En
una entrada anterior nos referimos a ese ejemplo de vida para todos los que amamos
la astronomía amateur que fue William Denning. Como muchos aficionados, la
astronomía es una pasión, por la naturaleza, por el cielo y por el estudio. Y
la pasión suele reflejarse en poesía. Denning fue un poeta ocasional, cantando
su pasión. “Falling Stars” es un poema sobre su pasión principal, la
observación de meteoros, publicado cuando tenía 66 años, en el “Journal of the
Royal Astronomical Society of Canada” (1915). La encontramos en su biografía “W.
F. Denning: In Quest of Meteors. A biography”, de Martin Beech. Ofrecemos la
traducción de Google Translate (nada mal).
Hay
varias alusiones a la experiencia de observación de meteoros que reconocemos los
que la hemos realizado:
La
espera a que aparezca un meteoro, nunca sabemos cuándo aparecerá:
Nunca
sé el instante en que
perturbarán
la quietud
de
las estrellas del Cielo y correrán por el firmamento
todo
en silencio”.
La
alegría de ver un meteoro mientras lo esperamos con los pies en el suelo con
rocío nocturno:
“Dondequiera
que vienen, traen una alegría que llena mi alma.
¡Oh,
mensajeros de mundos lejanos! Anhelo
aprender
tu historia,
y
espero, entre el rocío helado de la tierra,
noticias
celestiales”
ESTRELLAS
FUGACES
“Brillantes
estrellas fugaces, las saludo con una sonrisa,
mientras
seducen,
mi
soledad, con puro y dulce placer,
en
instantes fugaces.
De
belleza colorida y vestidas de lustre,
nunca
en reposo,
abarcan
el cielo y adornan el camino celestial
con
rayos centelleantes.
Solo
conozco los momentos de su nacimiento,
sobre
la tierra;
mientras
ellas realizan su ronda anual en el espacio,
corren
su carrera
y
perforan el azul como una espada centelleante,
demasiado
rápida para desvanecerse.
A
lo largo de tu vuelo, las brasas ardientes siembran
un
resplandor crepuscular,
para
marcar su camino entre las estrellas de la noche,
con
luz guía.
Nunca
sé el instante en que
perturbarán
la quietud
de
las estrellas del Cielo y correrán por el firmamento
todo
en silencio.
Ni
puedo decir en el libro abierto de la Naturaleza,
dónde
mirar,
para
ver sus destellos crecer y desvanecerse
en
la sombra de la noche. Hacia el este o el oeste, sus bolas de fuego
pueden
caer de cabeza,
o,
lentamente, fluir hacia la altura estrellada
en
un vuelo grácil.
Dondequiera
que vienen, traen una alegría que llena mi alma.
¡Oh,
mensajeros de mundos lejanos! Anhelo
aprender
su historia,
y
espero, entre el rocío helado de la tierra,
noticias
celestiales”.
FALLING
STARS
“Bright falling stars I
greet you with a smile,
While you beguile,
My loneliness, with pleasure pure and sweet
In moments fleet.
In coloured beauty and in lustre dressed,
Never at rest,
You span the sky and guild the heav'nly way
With sparkling ray.
I only know the moments of your birth,
Above the earth;
As she performs her yearly round in space
You run your race
And pierce the blue just as a flashing blade
Too quick to fade.
Along your flight the burning embers sow
An after-glow,
To mark your path amid the stars of night,
With guiding light.
I never know the instant when you will
Disturb the still
Of Heaven's stars and speed athwart the sky
All silently.
Nor can I tell in Nature's open book,
Just where to look,
To watch your coruscations wax and fade
Amid night's shade.
Adown the east or west your fiery ball
May headlong fall,
Or, slowly, stream along the starry height
In graceful flight.
Whene'er you come you bring a joyous thrill
My soul to fill.
Oh messengers from distant worlds! I yearn
Your tale to learn,
And I await, amid earth's frosted dews,
Celestial news”.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario