La
sonda Solar Orbiter de la Agencia Espacial Europea es el laboratorio solar más
complejo lanzado hacia nuestra estrella. El lanzamiento se produjo el 10 de
febrero de 2020. Será la primera vez que se estudie la conexión entre los
eventos en la superficie solar y los que se producen en el espacio interplanetario
alrededor de la nave. Los estudios se realizarán desde distintas órbitas y
según Wikipedia tienen como objetivo contestar a las siguientes preguntas:
¿Cómo y en
qué lugar de la corona solar se originan el viento solar, el plasma y el campo
magnético?
¿Cómo las
fases transitorias solares conducen la variabilidad heliosférica?
¿Cómo las
erupciones solares producen radiación de partículas energéticas que llenan
la heliósfera?
¿Cómo
funciona la dínamo solar y cómo conducen las conexiones entre el Sol y la
heliosfera?
Apenas iniciado su viaje, apareció en C/2019 Y4 ATLAS
y los investigadores se percataron de que la Solar Orbiter podría realizar un
trabajo extra, ya que pasaría por las dos colas del cometa. Por supuesto, sus
instrumentos no estaban diseñados para la ciencia cometaria, pero no se podía
desaprovechar la oportunidad. Pero el ATLAS no llegó a la cita, se desintegró
cuando la Solar Orbiter todavía estaba lejos.
Pero la misión cometaria de la Solar Orbiter se concretó, aunque de otra
manera: fue la primera sonda en encontrarse con los restos de un cometa
desintegrado. Sus instrumentos pudieron detectar poderosas ondas provenientes
del campo magnético extinto y también numerosas ondas de nubes de polvo, una
tras otra, provenientes del interior del núcleo extinto.
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