jueves, 30 de abril de 2015

¿QUÉ HAY QUE SABER PARA DISFRUTAR UNA LLUVIA DE ESTRELLAS FUGACES?

¡La ubicación del radiante! Claro, hay que conocer las fechas de inicio, máximo y finalización de la lluvia de meteoros, así como el dato de su Tasa Horaria Zenital (traducción de Zenithal Hourly Rate), que es número de meteoros que se verá durante su máximo. Pero sin conocer la ubicación del radiante (la zona circular del cielo de la que provienen los meteoros de una lluvia determinada) no podremos conocer cuantos meteoros veremos de ese máximo.
Antes que nada, una aclaración: no todos los meteoros que se vean durante la noche del máximo de una lluvia (o en cualquier noche) provienen de la lluvia que tenga su máximo esa noche. Por eso es que además de contarlos, el astrónomo amateur que hace una observación de valor científico debe registrar su dirección, para clasificarlos de acuerdo al radiante del que provienen (o si son esporádicos).
Desconocer la altura del radiante implica que no sabremos cuantos meteoros veremos verdaderamente (si vemos alguno). Hace pocos días los medios periodísticos recogían información seguramente de fuentes norteamericanas anunciando el máximo de la lluvia de las “líridas”… y días después anunciaban que “no se habían observado”. ¿Por qué? Porque el radiante del que provienen las “líridas” está ubicado, obviamente, en la constelación de Lira, y la constelación de Lira en abril sólo se puede observar a finales de la noche y muy baja sobre el horizonte. En esas condiciones, pretender observar los 18 meteoros esperables la noche del máximo era más difícil que observar un fenómeno lunar transitorio.
Ya vimos que la Tasa Horaria de una lluvia de meteoros es Zenital, además de calcularse con una magnitud límite de 6.5. Veamos que implican los factores “zenital” y “magnitud límite”. Ambos factores implican unas condiciones perfectas de observación: el radiante se encuentra en el zenit del cielo y en condiciones de visibilidad propias de un observador adiestrado en el más oscuro de los cielos (sólo en esas condiciones se podría observar estrellas de magnitud 6.5). En la realidad, y por experiencia propia, es casi imposible observar estrellas de magnitud inferior a 4.5 en cielos urbanos sin luces parásitas en luna nueva, y en cielos rurales, difícilmente mucho más baja de 5.
Tomemos entonces la noche del 22 de abril, máximo de las “líridas”. Al máximo de 18 por hora tenemos que aplicarle 2 factores de corrección: la magnitud límite del cielo en esa noche en particular y la altura del radiante en esa misma noche.
La corrección por la magnitud límite sería demasiado complicada para explicar, pero tengan por seguro que entre magnitud límite 6.5 y 5 hay mucha diferencia (muchos meteoros débiles no se verán). La corrección por la altura del radiante es más sencilla gracias a la aplicación del índice de corrección elaborado por J. Zvolankova, simplificado por una escala que va de los 5º por encima del horizonte a los 90º (zenit):

Altura del Radiante
Factor de corrección
36,121
10º
13,112
15º
7,293
20º
4,841
25º
3,547
30º
2,770
35º
2,264
40º
1,915
45º
1,664
50º
1,480
55º
1,341
60º
1,235
65º
1,156
70º
1,096
75º
1,052
80º
1,023
85º
1,006
90º
1,000

