Debo
al estupendo y bello libro “El cometa” de Carl Sagan conocer la existencia de
las enigmáticas poesías del más grande poeta chino, Qu Yuan, que refieren,
aparentemente, a un cometa. Son las composiciones 6 y 7 de una colección de
poemas llamada “Jiu Ge”, o “Nueve Canciones”.
El
pobre Carl sabía de muchas cosas, pero decididamente nada de literatura. No
sabemos cómo era la versión inglesa que era parte del libro original, tenemos
la versión castellana de la versión inglesa, traducción de una traducción seguramente
bastante libre del poema 7. Es muy bella, por más que tenga según Sagan este
presunto defecto: “Muchas de las imágenes que parecen inútiles, como “bandera
de nubes” y “bandera azul”, son en realidad alusiones a los numerosos nombres
chinos de los cometas”. ¿Cuáles serán las “imágenes útiles”, entonces, en una
poesía?:
Pequeño
árbitro del destino humano
Orquídeas
de otoño, jungla exuberante
Que
despliega la vida debajo del patio.
Hojas
verdes, flores blancas:
Nos
alcanza un aroma rico y fragrante.
De
cada persona salen niños preciosos.
¿Por
qué tantas tristezas, señor mío?
Orquídeas
de otoño, frescas y lozanas
Hojas
verdes, tallos púrpura.
El
patio está lleno de gente encantadora.
De
repente, sólo conmigo, una mirada significativa.
Llegó
sin hablar, se fue sin despedirse
Cabalgando
el torbellino, con su bandera de nubes.
Las
separaciones de la vida son una pena superior a la pena.
Un
nuevo amigo es una alegría que supera la alegría.
Vestiduras
de loto, cintura de dulce albahaca:
Llegó
repentinamente, se fue con prisas.
Sus
alojamientos vespertinos son la frontera de los dioses.
¿a
quién esperáis en el borde de las nubes?
Os
bañáis con vuestra dama en el Estanque de la Unión.
Y
secáis su pelo bajo el sol.
Busco
a mi amado en el cielo: ¿por qué no ha llegado todavía?
Encarado
al viento e indistinto levanto mi vos en un canto.
Dosel
de plumas de pavo, bandera azul de martín pescador,
escalad
el Noveno Cielo, calmad el cometa.
Él,
con su larga espada, protege y alimenta a los jóvenes.
Mi
Señor es el único que puede llevar la justicia al mundo.
(Carl
Sagan y Ann Druyan: El cometa, Ed. Planeta, Barcelona, 1985, pág.17)
En
Wikipedia (http://en.wikipedia.org/wiki/Jiu_Ge)
hay una traducción al inglés de los poemas 6 y 7 que se adivina bastante
literal y mucho más bella todavía. Para el lector no familiarizado con el
inglés va una traducción:
6.-
Amo
del Destino
Un
resplandor en el cielo y súbitamente te levantas,
la
noche palidece y el día empieza a
brillar.
Corres
con ruedas de trueno y banderas de nubes desplegadas,
grandes
suspiros mientras observas anhelante
la
belleza de la tierra en llamas.
Observa
y márchate, olvida tu camino.
Estiro
un arco largo y disparo al Lobo del Cielo,
y
luego al Mirlo, y me sumerjo en el blanco vacío.
7.-
Joven
Amo del Destino
El
patio está lleno de gente encantadora
pero
tienes ojos sólo para mí,
cabalgando
un remolino, una nube como bandera.
Llegaste
repentinamente y repentinamente te fuiste,
y
sólo tuviste ojos para mí.
Me
bañé contigo en el Estanque Celestial
y
sequé tu cabello en la soleada ladera de una colina.
Ahora
soy yo quien llora y canta con desesperación.
Bajo
un dosel de plumas de pavo real y halcyón
Trepas
nuevamente al Noveno Cielo.
La
versión literal suprime casi por completo el aspecto erótico de la versión
saganiana, seguramente una occidentalización de la versión china. Nunca había
leído una pieza literaria en la que el autor
estableciera una relación tan directa con un cometa, en este caso
(arriesgo) como símbolo de lo impredeciblemente bello o terrible que es el
universo.
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