jueves, 29 de septiembre de 2022

¿LOS CALDEOS SABÍAN LA VERDAD SOBRE LOS COMETAS?

 

Uno de los misterios más fascinantes, a mi parecer, de la historia de la astronomía es el hecho de que los caldeos, una de las civilizaciones antiguas más avanzadas en el estudio de los astros, no solamente no consideraban que los cometas fuesen un fenómeno atmosférico, como fue el criterio mayoritario en la antigüedad (y a través de Aristóteles en la Edad Media e incluso hasta el siglo XVIII), sino que eran astros similares a los planetas. Sabemos de esto gracias al libro de Séneca “Cuestiones Naturales”, quien parece seguir esta doctrina minoritaria de la astronomía griega, refiriéndose a dos astrónomos que estudiaron en Babilonia: Epígenes y Apolonio de Mindo. Pueden leer esta entrada relacionada:

http://cometasentrerios.blogspot.com/2014/02/seneca-y-los-cometas.html

¿Habrán llegado a la conclusión de que los cometas son periódicos por haber repetido observaciones? Hipótesis tentadora, pero incomprobable. Estobeo, en su Antología de Extractos, menciona las opiniones de los caldeos sobre los cometas: “Los caldeos creían que los cometas eran otros planetas, unas estrellas que permanecen escondidas durante un tiempo porque están demasiado alejadas de nosotros y que aparecen cuando descienden hacia nosotros y que aparecen cuando descienden hacia nosotros, según las leyes que le están prescriptas; que los llaman cometas aquellos que ignoran que se trata de verdaderas estrellas que parecen apagarse cuando regresan a su propia región, cuando vuelven a sumergirse en el profundo abismo del éter, como los peces en el fondo de la mar”.

No debemos olvidar la importancia de hipótesis sin comprobar que iniciaron la búsqueda de la verdad a través de la observación guiada por las mismas, como la influencia de Séneca sobre Halley en nuestro tema y de Plutarco sobre Kepler y Galileo respecto a la verdadera naturaleza de la Luna.


lunes, 26 de septiembre de 2022

LA DESAPARICIÓN DEL COMETA 85P/ BOETHIN

 

Muchos cometas han desaparecido, se han desintegrado, pero la desaparición más costosa de la historia fue, sin dudas, la del cometa Boethin. Este cometa fue descubierto por un sacerdote en 1975 desde Filipinas. No hubo muchas observaciones, pero fueron suficientes para determinar una órbita de 11 años. No fue un cometa muy brillante, con estimas de magnitud entre 11 y 12. En 1986 tampoco fue muy brillante, salvo una observación de magnitud 6 realizada desde Australia, una sola. La aparición de 1997 sería pésima, ya que el cometa estaría mal situada en el plano de la órbita, con lo que su observación desde la Tierra sería imposible. Pero la aparición de 2008 sería excelente, supuestamente. Por eso, la NASA anunció que aprobaba una propuesta de la Universidad de Maryland para mandar la sonda Deep Impact, tras su encuentro con el cometa Tempel en 2005, a este cometa. Por ende, se utilizó muchísimo tiempo de telescopio con los instrumentos más grandes de nuestro planeta para recuperar lo antes posible al cometa, para determinar más precisamente su órbita. Pero, pasó el tiempo… y nada. Nunca fue observado. Finalmente, la NASA decidió enviar la Deep Impact al cometa Hartley en 2010 (y fue una estupenda misión). Una demora de dos años y mucho dinero perdido por el cometa desaparecido. No se sabe la causa de la desintegración, que pudo ser interna, ya que no aparentemente no se debió a la cercanía de ningún planeta. Tampoco se sabe cuando se desintegró, pudo haber sido en 1986, cuando ese solitario observador australiano lo observó más brillante, lo que indicaría un estallido, precursor de la desintegración. Es probable que cuando se eligió al Boethin para la extensión de la misión Deep Impact el cometa se había desintegrado casi 20 años atrás.


jueves, 22 de septiembre de 2022

COMETA HALLEY DESDE PARÍS, 1759




 

Estos señores y señoras tan elegantes están observando el primer cometa cuyo retorno se prefijo, un hecho capital en nuestro conocimiento del cosmos, el cometa Halley. Halley no sobrevivió a su cálculo predictivo pero predijo que para 1759 su cometa retornaría, lo que generó una carrera salvaje por ver quién era el primero. Fue un humilde campesino alemán, Johan Palitzsch, el 25 de diciembre de 1758, aunque la carrera prosiguió un poco más porque las comunicaciones viajaban lentas, por eso es que el famoso Messier pensó que la había ganado, pero lo observó 27 días después, sin saber el logro del alemán. Meses después todo el mundo pudo observar el cometa Halley, entre ellos Cesar Cassini (conocido como Cassini III, nieto del famoso Giovanni Cassini, además de hijo y padre de astrónomos, todos trabajando para los reyes de Francia. Y ahí lo vemos, observando el Halley.