Recordemos que cuanto más cerca del horizonte se observa, peores son las condiciones de observación. Si el índice es 1 a los 90º (el número máximo de meteoros por hora), a los 5º es de 36,121. El radiante de las “líridas” estuvo a un máximo de 25º sobre el horizonte el día del máximo, por lo que el factor de corrección es de 3,54. Ergo, el verdadero máximo en Argentina para las “líridas” no es de 18 sino de 5,08, a lo que hay que restar la corrección por magnitud límite.
En consecuencia, las “líridas” desde Argentina tienen una frecuencia similar a la tasa de meteoros esporádicos observables en cualquier noche, 4 por hora.
Me dirán que la gente no tiene por qué saber estas cuestiones astronómicas, pero los astrónomos amateur sí tenemos que saberlas. Eso implica que divulguemos la existencia de lluvias de meteoros que tienen un máximo de meteoros menor que muchas de las lluvias del hemisferio norte que la gente pretende ver, pero con un radiante que se ubica muy arriba en el cielo, por lo cual se pueden ver todos los meteoros previstos y además verlos en todo su esplendor, sin que el horizonte recorte una parte sustancial. Recomiendo lluvias como las “Alfacentáuridas”, las “Alfacrúcidas” y las “Púppidas Vélidas”. En este blog ya hemos dicho algo sobre el tema (http://cometasentrerios.blogspot.com.ar/2014/09/una-iniciacion-las-lluvias-de-meteoros.html ).
Y no olvidar: las observaciones de meteoros son un campo abierto a los astrónomos amateurs, no se necesita ningún instrumento y somos muy pocos los observadores al sur del Ecuador.


sábado, 25 de abril de 2015

UN JET EN PRIMER PLANO


Habrá muchos graciosos que piensen otra cosa, pero lo que captó la cámara de ángulo amplio OSIRIS de la sonda Rosetta es una eyección de polvo de la superficie del núcleo del cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko, lo que conocemos como “jet”. Durante siglos los astrónomos se devanaban los sesos buscando la causa de la impuntualidad de los cometas, que llegaban al perihelio a veces tarde y a veces temprano, eran los únicos cuerpos celestes que parecían desafiar-aunque en pequeño-las leyes de la gravedad de Newton que permitían calcular el resto de las órbitas. El modelo  cometario de Whipple, un núcleo compacto sujeto a tensiones al acercarse al Sol, tensiones que permiten escapes de gas y polvo, permitió explicar el “movimiento propio” de los cometas: está ligado a los “jets”, que actúan como los motores de las naves espaciales, permitiendo acelerar o retrasar.
Lo llamativo de esta imagen es que el “jet” se haya producido en una región no iluminada por el Sol es ese instante.

Más y más conocemos sobre los cometas gracias a Rosetta, como el lector del blog se percatará a partir de las numerosas entradas que le hemos dedicado desde hace 1 año.

jueves, 23 de abril de 2015

COMETAS COMO ESPADAS

Este entrada, como tantas en este blog, se debe al libro de Carl Sagan “El cometa”, cuya lectura muy paulatina vengo cumpliendo desde hace tiempo, deteniéndome en alguna historia marginal, en algún dato curioso o en algún concepto erróneo (porque al maestro Sagan lo he criticado bastante, justo es decirlo).
Esta vez le tocó el turno a esta hermosa ilustración: “Esperando el fin del mundo”, de R. Jerome Hill, publicada en la revista “Harper’s Weekly” el 14 de mayo de 1910 en plena fiebre del Halley:


Las fotografías de los cometas son espectaculares y, sobre todo, han hecho un aporte gigantesco al estudio cometario. Pero parecen no haber logrado captar lo que ha sido el rasgo distintivo del cometa como potente signo (¿de qué?) en los cielos. Recordé la cita del Apocalipsis: “Y el tercer ángel tocó la trompeta y cayó del cielo una gran estrella, ardiendo como una antorcha” y es realmente como parece apreciarse el cometa de la ilustración de Harper’s (o como se aprecia en el grabado de Durero que ilustra nuestra portada) o el de la siguiente ilustración de “Astronomie populaire” de Camille Flammarion:


Los libros de Flammarion poseen las más hermosas ilustraciones astronómicas que haya visto. Las ilustraciones tienen la ventaja de poder incluir información sugerentemente filosófica a una imagen y en eso Flammarion era un maestro, como lo prueba el grabado más enigmático de la historia de la astronomía (y que parece sugerir que hay un conocimiento de lo oculto que puede explicar lo visible):


