En
la entrada anterior nos referimos a uno de los eventos meteóricos más extraños
registrados: un desfile de bólidos que cruzaron el cielo por más de 3 minutos
en 1913. Ahora vamos a referirnos a la teoría más aceptada para su explicación.
Los primeros estudiosos de este extraño fenómeno (Chant, Denning, Pickering) ya
consideraban que se trataba de un pequeño asteroide capturados como satélite
temporario por la Tierra, o por su nombre técnico “temporarily captured
orbiters (TCO)”, obviamente se trata de asteroides cercanos a la Tierra o NEOs.
Modernamente se considera que hay al menos un TCO, o mini-Luna, orbitando a la
Tierra permanentemente, una vez cada 10 años habría un TCO de 5 a 10 metros de
diámetro, y una vez cada 100000 años la Tierra capturaría un TCO de 100 metros
de diámetro. El momento más probable para que la Tierra capture un TCO es cerca
del perihelio (desde finales de diciembre a inicios de febrero), lo que
coincide con la gran procesión de meteoros de 1913 (fue el 13 de febrero). El
estudio más reciente (2018, en el American Journal of Astronomy and
Astrophysics) es de Martin Beech y Mark Comte: “The Chant Meteor Procession of
1913-Towards a descriptive model” (a este evento también se lo conoce por el
apellido del primer astrónomo que lo estudión, Clarence Chant). Asi podemos
resumir la explicación que se esboza en este estudio (la traducción nos
pertenece): “La Procesión de Meteoros Chant del 13 de febrero de 1913 parece
ser un buen candidato para la categoría de TCO. La hora del evento, a
principios de febrero, y su baja velocidad aparente coinciden con las
predicciones de Granvick et al. Sin embargo, aquí se sugiere que el objeto
original se fragmentó antes de que los fragmentos individuales, o cúmulos de
meteoroides, entraran en contacto con la atmósfera terrestre siguiendo
trayectorias de ángulos poco profundos. Por lo tanto, se considera que el
objeto original tenía una estructura de poca cohesión, una pila de escombros
escasamente cohesionados, y se supone que, en algún momento de su órbita, pasó
cerca o incluso dentro del radio de Roche (es decir, a menos de 200.000 km) y
se separó gradualmente en una serie de fragmentos y cúmulos de meteoroides. Fue
la entrada de estos fragmentos, de forma escalonada y secuencial, lo que
provocó la aparición de la Procesión de Meteoros Chant”. Según Beech y Conte, “Los
relatos recopilados de testigos oculares de la Procesión de Meteoros Chant, si
bien siempre enfatizan el vuelo lento, prolongado y casi horizontal de los
cúmulos de meteoros individuales, rara vez enfatizan el brillo, lo que sugiere
que las masas de los meteoroides debieron ser relativamente pequeñas, ya que
cuanto mayor sea la masa del meteoroide, más brillante parecerá para una
velocidad dada. Por consiguiente, parece apropiado poblar la cadena inicial de
grupos de meteoroides con una serie de, digamos, 50 meteoroides de 1000 kg de
masa, y al menos un número igual de meteoroides de 500 kg, moviéndose al
unísono pero distribuidos en un arco de unos 15 000 km de longitud antes
de chocar con la Tierra. La masa y el diámetro de un objeto progenitor capaz de
producir tal cadena de fragmentos serían del orden de 75 000 kg y 3,5
metros, respectivamente. Obviamente, un cuerpo de mayor masa inicial podría
proporcionar más fragmentos, y posiblemente de mayor tamaño, que las cifras
recién presentadas (…) Con un diámetro inicial de varios metros, el supuesto
objeto precursor de la Procesión de Meteoros Chant podría considerarse de un
tamaño bastante típico para un TCO, ya que la Tierra encuentra este tipo de
objetos cada década. Lo que hizo a la Procesión de Meteoros Chant tan
espectacular y, a la vez, inusual es que el objeto precursor debió haber
experimentado una desagregación mucho antes de que los componentes individuales
entraran en contacto con la atmósfera terrestre, y que el ángulo de entrada de
las trayectorias de los meteoroides era muy cercano a la horizontal. Es esta
condición de bajo ángulo de entrada la que reduce drásticamente la probabilidad
de que se produzca un espectáculo similar a la Procesión del Chant”.
Un
evento espectacular pero difícil de repetir, entonces, ¿o no? Se conocen al
menos dos eventos muy similares, registrados en 1783 en Inglaterra y en 1860 en
el norte de Estados Unidos, lo que implicaría que estaríamos cerca de ver una
gran procesión meteórica pronto. ¡A estar atentos en enero!

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