“Los cometas contienen agua y los productos
químicos nutritivos esenciales para la vida, y un indicio de su potencial como
vehículo de la vida es la sugerencia reciente de que somos nosotros quienes
podríamos sembrarlos. A Freeman Dyson, de Princeton, le gustaría que los
ingenieros genéticos preparasen árboles capaces de crecer en los asteroides
ricos en carbono y en los cometas. Habrían de adaptarse en el vacío espacial.
Los cometas de las nubes de Oort aportarían en conjunto una superficie mucho
mayor que la de la Tierra, pero el Sol está lejos y es débil, de manera que los
árboles tendrían que ser inmensos, de muchos kilómetros de grosor, para recoger
la suficiente luz solar.
Vistos
desde lejos, los cometas semejarían una gran maleza en una pequeña maceta.
Otras plantas, junto con animales y personas, podrían vivir en las ramas de los
gigantescos árboles, cerrando el círculo de la evolución humana desde los
árboles de la selva de nuestros antepasados primates hasta las viviendas
arborícolas de los hombres del espacio. Si los cometas atraviesan el espacio
entre las estrellas, entonces la gigantes la vegetación se extenderá con
bastante facilidad de un sol a otro; si no, las semillas de los gigantescos
árboles tendrán que ser mucho mucho mas resistentes para sobrevivir a los
largos viajes a la deriva por el espacio, como los cocos que flotan de una isla
a otra, o bien ser transportados por los humanos que viajen de una a otra
estrella. Estas son algunas de las recetas de Dyson para volver verde nuestra
galaxia”.
De:
“¡Que viene el cometa!”, de Nigel Calder, Editorial Salvat, Barcelona, 1985 (págs.138/139).
Ilustración:
http://spaceplasma.tumblr.com/post/55592943919/the-dyson-tree-a-dyson-tree-is-a-hypothetical
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