viernes, 21 de octubre de 2016
LA NOCHE EN QUE LAS ESTRELLAS CAYERON COMO LLUVIA. LA TORMENTA DE LAS ANDROMEDIDAS EN 1872.
Hace ya un par de años, publicamos una entrada sobre
el cometa Biela, el primer cometa cuya desintegración fue confirmada:
http://cometasentrerios.blogspot.com.ar/2014/09/el-cometa-biela.html
Fue un cometa muy particular, porque además fue
descubierto 3 veces, en 1772, en 1805 y en 1826, sin saber que era el mismo
objeto. La fragmentación en 2 mitades, una grande y una pequeña, fue observada
en 1846 y luego en 1852, pero en 1859 y 1865 no se lo pudo observar. El
consenso es que se habría desintegrado y hoy el cometa lleva la denominación 3D/Biela,
la D por “dead”. Pero el Biela se niega a abandonarnos. Tampoco apareció en 1872,
al menos en forma de cometa. Pero sus partículas se precipitaron sobre la Tierra
con particular intensidad la noche del 27 de noviembre de 1872. Los astrónomos chinos
dijeron que “las estrellas cayeron como lluvia”. No fue para menos.
Otra peculiariedad del Biela fue el ser uno de los primeros
cometas reconocido como causante de una lluvia de meteoros, lo hicieron los astrónomos
Weiss y Galle en 1867, pocos años después de que Schiaparelli (el que da nombre
a la sonda que acaba de descender sobre Marte) realizara la primera conexión cometa-lluvia
de meteoros (con las Perseidas).
El perihelio fantasma de lo que quedaba del Biela
produjo la que quizás es la lluvia de meteoros más importante de la historia. Esa
noche, desde el observatorio italiano de Moncalieri (¡cuantas glorias dio
Italia a la astronomía!) se observó el cumplimiento de la profecía de los astrónomos
alemanes: hubo una lluvia de escombros del Biela: 33.400 meteoros en 6 horas y
medias con picos de 400 meteoros cada 90 segundos. Así se veían la lluvia que
ahora conocemos como “Andrómedidas” (y en ese entonces como “Bielidas”):
Exactamente 12 años después (o luego de dos pasadas
de la Tierra por la órbita de restos cometarios del Biela), el 27 de noviembre
de 1885, se produjo una segunda tormenta de meteoros, aunque mucho menos
intensa, 100 meteoros por hora. Luego, por años, las Bielidas/Andromedidas
desaparecieron, hasta que a mediados del siglo XX comenzaron a ser registradas
esporádicamente, en estudios fotográficos de otras lluvias. Pero el Biela, como
los monstruos de las películas, se niega a morir. En 2011se produjo un inesperado
pico de 50 meteoros por hora, que los amantes de los meteoros esperamos pueda volver
a repetirse.
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