Si bien éste es
un blog astronómico, al final de cuentas sigue siendo un blog, formato
relacionado con las experiencias personales del que lo redacta. Hoy lo usaré
para la polémica. Hace pocos días vi el capítulo de la nueva serie “Cosmos”
sobre los cometas. En general es muy buena y la historia de Newton y Halley
está magníficamente contada en este capítulo. Pero hay algo que me disgustó y
que es un preconcepto o un sesgo cognitivo común en la astronomía moderna: el
desprecio absoluto por la astronomía precopernicana. Es común escuchar que con
Copérnico, o con Galileo, comenzó la astronomía como ciencia, lo que es (y
perdonen la expresión pero es disgusto que he acumulado) una “idiotez”, aunque
lo digan científicos (que no conocen de historia). Es sabido que los cálculos
de Copérnico se basan en observaciones anteriores, que Galileo era copernicano
antes de observar por el telescopio y que sin las observaciones de Tycho Brahe
el nuevo paradigma no se hubiera impuesto (y Tycho era un geocentrista
convencido). Lo que generó esta entrada en el capítulo sobre los cometas de la
nueva “Cosmos” fue la afirmación “los antiguos sólo se ocupaban de los cometas como
presagios”, lo que más que inexactitud es una mentira (como en el primer
capítulo lo fue la afirmación de que el poema de Lucrecio, De rerum natura,
estuvo prohibido durante toda la
Edad Media ). Basta con una de nuestra primeras entradas
(Plinio y los cometas: http://www.cometasentrerios.blogspot.com.ar/2014/02/seneca-y-los-cometas.html)
para probar que durante la antigüedad hubo una importante corriente de opinión
que consideraba que eran cuerpos astronómicos cuya rareza e impredecibilidad se
debían a que no conocíamos su órbita con precisión. Es cierto que la opinión
mayoritaria era la de Aristóteles, que consideraban que eran exhalaciones
gaseosas que salían de la
Tierra y que se inflamaban con el roce de las esferas
celestiales, pero esa opinión encajaba perfectamente con el paradigma
ptolemaico. La astronomía moderna debería, antes de pensar que toda la ciencia
pregalileana es superstición, recordar sus propios errores, como el origen
volcánico de los meteoritos o la existencia del planeta Vulcano. Unas pocas
consideraciones para refutar a la serie “Cosmos”. Los antiguos caldeos y buena
parte de los filósofos antiguos (Séneca, Apolonio de Mindos, Anaxágoras,
Hipócrates de Quíos) consideraban que eran astros y no fuego, por lo que no
podían tener los efectos físicos que le atribuían los partidarios de
Aristóteles y los estoicos: sequías y vientos. Los estoicos los consideraban
presagios pero dentro de su peculiar sistema filosófico, que consideraba que
todo estaba predeterminado y que por ende se podían descubrir señales de lo que
ineludiblemente sucederá, los epicúreos les negaban el carácter de presagios.
No siempre eran considerados mensajeros de desgracias, ahí está el cometa que
supuestamente portó a Julio César al empíreo. Y en general la astrología
consideraba que eran presagios relativos al estado y a los reyes, no al común
de los mortales. Por ende, en la antigüedad nunca tuvieran una oleada de temor
cometario semejante a la provocada por el Halley en 1910. A la edad media le
corresponden los temores más acendrados, pero en la
Edad Media se gestó sobre bases griegas y romanas
la moderna astronomía. ¡Mas respeto, entonces, con la ciencia precopernicana!
Otra entrada
relacionada: Temores cometarios: http://www.cometasentrerios.blogspot.com.ar/2014/01/temores-cometario.html
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