viernes, 21 de septiembre de 2018

LA FRAGMENTACIÓN DEL COMETA 332P/IKEYA-MURAKAMI


La mejor imagen de un cometa en plena fragmentación perteneció, cuando no, al Telescopio Espacial Hubble. En enero de 2016 capturó la imagen que muestra 25 fragmentos siendo eyectados del núcleo por la rápida rotación y la inestabilidad a la que es sometido el pequeño cometa de 500 metros de diámetro cuando se aproxima al Sol. La creciente intensidad del calor del Sol hace que los parches de hielo en la superficie rocosa del núcleo se sublimen y comiencen a generar chorros de polvo y gas (jets) que actúan como pequeños motores de propulsión distribuidos irregularmente, con lo que la trayectoria del cometa se vuelve impredecible y la rotación se acelera.  Los fragmentos, de entre 20 y 60 metros de diámetro (e identificados con letras por orden alfabético de acuerdo a la fecha de su descubrimiento) pudieron ser rastreados por un tiempo luego de la fragmentación y  sumaban en conjunto al menos un 4% de la masa total del núcleo.  La misma pérdida de material por la fragmentación genera cambios en la rotación del pequeño núcleo.

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