Pero a poco de pensar sobre el asunto, me di cuenta que la fotografía puede generar imágenes perturbadoras de un cometa pendiente sobre nuestro mundo como una espada. Y no solamente pudo hacerlo en los cielos anteriores a la luz eléctrica, como lo muestra la fotografía que los lectores del blog ya conocerán, porque no me canso de incluirla:


Los fotógrafos de nuestra Asociación Entrerriana de Astronomía obtuvieron imágenes del C/2011 L4 Panstarrs en 2012 que son sumamente turbadoras y magníficas, tan sugerentes como las ilustraciones anteriores, como la siguiente de Germán Savor. Nuestro mundo rutinario amenazado brevemente por una presencia extraña:



   

lunes, 20 de abril de 2015

EL “MONTÓN DE GRAVA” Y LA NEUROCIENCIA

Hasta 1950 el modelo de estructura del núcleo cometario aceptado por la astronomía era el conocido como “montón de grava”. El descubrimiento de que los cometas podían fragmentarse y, luego, de que las lluvias de meteoros son producto de su desintegración, convenció a los científicos de que el núcleo no podía ser compacto sino un enjambre de partículas separadas que viajaban juntas en órbitas paralelas, como un puñado de piedritas arrojadas todas juntas. Algunos sostenían que esas “piedritas” estaban unidas entre sí por la gravedad, otros lo negaban. Será en 1950 que Fred Whipple formulara su modelo de núcleo cometario llamado “bola de nieve sucia” y se impondrá la idea de que el núcleo es compacto (las sondas espaciales mostraron luego que hay mucha más roca y polvo que hielo). Pero antes era un dogma astronómico el modelo “montón de grava”.
Lo interesante es que mientras duró ese paradigma había un alto número de dibujos de los núcleos cometarios registrados como el modelo teórico predecía: una aglomeración de partículas sin unión entre sí. Esta interesante observación es del maestro Sagan en “El cometa”. No encontramos en la web los grabados con los que fundamenta su observación (pág.103), pero sí encontramos los siguientes:

El 12P/Pons-Brooke en 1883:


 Y el 1P/Halley en 1835 por Caroline Herschel:


Bien, sabemos que los cometas no tienen una coma “a pintitas”, nuestros dibujos representan a la coma “gaseosa”. ¿Eso quiere decir que miramos mejor que los astrónomos del siglo XIX, que observaban en cielos sin polución de ningún tipo? Claro que no, lo que sucede es que nuestras percepciones sensoriales están determinadas  por nuestras ideas. Los estímulos sensoriales son comparados por nuestro cerebro con las informaciones que posee (en este caso la información teórica sobre el núcleo cometario y la forma en que se lo representó gráficamente con anterioridad) y lo que pueda faltar es “completado” en función de ese marco de referencias preexistente (modelo “montón de grava”). Y así, nuestras observaciones cometarias se ven ayudadas por la neurociencia para saber nuestras limitaciones y también para mejorarlas, porque sabemos que si conocemos lo que vamos a observar nuestra observación será más provechosa que si no lo supiéramos-por ello es que muchas personas no pueden siquiera interpretar lo que ven por un ocular la primera vez que se acercan a un telescopio.

sábado, 18 de abril de 2015

APOCALIPSIS COMETARIO. “THE DAY OF THE TRIFFIDS” de Steve Sekely.


Recordando esta excelente película inglesa un sábado a la tarde no pude evitar sentir una inmensa nostalgia por los años de juventud en los que las películas de aventuras, ciencia ficción y horror eran una parte esencial de los sábados a la tarde. Los que cuenten menos de 30 difícilmente sabrán de la época en que no había internet y la única posibilidad de ver las películas que nos gustaban era esperar a que la dieran por la tele (porque los videos clubes, con honrosas excepciones, se dedicaban a los estrenos o películas no muy antiguas). Y de niños, jugar el resto del sábado a reproducir lo que habíamos visto en la película. Ya no hay películas los sábados a la tarde, seguro, hay muchas cosas hermosas hoy en día (y podemos volver a ver las pelis que ni soñábamos con volver a ver), pero los cuarentones atesoramos esas películas alocadas como uno de los grandes hitos en nuestra educación.

