Ahora sabemos que no influyen, que pasan muy lejanos a
nosotros, pero hace un siglo y medio se pensaba que sí. Una de las maravillas
que se pueden conseguir en Googlebooks es una joya de 1857: “The great comet, now rapidly approaching. Will it strike the earth? : being an
historical, philosophical, and prophetical inquiry into the probability of a
collision; and the consequent "end of all things" at this epoch of
the world's history”, que
hemos traducido como “El gran cometa que se aproxima rápidamente ¿chocará con la Tierra ? Una investigación histórica, filosófica y profética
sobre la probabilidad de una colisión que traería “El fin de todo” en esta época
de la historia del mundo”. Se trata de un libro de divulgación científica
destinado a demostrar que las posibilidades de una colisión con un cometa son
despreciables, una en 100 millones, y para ello hace un resumen de lo que se
sabía sobre los cometas a mediados del siglo XIX.
El origen de este librito (32 páginas) se debe a una
histeria de masas provocada, cuando no, por el anuncio de un alucinado pastor
protestante de la Iglesia Nacional
de Escocia, John Cumming, de que el 13 de junio de 1857 un cometa llevaría el
Apocalipsis a la Tierra. En
la ilustración que sigue, la famosa revista de humor británica “Punch” se burla
de la fiebre cometaria en el prefacio de la recopilación de los números de 1857
(pronto compartiremos la traducción de dicho prefacio).`
Los temores de una colisión son dejados de lado por su
extrema improbabilidad, los temores apocalípticos son dejados de lado con un
sencillo argumento histórico: ¿acaso la humanidad no ha sufrido en los años en
que no hubo cometas? Pero deja abierta la puerta a una interacción entre la Tierra y el cometa gigante
que se aproxima: el calentamiento global. El párrafo que traducimos pertenece a
la página 20 y da algunos consejos sobre cómo lidiar con las altas temperaturas
que vendrían y sus consecuencias, muy similares a las precauciones que en
nuestro muy civilizado siglo XXI debemos adoptar para evitar los mosquitos y
las enfermedades de las que son portadores:
“Si este cometa es de una sustancia sólida y densa y
aparece durante el verano que se aproxima, pasando tan cerca del Sol como el
cometa de 1680, podemos esperar una temporada muy calurosa. Un cometa tan
grande, si es cierta la teoría de que en el perihelio puede calentarse hasta
2.000 veces más que el hierro al rojo vivo, no puede aproximarse sin que
incrementar en gran medida nuestra temperatura”.
“Debemos advertir seriamente al público en general y a
cada persona en particular sobre el uso de todos los métodos de limpieza
indicados en época de plaga: mantener libre de desechos y suciedad las
cercanías de las viviendas, limpiar los drenajes, no dejar ropa vieja o sin uso
en hoyos o rincones (lo que sucede aún en las mejores casas), revisar los
dormitorios y salas de juegos de los niños, vivir bien y temperadamente. El
incremento del calor, si evitamos todo lo que favorece a la malaria, pasará sin
daño e incluso podría tener efectos beneficiosos”.
El lector se habrá percatado de que no se menciona a
los mosquitos, porque todavía no se había descubierto el nexo causal de estos
con la malaria (de hecho malaria viene del italiano “mal aria”) y otras
enfermedades, pero ya se tenía la certeza de que si se evitaban las condiciones
que favorecían su proliferación se combatía la enfermedad.
Igualmente, el 13 de junio de 1857 nada ocurrió, ni
siquiera hubo un cometa brillante en los cielos del verano europeo.
El libro disponible aquí:
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