Esta imagen del telescopio espacial Hubble muestra
el antiguo cometa 332P/Ikeya-Murakami desintegrándose a medida que se acerca al
Sol. Crédito: NASA, ESA, y D. Jewitt (UCLA).
El
telescopio espacial Hubble de NASA/ESA ha obtenido una de las observaciones más
detalladas de un cometa rompiéndose a 108 millones de kilómetros de la Tierra.
En una
serie de imágenes tomadas durante un periodo de tres días en enero de 2016, el
Hubble reveló 25 bloques compuestos por una mezcla de hielo y polvo que ha
dejado el cometa a la deriva, que se desplazan a la velocidad de un adulto
caminando. Las observaciones sugieren que el cometa, llamado
332P/Ikeya-Murakami, que tiene una edad aproximada de 4500 millones de años,
puede estar girando tan rápido que expulsa material de su superficie. Los
escombros resultantes se hallan ahora esparcidos en una estela de 4800
kilómetros de longitud.
Estas
observaciones proporcionan datos acerca del comportamiento volátil de los
cometas, que empiezan a evaporarse cuando se acercan al Sol, apareciendo
fuerzas dinámicas. El cometa 332P se encontraba a 240 millones de kilómetros
del Sol, poco más allá de la órbita de Marte, cuando el Hubble observó su
rotura.
La observación
de tres días revela que fragmentos del cometa aumentan y disminuyen de brillo
por la rotación de zonas con hielo en su superficie al entrar y salir de la luz
solar. Sus formas también cambian, cuando se rompen. Los restos helados
componen cerca de un 4 por ciento del cometa progenitor y varían en tamaño
entre los 20 metros y los 61 metros. Se alejan unos de otros a una velocidad de
pocos kilómetros por hora.
Los investigadores sugieren que la luz solar
calentó el cometa, produciendo la erupción de chorros de gas y polvo en su
superficie. Como el núcleo es tan pequeño, estos chorros actúan como motores de
cohetes, acelerando el giro del cometa. Esta rotación más rápida despide
fragmentos de material que quedan flotando por el espacio.
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