“The day of the triffids” es un film inglés de 1962, adaptación de la novela homónima de 1951 (por John Wyndham). Comienza una noche con una tormenta de meteoros nunca vista, meteoros que son restos de un cometa (el cometa no es mencionado en la película, sí en la novela).


Todo el mundo está observando un espectáculo “que no se repetirá”, salvo el protagonista. Está en el hospital por una operación en sus ojos y se lamenta de no poder ver el espectáculo. Pero tiene suerte: todos los que observan los estallidos de luz verde producidos por los meteoros cometarios quedarán ciegos en pocas horas. Pero él no lo sabe, pues duerme a salvo toda la noche con sus ojos vendados. Cuando despierta se encuentra con un verdadero apocalipsis: Londres llena de genta ciega a los tumbos. Y eso no es todo… los estallidos verdes de los restos cometarios, responsables de la ceguera masiva, también lo son de la mutación de una extraña planta carnívora (las “trífidas”), que además presenta dos extrañas características: puede moverse y su origen es desconocido.




Años antes del inicio de la trama de la película, se había logrado contener el estallido poblacional de estas plantas predatorias de origen desconocido (¿manipulación genética? ¿origen extraterrestre?)y confinar unas pocas en  jardines botánicos. Pero los extraños estallidos verdes les dan una fuerza extraordinaria y las sueltan a moverse por el mundo matando a la población ciega. Los protagonistas se refugian en la pequeña isla de Wight, único lugar a salvo en toda Europa… y no cuento más.


martes, 14 de abril de 2015

LOS COMETAS EN LA ANTIGUA ROMA. EL COMETA DE JULIO CÉSAR

El gran cometa del año 44 a.c. es el ejemplo más claro de la manipulación política de la aparición de un cometa, uno de los cometas más importantes de la historia de la humanidad y la refutación de la idea de que los cometas solamente eran interpretados como señales ominosas. Nos referimos al cometa conocido como el “cometa de César”.
El 15 de marzo del 44 a.c. (los “idus de marzo”) caía asesinado el Dictador Perpetuo y se abría un peligroso período de inestabilidad política que terminaría en guerra civil entre su heredero universal por testamento, su sobrino nieto Octavio, y quien se consideraba su heredero político, Marco Antonio.
La situación en los momentos posteriores al asesinato fue incierta, pero todo cambió cuando se leyó el generoso testamento de César (después de todo la fortuna que legaba al pueblo se la había sacado antes, pues César estaba completamente arruinado cuando comenzó su carrera ascendente). Así lo narra Plutarco en la “Vida de César”:
“El Senado, después de haber publicado ciertas amnistías y convenios en favor de todos, decretó que a César se le reverenciara como a un dios y que no se hiciera ni la menor alteración en lo que había ordenado durante su mando. A los conjurados les distribuyó las provincias y les dispensó los honores correspondientes, de manera que todos creyeron haber tomado la república consistencia y haber tenido las alteraciones el término más próspero y feliz. Abrióse el testamento de César y se encontró que a cada uno de los ciudadanos romanos dejaba un legado de bastante entidad: con esto, y con haber visto el cadáver cuando lo pasaban por la plaza mutilado con tantas heridas, ya la muchedumbre no guardó orden ni concierto, sino que recogiendo por la plaza escaños, celosías y mesas, hizo una hoguera y poniendo sobre ella el cadáver lo quemó. Tomaron después tizones encendidos y fueron corriendo a dar fuego a las casas de los matadores. Otros recorrieron toda la ciudad en busca de éstos para echarles mano y hacerlos pedazos”.
La deificación decretada por el Senado tuvo una inesperada confirmación cuatro meses después, en julio de 44 a.c., mientras se celebraban los “ludi victoriae caesaris”, los juegos funerales en honor de quien había dado nombre al séptimo mes del año, apareció un cometa que permaneció visible (incluso durante el día) por una semana. El “sidus iulium” se convirtió en un potente símbolo, eficazmente aprovechado por su sucesor Octavio (el futuro Augusto) para cimentar el origen divino de su ascendiente Julio César, cuyos efectos lo alcanzaban como descendiente. Es interesante cómo Augusto manipuló el sentimiento popular hacia el cometa, tradicional signo de calamidades venideras, y lo transformó en el alma de César que se levaba a los cielos (no olvidemos que la noción más aceptada en Roma sobre los cometas los consideraba fuegos provenientes de la tierra). Así lo narra Suetonio en su “Los doce césares”:   
“Sucumbió a los cincuenta y seis años de edad, y fue colocado en el número de los dioses, no solamente por decreto, sino también por unánime sentir del pueblo, persuadido de su divinidad. Durante los juegos que había prometido celebrar, y que dio por él su heredero Augusto, apareció una estrella con cabellera, que se alzaba hacia la hora undécima y que brilló durante siete días consecutivos; creyose que era el alma de César recibida en el cielo, y ésta fue la razón de que se le representara con una estrella sobre la cabeza”.

