lunes, 20 de marzo de 2017

UN CONSUELO COMETARIO


Jean Baptiste Gaspard Bochart de Saron era magistrado en el Parlamento de Paris desde 1748 a 1789. Sabía de derecho, pero sobre todo de química, astronomía y matemática. Su fortuna le permitía adquirir piezas de óptica que ponía a disposición de los astrónomos. Fue miembro de la Academia Real de Ciencias de Francia y su presidente entre 1783 y 1788. Los académicos lo recordaban invitándolos a tomar el té en su casa para seguir los debates. Estaba magistralmente dotado para las matemáticas y se dedicó a la titánica tarea de calcular las órbitas de los cometas, colaborando con su amigo y cazador de cometas Charles Messier. La Revolución se ensañó con este hombre justo que cumplió con todas las disposiciones revolucionarias aunque veía como sus amigos iban subiendo al cadalso. Con la dictadura de Robespierre fue encarcelado, ya sabía que nadie se libraba de la nueva diosa revolucionaria, Madame Guillotine. Charles Messier descubrió un cometa el 27 de septiembre de 1793 y a los pocos días el brillo del Sol lo ocultó en su perihelio. De Saron esperaba su segura muerte en la prisión, por lo que Messier se las arregló para hacer pasar los papeles con sus observaciones escondidas para que su amigo calculara la órbita. Consolado de sus penas con el cálculo matemático, De Saron consiguió calcular la órbita del nuevo cometa en menos de tres meses. El 29 de diciembre de 1793 Messier volvió a observar su cometa emergiendo de la luz solar, gracias a los cálculos de su amigo en desgracia. Pocos meses después, el 20 de abril de 1794 De Saron era guillotinado. Pocos recuerdan los científicos que fueron víctimas de la Revolución Francesa. 

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