Imagen
NAVCAM del 67P/Churyumov-Gerasimenko tomada el 22 de marzo a 77.8 kilómetros del
núcleo, antes de su encuentro cercano y problemático.
A
medida que la sonda europea Rosetta sigue explorando el cometa 67P /
Churyumov-Gerasimenko en su acercamiento al Sol, se incrementan las
dificultades en sus sistemas de navegación automatizados por las turbulencias
que afronta. A medida que la superficie del
67P recibe más luz solar, Rosetta registra un aumento del gas y el polvo
eyectados al espacio desde el núcleo helado del cometa. Mientras que las
observaciones parecen mostrar un cometa majestuoso desde lejos, cuando Rosetta
se zambulle para realizar acercamientos a la superficie del núcleo, el medio
ambiente circundante al 67P es todo lo contrario.
Inevitablemente,
cuanto más gas y polvo expulsa el cometa por la sublimación del hielo al ser
calentado por la luz solar, el medio ambiente orbital se convierte en más
denso. Esto ha tenido el efecto previsible de causar fricción en los grandes
paneles solares de Rosetta. Sin embargo, durante el osado encuentro cercano del
sábado 4 de abril, una cascada de problemas finalmente obligó a la misión a
activar el “modo seguro”, mientras los científicos de la misión se apresuraban
a encontrar una solución.
Durante
un anterior paso cercano al cometa (14 de febrero), un problema inesperado
surgió cuando uno de los sistemas de navegación de la sonda se vio afectado por
los desechos expulsados al espacio por el cometa. El sistema de navegación de Rosetta rastrea
estrellas y constelaciones conocidas para garantizar de manera autónoma que su
antena de alta ganancia esté constantemente apuntando hacia la Tierra - al igual
que los marineros lo han hecho durante siglos, utilizando las estrellas para
navegar por los océanos. Pero un aumento de los desechos en el campo del
rastreador de estrellas puede hacer que confunda los restos brillantes del
cometa con estrellas, lo que provoca que la sonda deje de apuntar a la Tierra. Esto tiene un impacto inevitable sobre las comunicaciones con Rosetta.
Durante
el sobrevuelo del sábado 4- que llevó a Rosetta a sólo 6 kilómetros de la
superficie - el problema con el rastreador de estrellas surgió de nuevo, y la
sonda tuvo problemas para ubicarse en el espacio. "Se trató de recuperar
las capacidades de seguimiento, pero había demasiado ruido de fondo debido a la
actividad del núcleo cometario: cientos de “falsas estrellas” se registraron y
nos tomó casi 24 horas restablecer adecuadamente el seguimiento"-según una
actualización del blog de Rosetta.
A
lo largo de estas dificultades de seguimiento, el control de la misión era
consciente de que los errores de navegación iban en aumento, empujando Rosetta
más y más fuera de la órbita establecida. La fuerza de la señal de radio estaba
cayendo, lo que indica que la nave estaba confundiendo repetidamente escombros
cometarios con estrellas de fondo. Afortunadamente, el sistema se corrigió
automáticamente y los ingenieros de la ESA detectaron
que la señal de radio volvía a plena capacidad, lo que significa que Rosetta
había recuperado la dirección correcta. Pero el rastreador de estrellas todavía
estaba confundido, causando problemas técnicos de forma intermitente, por lo
que el control de la misión trató de reconfigurar los sistemas de a bordo para
limar estas inconsistencias en la navegación, por lo que se debió activar el
“modo seguro”.
El
“modo seguro” está configurado en los sistemas de una nave espacial para evitar
que un pequeño error provoque un fallo en cascada y una situación potencialmente peligrosa para
la misión. Cuando Rosetta cambió al “modo seguro”, todos los instrumentos
científicos fueron apagados y sólo los sistemas más esenciales siguieron
funcionando.
Durante
el domingo y el lunes, los científicos de la misión trabajaron en “modo seguro”
y lograron llevar la nave a operar de
nuevo en condiciones normales, enviándola en una trayectoria que la llevará a 200 kilómetros del
núcleo y lejos de los escombros que causaron todos estos problemas de navegación.
Pero
hay otra aproximación al 67P planeada y se teme por la seguridad de Rosetta,
especialmente porque se espera un aumento en la actividad cometaria (y por lo
tanto aún más escombros) a medida que el 67P/Churyumov-Gerasimenko se acerque al perihelio (punto más cercano de
aproximación en su órbita alrededor del Sol) en agosto.
Estos
problemas recientes ponen de relieve cuán difícil es investigar un cometa desde
tan cerca y estas lecciones, sin duda, serán muy valiosas para la planificación
de la misión, principalmente en la decisión sobre acercarse tanto al cometa o
no en su próximo encuentro cercano. Pero también demuestran el enorme valor
científico de Rosetta para nuestra comprensión de la dinámica de los cometas,
cuando estos antiguos trozos de material helado surcan el sistema solar
interior.
Fuentes:
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