domingo, 30 de junio de 2019

GIORDANO BRUNO Y LOS COMETAS



Giordano Bruno es una de las personalidades de la filosofía menos conocidas. Suele aparecer en las historias de la astronomía para la divulgación, en las que se lo menciona como un científico adelantado a su tiempo que postulaba la infinitud del universo y que nuestro Sol era una estrella más en ese universo sin centro en el que muy probablemente casi todas las estrellas tuvieran planetas habitados como el nuestro. Esas eran sus ideas, pero no provenían de los datos científicos. En la segunda mitad del siglo XVI el único dato científico era el muy poco conocido libro de Copérnico que postulaba que el centro del universo era el Sol. Sus ideas provenían del estudio concienzudo de la filosofía y la física antigua, de la recuperación de ideas minoritarias como las de Aristarco. La descripción del universo que hace Giordano Bruno es asombrosamente moderna, mucho más acertada que las que pudieron hacer Galileo o Kepler posteriormente, pero no provenía de la experimentación científica sino del análisis filosófica de la física aristotélica. Fue un filósofo y no un científico, y como filósofo tuvo una muerte digna, luego de años en los calabozos de la Inquisición en Roma, negándose a abjurar y hasta a besar el Crucifijo que quizás lo hubiera salvado de ser quemado vivo en la plaza Campo dei Fiori en Roma el 17 febrero de 1600, Muerte de filósofo, con más dignidad que la que tuvo Galileo al retractarse (pero quien puede culparlo). Otro error común es hacerlo un mártir de la ciencia, cuando fue un mártir del libre pensamiento, ya que fue ejecutado por herejía religiosa, ya que la Iglesia en ese momento no tenía una posición tomada oficialmente sobre el geocentrismo.
Hemos rescatado dos párrafos en su obra, de muy engorrosa lectura, sobre los cometas, en los que afirma que son planetas errantes, otra vez teniendo más claras las ideas que Galileo o Kepler. Cita a los antiguos, es probable que su fuente sea Séneca:
“Los cometas son indiscutiblemente planetas, que se mueven también regularmente, como la Tierra, la Luna, Mercurio, etc., por eso el número de los planetas que se mueven en torno a este Sol todavía no está definido, pues no se ha investigado ya que tampoco se le ha dado crédito. Ahora bien, no es difícil de descubrirlo al que lo investigue, si bien no de manera total, sino teniendo en cuenta, con los que siempre son visibles, aquellos que lo son de vez en cuando, pues puede ocurrir que haya otros que nunca nos sean visibles. Por tanto, el orden de los cuerpos de la esfera mundana, tal como se la imaginan y la pintan estos pobres (astrónomos contemporáneos) no existe en ningún sitio” (En “Ciento Sesenta Artículos contra los matemáticos y filósofos de nuestra época”).
Del infinito: el Universo y los mundos
“Concluiremos que los llamados cometas son una especie de astro, como bien dijeron y entendieron los antiguos, y que son un astro tal que (aproximándose a este astro nuestro y alejándose de él con un movimiento propio en virtud de un acercamiento y retroceso) parece en primer lugar que aumente, como si se encendiera, y luego disminuya, como si se extinguiera; y no se mueve alrededor de la Tierra, sino que su movimiento propio es el que es, con independencia del movimiento diario propio de la Tierra, la cual al girar sobre sí misma produce las salidas y ocasos de todas esas luces que hay fuera de su circunferencia” (En: “Del infinito: el Universo y los mundos”).

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