lunes, 1 de febrero de 2016

COMETARIUM

Es difícil imaginarnos un mundo sin el vasto océano de imágenes en el que flotamos hoy en día. Hace 300 años no había “videos educativos”, como tampoco los había en 1923, el año en que se simuló el cielo estrellado y los movimientos planetarios en una cúpula por primera vez (en Jena, Alemania, por Walther Bauersfeld de la fábrica Carl Zeiss). La misma idea de un planetario, hacer visible las revoluciones de los astros, es la que animó al ingeniero y filósofo John Theophilus Desaguliers en 1730 a diseñar un aparato mecánico a cuerda que ilustrara la órbita elíptica de un cometa, una aplicación visible de las leyes de Kepler: el “cometarium”. El aparato de bronce mostraba una esfera que marcaba el paso del tiempo a través del movimiento de su aguja y una elipsis. En uno de los focos de la elipsis (y en el centro de una esfera dibujada) el Sol está representado por una bolita de bronce. Otra bolita, más pequeña, representa el cometa, al final de una aguja que parte de la bolita que representa al Sol. Puesto en marcha el cometarium, la bolita que representa al cometa se mueve en órbita elíptica como lo haría un cometa verdadero, acelerando en el perihelio y reduciendo significativamente su velocidad en el afhelio.

El mecanismo es mucho más simple y efectivo que mi descripción y lo pueden ver aquí:

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