Los
fanáticos cometarios estamos contentos. De los dos proyectos finalistas del concurso
de propuestas de exploración del sistema solar de la NASA “New Frontiers”, una
es una misión que se propone recoger muestras de un núcleo cometario: CAESAR (Comet Astrobiology
Exploration Sample Return). Las anteriores misiones New Frontiers seguramente
les sonaran: la 1 es la sonda Hew Horizons (que ya llegó a Plutón), la 2 es la
sonda Juno (que ya llegó a Júpiter) y la 3 es la sonda OSIRIS-REx, cuyo destino
es el asteroide Bennu para recoger muestras de su suelo (llegará en 2020). La
cuarta misión se decide en 2019 y el lanzamiento sería en 2024. La NASA había
fijado una serie de objetivos para los propuestas (Venus parecía el más
interesante, a los lunáticos nos gustaba la recogida de muestras de la cuenca
Aitken, en la cara oculta) y finalmente el 20 de diciembre pasado se eligieron
las “finalistas”: CAESAR y “Dragonfly”, una sonda que sobrevolará diversas
regiones de Titán, la súper interesante luna de Saturno (aunque no pasará por
sus famosos lagos de metano).
La misión sería un
auténtico avance científico porque su objetivo es recoger de la superficie del
cometa y traerlas de vuelta a la Tierra. La sonda tiene un diseño similar a las
sondas OSIRIS-REx de la NASA y Hayabusa 2 de la agencia espacial japonesa JAXA que
se proponen recoger muestras de asteroides y regresarlas. No se descenderá
sobre el cometa sino que se lo sobrevolará, luego de estar varios meses en
órbita para elegir el sitio, utilizando un brazo robótico en lo que se conoce
como TAG (Touch-And-Go). Luego la sonda volverá a nuestro
planeta y las muestras contenidas en una cápsula que proveerá JAXA (que ya ha
recuperado muestras del asteroide Itokawa en 2010 con la misión Hayabusa 1).
El lanzamiento sería en 2024, el encuentro con
el 67P en 2029 y para 2038 tendríamos las muestras en la Tierra.
¿Por qué el 67P? Lo veremos en la próxima.
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