Tras la
accidentada aventura de Philae, prosigue
la investigación científica del cometa 67P/Churyumov–Gerasimenko, con la
sonda Rosetta acompañándolo en su fase de acercamiento al Sol hasta llegar al
perihelio el 13 de agosto de 2015. Los datos obtenidos durante las 64 horas que
duraron las baterías del lander continúan siendo analizados, a la espera de que
un golpe de suerte permita que se vuelvan a cargar cuando aumenten las horas de
luz solar.
Ya sin la
preocupación del “acometizaje” de Philae, la órbita de Rosetta se fija para aprovechar
al máximo sus instrumentos científicos en la fase de escolta al cometa. Entre
el 3 y el 13 de diciembre se abandonó la órbita de 30 km . de acercamiento para
pasar a una de 20 km .
que permitió mapear partes extensas del núcleo a alta resolución, y para
recoger gas, polvo y plasma. El aumento progresivo de la actividad del núcleo
promete fascinantes oportunidades para obtener datos científicos antes de que
la actividad se intensifique y obligue a alejar la órbita.
Los accidentados
aterrizajes de Philae fueron aprovechados (una especie de “desgracia con
suerte”) por el instrumento Ptolomeo para obtener muestras de tres lugares
distintos del núcleo cometario en su búsqueda de compuestos orgánicos,
especialmente en el polvo eyectado tras el primero, unos 20 centímetros . Las
oportunidades se triplicaron pero no sabemos los resultados todavía.
Sí sabemos los
resultados del análisis del vapor de agua analizado por el espectrómetro de
masas ROSINA. Era un resultado muy esperado. Resulta que el contenido en
deuterio del agua del cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko triplica el de los
océanos terrestres a diferencia de los valores medidos en otros cometas de la
familia de Júpiter.
Los análisis de
ROSINA sobre la composición isotópica de los diversos gases presentes en la
coma del 67P incluyeron, claro está, el vapor de agua (gran parte de los hielos
que conforman la componente volátil del cometa es hielo de agua). La incógnita
estaba centrada en el porcentaje de deuterio presente en las moléculas de agua.
El deuterio es hidrógeno pesado (su núcleo contiene un neutrón adicional). Se
esperaba que el cociente deuterio/hidrógeno presente en el vapor de agua del
67P Churyumov-Gerasimenko fuera similar al agua de los océanos terrestres, ya
que dicho cociente en los dos cometas de la llamada “Familia de Júpiter”
estudiados (45P/Honda-Mrkos-Pajdusakova y 103P/ Hartley 2) así lo era. Pero el
67P resultó un cometa de la “Familia de Júpiter” distinto (¿debido a su núcleo
binario?): su cociente deuterio/hidrógeno triplica el de los océanos terrestres.
Obviamente, con solamente
3 cometas de la “Familia de Júpiter” estudiados, no podemos saltar a
conclusiones sobre el origen del agua en la Tierra. Lo cierto es que el cociente
D/H de los cometas provenientes de la nube de Oort estudiados (el Halley, el
Hale-Bopp, el Hyakutake, entre otros) es diferente al agua terrestre.
Los resultados
de Rosina parecen reforzar la idea de que el agua nos vino de algunos de los
asteroides que impactaron sobre la
Tierra (y sobre la
Luna , como se puede apreciar en su accidentada superficie
intacta por la falta de atmósfera y de erosión) en el llamado “Gran Bombardeo
Tardío”, que se produjo hace entre 3.900 y 3.700 millones de años.
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