“This island
Earth” es una excelente película de ciencia ficción clásica, con grandes
efectos para la época, que básicamente eran efectos de color, lo que le da esa
cualidad hipnótica y psicodélica propia de las escasa películas de los 50 en
colores. El héroe también es típico de los 50, un grandote desabrido haciendo
de científico atómico pero no de científico loco sino de científico fornido y
ganador con las mujeres. Las cosas empiezan a ponerse extrañas cuando un
extraño rayo verde lo salva de morir en un accidente aéreo
y luego le llegan
por correo unas cajas con elementos de alta tecnología para armar un aparato
que le permite comunicarse con un extraño hombre llamado Exeter, quien lo
invita a formar parte de un conjunto de científicos que tratan de llevar la paz
al mundo… reunidos en una extraña mansión en un lugar desconocido.
Allá van
nuestro héroe y nuestra heroína a la
mansión, sin desconfiar tampoco de quienes la manejan, pese a ser unos
extraterrestres más obvios que ET:
Pues bien, estos frontudos secuestran a la incauta
pareja y la llevan al planeta Metaluna, asediado por una lluvia constante de
meteoritos lanzados por los Zigons, que viven en un planeta (y ahora viene la
parte que nos interesa) que es un cometa extinto:
Metaluna tiene un escudo protector pero se les está
acabando el uranio que lo mantiene encendido. El cruel tirano de Metaluna
quiere “vaciar” la mente de los terrícolas para encontrar la solución o bien
colonizar la Tierra, para ambas cosas usaría a los bizarros mutantes esclavos
de los metalunianos:
Finalmente
Exeter se niega a cumplir estas órdenes y… todo se va al demonio (no contaré el
final).
Recomiendo
ver esta peli y luego volver a la genial revisión que hicieron en Mistery
Science Theater 3000.
¿Podrían
albergar los cometas extintos una raza civilizada?
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