lunes, 22 de diciembre de 2025

LA GRAN PROCESIÓN METEÓRICA DE 1913 EXPLICADA

 

En la entrada anterior nos referimos a uno de los eventos meteóricos más extraños registrados: un desfile de bólidos que cruzaron el cielo por más de 3 minutos en 1913. Ahora vamos a referirnos a la teoría más aceptada para su explicación. Los primeros estudiosos de este extraño fenómeno (Chant, Denning, Pickering) ya consideraban que se trataba de un pequeño asteroide capturados como satélite temporario por la Tierra, o por su nombre técnico “temporarily captured orbiters (TCO)”, obviamente se trata de asteroides cercanos a la Tierra o NEOs. Modernamente se considera que hay al menos un TCO, o mini-Luna, orbitando a la Tierra permanentemente, una vez cada 10 años habría un TCO de 5 a 10 metros de diámetro, y una vez cada 100000 años la Tierra capturaría un TCO de 100 metros de diámetro. El momento más probable para que la Tierra capture un TCO es cerca del perihelio (desde finales de diciembre a inicios de febrero), lo que coincide con la gran procesión de meteoros de 1913 (fue el 13 de febrero). El estudio más reciente (2018, en el American Journal of Astronomy and Astrophysics) es de Martin Beech y Mark Comte: “The Chant Meteor Procession of 1913-Towards a descriptive model” (a este evento también se lo conoce por el apellido del primer astrónomo que lo estudión, Clarence Chant). Asi podemos resumir la explicación que se esboza en este estudio (la traducción nos pertenece): “La Procesión de Meteoros Chant del 13 de febrero de 1913 parece ser un buen candidato para la categoría de TCO. La hora del evento, a principios de febrero, y su baja velocidad aparente coinciden con las predicciones de Granvick et al. Sin embargo, aquí se sugiere que el objeto original se fragmentó antes de que los fragmentos individuales, o cúmulos de meteoroides, entraran en contacto con la atmósfera terrestre siguiendo trayectorias de ángulos poco profundos. Por lo tanto, se considera que el objeto original tenía una estructura de poca cohesión, una pila de escombros escasamente cohesionados, y se supone que, en algún momento de su órbita, pasó cerca o incluso dentro del radio de Roche (es decir, a menos de 200.000 km) y se separó gradualmente en una serie de fragmentos y cúmulos de meteoroides. Fue la entrada de estos fragmentos, de forma escalonada y secuencial, lo que provocó la aparición de la Procesión de Meteoros Chant”. Según Beech y Conte, “Los relatos recopilados de testigos oculares de la Procesión de Meteoros Chant, si bien siempre enfatizan el vuelo lento, prolongado y casi horizontal de los cúmulos de meteoros individuales, rara vez enfatizan el brillo, lo que sugiere que las masas de los meteoroides debieron ser relativamente pequeñas, ya que cuanto mayor sea la masa del meteoroide, más brillante parecerá para una velocidad dada. Por consiguiente, parece apropiado poblar la cadena inicial de grupos de meteoroides con una serie de, digamos, 50 meteoroides de 1000 kg de masa, y al menos un número igual de meteoroides de 500 kg, moviéndose al unísono pero distribuidos en un arco de unos 15 000 km de longitud antes de chocar con la Tierra. La masa y el diámetro de un objeto progenitor capaz de producir tal cadena de fragmentos serían del orden de 75 000 kg y 3,5 metros, respectivamente. Obviamente, un cuerpo de mayor masa inicial podría proporcionar más fragmentos, y posiblemente de mayor tamaño, que las cifras recién presentadas (…) Con un diámetro inicial de varios metros, el supuesto objeto precursor de la Procesión de Meteoros Chant podría considerarse de un tamaño bastante típico para un TCO, ya que la Tierra encuentra este tipo de objetos cada década. Lo que hizo a la Procesión de Meteoros Chant tan espectacular y, a la vez, inusual es que el objeto precursor debió haber experimentado una desagregación mucho antes de que los componentes individuales entraran en contacto con la atmósfera terrestre, y que el ángulo de entrada de las trayectorias de los meteoroides era muy cercano a la horizontal. Es esta condición de bajo ángulo de entrada la que reduce drásticamente la probabilidad de que se produzca un espectáculo similar a la Procesión del Chant”.

Un evento espectacular pero difícil de repetir, entonces, ¿o no? Se conocen al menos dos eventos muy similares, registrados en 1783 en Inglaterra y en 1860 en el norte de Estados Unidos, lo que implicaría que estaríamos cerca de ver una gran procesión meteórica pronto. ¡A estar atentos en enero!


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