Así, un cometa se transformó en un símbolo reconocible de la divinidad del fundador de la dinastía imperial, lo que se puede apreciar en monedas de la época:



Dos años después se comienza la construcción del templo dedicado al “divus Julius”, en el que César aparece junto con su símbolo cometario, como puede verse en monedas como ésta:



Una de las maravillas de Roma, a partir de la consagración del templo en el 29 a.c., fue contar con el único templo destinado a adorar un cometa. Así lo cuenta Plinio:

“Un cometa es objeto de culto en un solo lugar del mundo entero: en un templo de Roma. Fue considerado absolutamente propicio por el Divino Augusto en persona, ya que apareció cuando él iniciaba su reinado, durante los juegos que ofrecía a Venus Generadora, no mucho después de la muerte de César, su padre, en el colegio fundado por él. Precisamente manifestó su alegría en público en los siguientes términos: “en los mismos días de mis juegos se ha visto una estrella de cola durante siete días en la parte septentrional del cielo. Salía alrededor de la hora undécima del día y se divisó clara y perfectamente desde todas las tierras. Con esa estrella la gente creyó que se indicaba que el alma de César había sido admitida entre los númenes de los dioses inmortales y en nombre de ello se le añadió como distintivo a la cabeza de la estatua que poco después hemos consagrado en el foro”. Esto era lo que el dijo en publico, pero con complacencia interna consideró que aquella estrella había surgido para él y que era él quien surgía con ella. Y, si confesamos la verdad, fue beneficiosa para las naciones”.


El análisis de los extraordinarios registros cometarios que llevaban los antiguos chinos confirmó la veracidad histórica del “cometa de César”, que había sido observado en mayo del 44 a.c. (incluso fue más espectacular en China que en Roma). Los cálculos modernos fijan en 0.22 Unidades Astronómicas la distancia en el perihelio y una magnitud máxima de -4.

jueves, 9 de abril de 2015

POLVO DE COMETAS: LA “PINTURA INVISIBLE” DE MERCURIO


Una nueva investigación sugiere que el carbono proveniente del material cometario que bombardea Mercurio puede ser la razón de que la superficie del planeta sea tan oscura. Los experimentos muestran que el material de impacto se oscurece considerablemente cuando se producen impactos en presencia de compuestos orgánicos complejos.
Credito: NASA/Ames/Brown Unviersity

