El
12 de noviembre será una fecha histórica, pues es la fecha elegida para que el
módulo de aterrizaje Philae de la Agencia
Espacial Europea aterrice en el cometa
67P/Churyumov-Gerasimenko. Será una fecha de revancha, pocos recuerdan que un
12 de noviembre de 2003 era la fecha en la que estaba programado el sobrevuelo
cercano al cometa 2P/Encke de la sonda norteamericana CONTOUR (Comet Nucleus
Tour). Fue lanzada y puesta en órbita terrestre el 3 de julio de 2002 en un
cohete Delta II. El 15 de agosto se realizó la maniobra de encender el motor de
combustible sólido Star-30 para que la sonda ingresara en la órbita solar que
la llevaría al sobrevuelo (a una distancia de entre 100 y 160 kms.) del 2/P.
Luego de dicho sobrevuelo, enviones gravitatorios de la Tierra la llevarían en
junio de 2006 a
sobrevolar el cometa 73/P Schwassmann-Wachmann y en agosto de 2008 al
6P/d’Arrest. Incluso se especulaba que pudiera visitar con posterioridad otro
cometa cuya órbita se ajustara a los requerimientos de la misión.
Ese
15 de agosto de 2002 algo salió mal y luego de encenderse el motor se perdió
todo contacto. Los intentos de contacto prosiguieron hasta diciembre de 2002.
La hipótesis más aceptada es que durante el encendido la sonda se desintegró,
probablemente debido a fallos en la estructura de la nave que hicieron que no
soportara el calor del motor de combustible sólido en su centro.
El
2P/Encke parece un objetivo deseable para una misión cometaria: es el cometa
con periodo orbital más corto (y por ende conocido), poco más de 3 años, y una
inclinación respecto del plano del sistema solar de sólo 10º. Las expectativas
de la misión eran altas, por ser un cometa que se cree potencialmente peligroso
para la humanidad. Recordemos que el estallido de Tunguska se atribuye a un
fragmento suyo y que se cree que es parte de un gigantesco “cometa progenitor”
que se habría desintegrado hace miles de años y cuyos fragmentos habrían
producido impactos catastróficos en tiempos prehistóricos. Es la tesis de los
astrónomos ingleses William Napier y Victor Clube. La evidencia que esgrimen es
el hallazgo, en 1983, de un desmesurado camino de polvo cometario consistente
con la ruptura de un cometa gigantesco hace 20.000 años. Todos los años la Tierra cruza ese “sendero
de polvo cometario” en junio y noviembre y según el profesor Napier existiría
evidencia de que dicho polvo cometario sería al menos parcialmente responsable
de la última glaciación y de los cambios climáticos constatados en la baja Edad
Media. Se esperaba que el análisis del polvo obtenido por la Contour aportara más
evidencias.
El
73/P se caracteriza por sus frecuentes estallidos y fragmentaciones, que lo
hacen el cometa impredecible por antonomasia y un objetivo muy atractivo para
un sobrevuelo, pensando en saber más sobre la dinámica de las fragmentaciones
cometarias.
Ambos
objetivos fueron publicitados como claves para defender a la Tierra de futuros impactos
cometarios, lo que en cierta medida es cierto, pero a cierta distancia
histórica parece un poco exagerado, seguramente parte de la publicidad
encubierta que suele usar la
NASA.
Las
expectativas truncas de Contour nos sirven para dimensionar la importancia
histórica de la aventura de la sonda Rosetta y del módulo Philae. Ya no se
trata de un simple sobrevuelo, como han realizado otras sondas, sino de entrar
en órbita (lo que ya se ha logrado) y aterrizar en el núcleo, acompañando la
evolución del cometa mientras se acerca al Sol.
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