El 22 de mayo de 1881 John Tebbutt descubría un cometa
desde Sidney, Australia. Tres días después, en el aniversario de nuestra
patria, el Director del Observatorio Astronómico de Córdoba (el primero del
país) lo observaba sin saber (obviamente) que ya había sido descubierto. Así lo
cuenta Santiago Paolantonio en esa maravilla que es “La historia de la
astronomía” (https://historiadelaastronomia.wordpress.com/documentos/hace-128-anos/
)
“Al atardecer del 25 de mayo de 1881, en la ciudad de Córdoba, en la zona
denominada “Los Altos”, asiento del Observatorio Nacional Argentino, el Dr.
Benjamin Gould se dirigía caminando desde su casa al edifico principal vecino,
en compañía de su ayudante segundo, don Walter G. Davis, cuando éste lo alertó
de una extraña estrella que divisaba en la constelación de Columba, baja en el
horizonte occidental, creyendo detectar asociado con la misma un débil
apéndice. Fue observado con el anteojo de teatro de que se valía Gould para
superar sus limitaciones visuales (una fuerte miopía), pudiendo determinar que
se trataba de un cometa dotado de un brillante núcleo y una débil cauda. Más
tarde pudieron comprobar que la cola del cometa se extendía en forma recta por
casi 14°”.
Esta es apenas una de las historias maravillosas de
astronomía cometaria de la historia del Observatorio de Córdoba.
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