Ayer 12 de
noviembre fue una fecha histórica, y no es un lugar común. Por primera vez un
artefacto humano tocó de manera controlada (porque antes la sonda Deep Impact
había liberado un impactador que explotó sobre el cometa Tempel y produjo un
cráter) el núcleo de un cometa. Los interesados pueden seguir desde la web de la Sección Cometas de la LIADA (cuyo link pueden
encontrar más arriba) como fueron los eventos. Por pura casualidad, me
encontraba observando la transmisión de la ESA y pude presenciar el momento en que el
júbilo, moderado, de los científicos mostraba que se había logrado “cometizar”.
Fue un poco emocionante. Digo pura casualidad, porque no era un programa muy
divertido ver gente mirando monitores. Después resultó que Philae no quedó tan
firmemente anclada en la superficie del núcleo, porque no se activaron ni el
motor de rebote ni los arpones de anclaje, que está en un terreno en pendiente
y sólo sujeta por los tornillos de las patas, que se activaron durante el
aterrizaje y se introdujeron algunos centímetros. Todavía estamos pendiente de
cuan oscuro sea el lugar donde aterrizó, ya que de ello depende cuanta energía
puedan obtener los paneles solares, que también se activaron. Las baterías
tienen carga para 64 horas, por ello los instrumentos científicos comenzaron a
operar desde la separación del orbitador Rosetta. Si consigue energía solar
suficiente, Philae podría trabajar al menos 3 meses en la superficie del
cometa.
Es interesante
observar que las sondas que han sobrevolado anteriormente cometas habían
mostrado imágenes de cuerpos con mucho menos hielo y mucha más roca y polvo que
el modelo cometario vigente antes de las primeras que visitaron el Halley en
1985, y las espectaculares imágenes de Rosetta y ahora de Philae confirman que
el modelo de “bola de nieve sucia” es erróneo y que prácticamente no parece
haber diferencias con la superficie de un asteroide.
Aquí va la
primera imagen obtenida por Philae, a 3,1 km . de la superficie:
No hay comentarios.:
Publicar un comentario