En 1989 Rosetta era apenas el diseño de una
misión conjunta, en la que NASA se encargaría de la sonda (una Mariner Mark II,
la misma usada para la fallida misión norteamericana CRAF) y la ESA del módulo de aterrizaje y
de la cápsula que traería las muestras cometarias de vuelta a la Tierra. La
obtención de muestras se realizaría con un brazo robótico del que saldrían
herramientas diferenciadas para recolectar muestras de la superficie y del
núcleo. La duración estimada para estas operaciones en la superficie era de
diez días. Para el caso de que el aterrizaje no fuera posible, o no se
realizara con la suficiente firmeza de anclaje, se había planeado un mecanismo
de recolección de muestras desde la sonda en órbita.
Una vez cargadas las muestras, el diseño
original de la misión requería que la sonda y la cápsula se separaran del
módulo de aterrizaje (que quedaría en el cometa y continuaría con los estudios)
a una velocidad de escape moderada para iniciar un viaje de tres años dirigido
desde Tierra. A 100.000
kilómetros de la Tierra , 2 horas antes de la reentrada, la sonda
se separaría de la cápsula con las muestras, que sería la que reingresaría la
atmósfera y finalmente aterrizaría.
Comparación entre la Rosetta originaria y la
que fue lanzada en 2004:
Los ambiciosos planes que exponía el Boletín nº
59 de la ESA en
1989 tuvieron que ser reexaminados cuando la NASA no sólo se retiró del proyecto sino que canceló
la misión CRAF, por lo que la ESA
también tendría que desarrollar una sonda que reemplazara a la Mariner II. La ESA tuvo que sacrificar la
idea de traer a la Tierra
muestras cometarias, que había sido definida como el objetivo central de la
misión, y además diseñar y construir la misión completa, incluyendo la sonda. La
decisión europea fue la de innovar respecto al medio de propulsión, en vez de
un generador termoeléctrico de radioisótopos (como era el diseño original de la Mariner II ), energía solar.
Finalmente, la ingeniería espacial europea produjo la sonda Rosetta tal como la
conocemos con el lander Philae.
Asi llegamos al 11 de diciembre de 2002. El
lanzamiento de Rosetta al cometa 46P/Wirtanen, el objetivo final de la misión,
estaba previsto para enero de 2003. Pero surgió otro inconveniente dos semanas
antes de la fecha de lanzamiento. El cohete designado para llevar Rosetta al
spacio era una nueva versión del Ariane 5, que se lanzaría desde Kourou en la
Guyana francesa. Pero esa nueva versión fue probada a fines de diciembre de
2002 en Holanda, y resultó ser un fracaso. La única posibilidad de lanzar a
Rosetta en la fecha indicada era hacerlo desde Rusia en un cohete Proton, pero
ESA no quiso correr el riesgo de volver a transportar por medio mundo las
toneladas de combustible altamente corrosivo. Se decidió postergar la misión
hasta solucionar los problemas del Ariane 5 y así el 46P/Wirtanen perdió el
privilegio de ser el primer cometa en ser orbitado por una sonda humana. Entró
el reemplazante que todos conocemos, el 67P/Churyumov-Gerasimenko para el
lanzamiento del 2 de marzo de 2004, y el resto es historia conocida.
Estos hermosos platos de porcelana holandesa
(de la ciudad de Delft) conmemorativos del fallido lanzamiento de 2003… ¿Dónde habrán
terminado?
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