Jean
Baptiste Gaspard Bochart de Saron era magistrado en el Parlamento de Paris
desde 1748 a
1789. Sabía de derecho, pero sobre todo de química, astronomía y matemática. Su
fortuna le permitía adquirir piezas de óptica que ponía a disposición de los
astrónomos. Fue miembro de la Academia Real de Ciencias de Francia y su
presidente entre 1783 y 1788. Los académicos lo recordaban invitándolos a tomar
el té en su casa para seguir los debates. Estaba magistralmente dotado para las
matemáticas y se dedicó a la titánica tarea de calcular las órbitas de los
cometas, colaborando con su amigo y cazador de cometas Charles Messier. La
Revolución se ensañó con este hombre justo que cumplió con todas las
disposiciones revolucionarias aunque veía como sus amigos iban subiendo al
cadalso. Con la dictadura de Robespierre fue encarcelado, ya sabía que nadie se
libraba de la nueva diosa revolucionaria, Madame Guillotine. Charles Messier
descubrió un cometa el 27 de septiembre de 1793 y a los pocos días el brillo
del Sol lo ocultó en su perihelio. De Saron esperaba su segura muerte en la
prisión, por lo que Messier se las arregló para hacer pasar los papeles con sus
observaciones escondidas para que su amigo calculara la órbita. Consolado de
sus penas con el cálculo matemático, De Saron consiguió calcular la órbita del
nuevo cometa en menos de tres meses. El 29 de diciembre de 1793 Messier volvió
a observar su cometa emergiendo de la luz solar, gracias a los cálculos de su
amigo en desgracia. Pocos meses después, el 20 de abril de 1794 De Saron era
guillotinado. Pocos recuerdan los científicos que fueron víctimas de la
Revolución Francesa.
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