundo.
La
Sección de Meteoros realiza observaciones a ojo desnudo de los meteoros que
ingresan a nuestra atmósfera. Para ello se necesita observar al cielo desde un
lugar cómodo y durante un lapso prolongado, trazando en una carta estelar los
meteoros (o “estrellas fugaces”) que surcan el campo de visión. Los datos a
reportar son el número de meteoros, la lluvia meteorítica a la que pertenecen,
su brillo, su velocidad, día, hora y lugar de observación. Las observaciones se
reportan a la Sección Materia Interplanetaria de la Liga Iberoamericana y a la
International Meteor Organization. Sin la labor de los aficionados es imposible
conocer los datos sobre meteoros, debido a la imposibilidad de realizar
cálculos automatizados
La
Sección Estrellas Variables realiza observaciones de estrellas que, por
diversas causas, presentan una variación en su brillo, sea de manera constante
en un patrón de incremento y descenso, sea de manera ocasional, como el
estallido de novas y supernovas. La observación consiste en estimar el brillo
de la estrella variable, lo que se realiza a través de su comparación con el
brillo de estrellas más y menos brillantes que se sabe que no varían en brillo,
reportándose día y hora. A nivel latinoamericano, la Sección Estrellas
Variables de la Liga Iberoamericana de Astronomía, y a nivel internacional, la
American Asociation of Variable Star Observers, reciben los reportes.
La
Sección Lunar acaba de ser creada y todavía no ha concretado sus proyectos. Se
trabaja en la observación de distintos accidentes del relieve lunar, a fin de
informar las características de brillo y sombra que permitan relevar datos como
altura y la composición geológica. Otros proyectos lunares incluyen el
relevamiento de nuevos cráteres producidos por micrometeoritos y el monitoreo
de eventuales Fenómenos Lunares Transitorios, destellos luminosos en la
superficie cuyo origen todavía no ha sido explicado. Las observaciones se
reportan a la Asociation of Lunar and Planetary Observers.
La
Sección de Astrofotografía es un pilar fundamental de las observaciones que se
realizan, ya que las fotografías permiten obtener información adicional a las
observaciones visuales, integrándose también a la astrogalería del Museo
ubicado en el Observatorio de Oro Verde.
Desde
Entre Ríos al mundo, nuestra provincia aporta su granito de arena al
conocimiento del universo.
APARTADO
1
Una
historia meteorítica
El
punto más alto de la colaboración de la Asociación Entrerriana de Astronomías
con científicos profesionales fue la recuperación, en abril de 2008, de
fragmentos del meteorito Berduc, caído en nuestra provincia. Fue una de las
contadas ocasiones en las que se pudo recuperar un fragmento meteorítico antes
de las 24 horas de su ingreso en la atmósfera. La recuperación de los
fragmentos permitió su estudio científico por un grupo de especialistas
europeos, encabezados por el español Josep Trigo Rodríguez, autor, entre tantas obras, de los libros
“Meteoritos” y “Las raíces cósmicas de la vida”. Esta colaboración entre la AEA
y uno de los referentes a nivel mundial en el estudio de la materia
interplanetaria se plasmó en el artículo “The Berduc L6 chondrite fall:
Meteorite characterization, trajectory,and orbital elements”, aparecido en el
número de 2010 de Meteoritics & Planetary Science.
APARTADO
2
Ciencia
ciudadana en el mundo
En
el mundo la ciencia ciudadana es una tendencia creciente. En astronomía ha
ganado espacio lo que se conoce como “data mining” (minería de datos en
ingles), que consiste en extraer información desconocida de grandes bases de datos
conocidos pero no suficientemente analizados. El astrónomo amateur puede
colaborar, por ejemplo, analizado los datos obtenidos por telescopios o sondas
espaciales. Actualmente la tecnología permite la obtención de un volumen
descomunal de información que la comunidad científica no puede procesar por sí
sola. Dos ejemplos de “data mining” en los que miembros de la AEA han
colaborado son el “Seti at home” y “Icehunters”. El primero consiste en
permitir que nuestra computadora personal se integre a una red mundial y que,
en los espacios de tiempo en que la computadora se encuentra inactiva, un
programa especial analice las señales captadas por la red de radiotelescopios
del programa en busca de una señal de una civilización extraterrestre.
“Icehunters” propone que los cibernautas analicen astrofotografías de los
confines del sistema solar, el cinturón de Kuipert, buscando cuerpos celestes
que sean interesantes de visitar para la sonda espacial New Horizons, cuyo
destino principal es el ex planeta, ahora planeta enano, Plutón.
APARTADO
3
Ciencia
Ciudadana en Argentina
A
nivel nacional se destaca la labor de la Asociación Argentina de Observadores
de Cuerpos Menores. Se trata de un grupo de observatorios particulares
pertenecientes a astrónomos amateurs que llevan adelante en conjunto distintos
proyectos relacionados principalmente con la obtención de astrometrías de
cometas y asteroides. Las astrometrías son determinaciones exactas de la
ubicación de un cuerpo celeste. Las reportan al Minor Planet Center, en donde
se integran las distintas bases de datos que permiten establecer las órbitas de
los cuerpos menores de nuestro sistema solar. Y no es una tarea menor, ya que
conocer las órbitas de cometas y asteroides sirve para poder prever, y
eventualmente prevenir, una colisión con la Tierra que podría tener las
consecuencias que sufrieron los dinosaurios hace 65 millones de años.
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