 Un equipo de científicos tiene una nueva explicación para la superficie oscura y apenas reflexiva del planeta Mercurio. En un artículo publicado en la revista Nature Geoscience, los investigadores sugieren que el constante polvo de carbono emanado de los cometas ha pintado lentamente a Mercurio de negro durante miles de millones de años.
La oscura superficie de Mercurio ha sido durante mucho tiempo un misterio para los científicos. En promedio, Mercurio es mucho más oscuro que su vecino más cercano sin atmósfera, nuestra Luna. Se sabe que los cuerpos sin atmósfera han sido oscurecidos por impactos de micrometeoritos y el bombardeo del viento solar. Ambos procesos crean una fina capa de oscuras nanopartículas de hierro en la superficie. Pero los datos espectrales de Mercurio sugieren que su superficie contiene muy poco hierro en nanofase, ciertamente no suficiente para explicar su aspecto tenue.
"Desde hace tiempo se planteó la hipótesis de que hay un misterioso agente oscurecedor que contribuye a la baja reflectancia de Mercurio" dijo Megan Bruck Syal, la investigadora de postdoctorado en el Lawrence Livermore National Laboratory que realizó esta investigación cuando era estudiante de posgrado en la Universidad de Brown. "Lo que no se había considerado era que Mercurio recibe una gran cantidad de material derivado de los cometas", señaló.
Cuando los cometas se acercan a Mercurio, en las proximidades del Sol, suelen comenzar a resquebrajarse. El polvo cometario se compone de hasta un 25% de carbono, de modo que Mercurio estaría expuesto a un bombardeo constante de carbono de estos cometas que se resquebrajan. Con el uso de un modelo de impacto y una estimación conocida del flujo de micrometeoritos en Mercurio, Bruck Syal fue capaz de estimar la frecuencia con que el material cometario impactaría en Mercurio, cuánto carbono se adherirá a su superficie y cuánto sería lanzado al espacio. Sus cálculos sugieren que después de miles de millones de años de bombardeo la superficie de Mercurio debe tener entre un 3 y un 6 % de carbono.
Lo siguiente fue averiguar cuánto oscurecimiento se podía esperar de los impactos de carbono. Para ello, los investigadores recurrieron a la “Ames Vertical Gun Range” de la NASA. El cañón de 14 pies simula impactos celestes disparando proyectiles a velocidades de hasta 16.000 kilómetros por hora. Para este estudio, el equipo disparó proyectiles contra un material que imita el basalto lunar, la roca que compone las manchas oscuras en la cara visible de la Luna. En dicho material estaba presente el azúcar, un compuesto orgánico complejo que imita los compuestos orgánicos presentes en un cometa. El calor del impacto quemó el azúcar, liberando carbono.  "Se utilizó el modelo de basalto lunar porque queríamos empezar con algo oscuro y ver si podíamos oscurecerlo aún más", dijo Peter Schultz, profesor emérito de ciencias geológicas en Brown y coautor de la nueva investigación.
Los experimentos mostraron que las diminutas partículas de carbono se incrustaron profundamente en el material de impacto derretido. El proceso reduce la cantidad de luz reflejada por el material impactado a menos de 5 por ciento - aproximadamente la misma que las partes más oscuras de Mercurio.
Es importante destacar que el análisis espectroscópico de las muestras de impacto no reveló huellas espectrales distintivas, tal como las firmas espectrales planas de Mercurio. "Demostramos que el carbono actúa como un agente invisible de oscurecimiento", dijo Schultz. "Desde el punto de vista del análisis espectral, es como una pintura invisible”. Y esa pintura se ha ido acumulando en la superficie de Mercurio durante miles de millones de años. "Creemos que este es un escenario que debe tenerse en cuenta", dijo Schultz. "Parece que Mercurio podría ser un planeta pintado."
Fuente: www.sciencedaily.com/releases/2015/03/150330122437.htm; https://rastreadoresdecometas.wordpress.com/2015/04/08/polvo-cometario-sobre-mercurio/ 


martes, 7 de abril de 2015

PROYECTO MUNDIAL DE OBSERVACIÓN DEL 67P/CHURYUMOV-GERASIMENKO

Rosetta Ground-Based Campaign
¡Llamando a todos los observadores de cometas y aficionados!
Puede ser Ud. parte del programa de observación de “Rosetta” en todo el mundo para observar el cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko (C-G) en el período Abril – Diciembre de 2015, cuando la sonda Rosetta esté acompañando al cometa a su viaje al perihelio y su tramo saliente.
Los astrónomos aficionados podrán hacer contribuciones significativas a esta campaña, especialmente en el año 2015 de recuperación del cometa (que se encuentra actualmente en conjunción solar), esto es alrededor del perihelio en el mes de Agosto; y  luego del perihelio cuando el cometa se convierta en más brillante (Septiembre – Noviembre).  Los aficionados pueden contribuir de muchas maneras o formas, que van desde observaciones espectroscópicas, observaciones con binoculares y de imágenes a bocetos. Los astrónomos aficionados además de aportar su observación a la Sección Cometas de la Liga Iberoamericana, pueden inscribirse en el correspondiente grupo de Facebook (PACA_Rosetta67P). O bien contactarse con Padma Yanamandra-Fisher [padmayf@gmail.com].

Fuente: https://rastreadoresdecometas.wordpress.com/2015/03/29/proyecto-mundial-de-observacion-del-67pc-g/ 

jueves, 2 de abril de 2015

LOS COMETAS DEL CINTURÓN PRINCIPAL Y LA SONDA CASTALIA

Los cometas del cinturón principal (o MBC de “main belt comets”) son cuerpos menores cuyas órbitas son similares a las de los asteroides del cinturón principal (entre las órbitas de Marte y Júpiter) pero que presentan una apariencia similar a la de los cometas. Si las fronteras entre asteroides y cometas se tornan difusas, esta categoría reciente las dinamita. También se les llama “cometas durmientes”, ya que su actividad cometaria sólo se manifiesta en algunas etapas activas, en las que emiten pequeñísimas partículas de polvo a una tasa de producción muy baja. No se sabe con certeza la causa que los vuelve activos temporalmente, pero la sublimación de hielos es la causa más probable. En esas condiciones (se ubican en el anillo exterior del cinturón de asteroides) el único volátil al cual asignar la sublimación sería hielo de agua. Actualmente se piensa que el agua presente en la Tierra no sobrevivió a la fase de formación y que fue “reimportada” por los impactos de cuerpos menores (con la consiguiente posibilidad de aportes orgánico e inclusos biogénicos). No es necesario que resaltemos la importancia de estos cuerpos menores para el estudio del “agua primordial” que podrían contener, similar a la de la Tierra.

El primer MBC fue descubierto en 1996, o más bien en 1979. En 1979 fue descubierto como asteroide y recibió el nombre de 1979 OW7. Pero en 1996 fue descubierto como cometa por Eric Elst y Guido Pizarro, al descubrir una estrecha cola que surgía del asteroide. Hoy este objeto tiene un nombre de asteroide (7968 Elst-Pizarro) y un nombre de cometa (133P/Elst-Pizarro).



Y al 133P partiría la primera sonda en visitar un “cometa durmiente”-o “asteroide activo”-si la Agencia Espacial Europea aprueba la misión Castalia. Se trata de una de las propuestas que está analizando la ESA para lo que se conoce como misiones de tipo medio, de exploración planetaria. Para ello Castalia compite con otras propuestas muy atractivas como traer muestras de un asteroide (Marco Polo 2D), estudiar Venus por radar (EnVision) o conocer Urano en profundidad (Uranus Pathfinder).
Tendría propulsión iónica, lo que la haría parte de un selecto y reducido club de sondas espaciales (Deep Space, Hayabusha, Dawn)
El objetivo de Castalia sería entrar en órbita alrededor del 133P/Elst-Pizarro) y estudiarlo a fondo. El lanzamiento sería en 2020, la sonda viajaría 5 años antes de llegar al cometa, justo antes de que empiece a sublimar hielo y eyectar polvo. La misión duraría más de un año, con períodos de 3 meses en los que se estudiaría al cometa cada vez más cerca, hasta llegar a una cercanía de 5 cinco kilómetros durante las últimas cien horas.
En cierta manera, sería como una continuación de la misión Rosetta pero con un objetivo más interesante desde el punto de vista del estudio del origen del agua y de la vida en la Tierra.
Desde aquí enviamos nuestros deseos de que Castalia sea seleccionada y podamos repetir la hermosa experiencia de Rosetta.