viernes, 5 de diciembre de 2025

¿Está la anticola de 3I/ATLAS orientada hacia el Sol compuesta por un enjambre de objetos? POR AVI LOEB

 


Imagen de 3I/ATLAS del 22 de noviembre de 2025, entre las 3:00 y las 5:00 UTC, basada en el apilamiento de 106 imágenes con exposiciones de 60 segundos, tomadas con un telescopio de 0,30 metros en Sternwarte Feuerstein (http://sfeu.de) en Alemania. La imagen muestra una coma en forma de lágrima con una anticola orientada hacia el Sol, apuntando hacia la esquina inferior izquierda. (Crédito de la imagen: Prof. Dra. Christina Birkenhake).

Durante noviembre de 2025, las imágenes postperihelio del objeto interestelar 3I/ATLAS mostraron una coma en forma de lágrima con una extensión de aproximadamente un minuto de arco hacia el Sol.

Durante el mismo período, el seguimiento de 3I/ATLAS por parte del JPL Horizons reportó una aceleración no gravitacional. Su magnitud es una pequeña fracción, del orden de Δ=0,0002, de la aceleración gravitacional del Sol. En la última versión de JPL Horizons, la aceleración no gravitacional es inversamente proporcional al cuadrado de la distancia heliocéntrica (separación entre el objeto y el Sol), al igual que la aceleración gravitacional del Sol. Esto significa que la relación entre ambas aceleraciones permanece constante a lo largo de la órbita de 3I/ATLAS.

El componente dominante de la aceleración no gravitacional se encuentra en la dirección radial que se aleja del Sol. Una forma sencilla de incorporarla es considerar que 3I/ATLAS acelera en respuesta a una masa solar ligeramente reducida, en una fracción de Δ.

Si 3I/ATLAS está rodeado por un enjambre de objetos que no comparten su aceleración no gravitacional, estos objetos tenderán a estar más cerca del Sol en relación con 3I/ATLAS, ya que 3I/ATLAS se aleja del Sol en relación con los objetos debido a su aceleración no gravitacional. La energía por unidad de masa es una constante que se conserva en las trayectorias moldeadas por la gravedad solar. Sin embargo, la trayectoria de 3I/ATLAS tiene una energía de enlace gravitacional ligeramente menor debido a su reducida masa efectiva solar.

Si los objetos partieran a la misma velocidad y posición que 3I/ATLAS, tendrían un excedente de energía de enlace gravitacional de una fracción de Δ con respecto a 3I/ATLAS. Sin embargo, tendrían la misma energía de enlace y seguirían a 3I/ATLAS si tuvieran la misma velocidad y estuvieran desplazados de su distancia heliocéntrica una fracción de Δ.

En la corriente del perihelio.

Un gran enjambre de objetos tendría una superficie mucho mayor que la de 3I/ATLAS, incluso si su masa total fuera una pequeña fracción de la masa de 3I/ATLAS. Por ejemplo, un billón (=10^{12}) de objetos que contienen una fracción total de tan solo el 0,001 de la masa de 3I/ATLAS equivaldría a una superficie total 100 veces mayor que la de 3I/ATLAS. Este enjambre crearía la apariencia de una coma que refleja el 99 % de la luz solar en el resplandor alrededor de 3I/ATLAS. Esto concuerda con la fracción de luz en la coma que se observa en la imagen de 3I/ATLAS tomada por el Telescopio Espacial Hubble el 21 de julio de 2025 (analizada aquí).

Mientras la aceleración no gravitacional de 3I/ATLAS sea inversamente proporcional al cuadrado de la distancia heliocéntrica, la extensión espacial de los objetos sería del orden de Δ veces la distancia heliocéntrica de 3I/ATLAS, apuntando siempre hacia el Sol. Esta configuración explicaría por qué la forma de lágrima hacia el Sol existía con una extensión angular similar en el resplandor alrededor de 3I/ATLAS mientras se acercaba al Sol, así como ahora, cuando 3I/ATLAS se aleja del Sol.

Si la anticola está asociada con un enjambre de objetos que no se evaporan alrededor de 3I/ATLAS, la pregunta interesante es: ¿cuál es la naturaleza de estos objetos? ¿Son fragmentos rocosos o algo más?

jueves, 4 de diciembre de 2025

Desvelada la naturaleza del cometa interestelar 3I/ATLAS POR JOSEP TRIGO

 

Fuente:

https://theconversation.com/desvelada-la-naturaleza-del-cometa-interestelar-3i-atlas-269565

El desconocimiento y la superstición siguen siendo un caballo de batalla en nuestra sociedad. En torno al cometa 3I/ATLAS se han publicado numerosos titulares sensacionalistas, pero de nuevo la evidencia científica, la interpretación rigurosa y la corroboración de los datos pueden abrirse paso entre todo el ruido generado. En un artículo anterior recogimos su descubrimiento y campaña internacional de estudio, en esta ocasión revisamos su naturaleza y composición.

Composicionalmente similar a los objetos transneptunianos

Desde mi equipo de investigación lidero un reciente artículo que muestra nueva evidencia sobre la naturaleza cometaria de 3I/ATLAS. Este visitante interestelar se muestra como un cuerpo similar a objetos transneptunianos conocidos en el sistema solar, de los que pensamos que proceden ciertas condritas carbonáceas –los meteoritos más antiguos conocidos–. Nuestro estudio corrobora la similitud del visitante interestelar con cuerpos helados transneptunianos.

Nuestro conocimiento sobre meteoritos nos permite ahora ir más allá, revelando su naturaleza prístina, es decir, su estado más puro, original e intacto, sin haber sido alterado. Encontramos presencia significativa de hielo de agua y un contenido en granos metálicos que tampoco es demasiado común en los materiales formativos de esos objetos transneptunianos en la actualidad, tras miles de millones de años de exposición a colisiones y otros procesos.

Estas características han sorprendido a la comunidad científica, y explican su capacidad de desarrollar criovulcanismo –expulsión energética de gases y partículas– conforme se aproxima al Sol.

 


Concepto artístico del comienzo de la actividad criogénica localizada del cometa interestelar 3I/ATLAS, aquí representada hipoteticamente en proximidad a Marte. Josep M. Trigo (CSIC/IEEC)


Incluso si este primitivo cometa tuvo su origen en un sistema planetario distante, los materiales formativos no fueron tan diferentes a los de nuestra vecindad. Una corroboración de que la química que da origen a los planetas, y que empezamos a comprender, suele reproducirse.

Su peculiar envoltura gaseosa

Uno de los aspectos que han sorprendido más a la comunidad científica es que la componente gaseosa que forma la envoltura exterior del cometa 3I/ATLAS es significativamente diferente a la de buena parte de los cometas. ¿Cómo podemos reconciliar esa evidencia?

Final del formulario

En las observaciones realizadas a mayor distancia, obtenidas por los grandes telescopios que lograron captarlo espectroscópicamente, se detectó la presencia de monóxido y dióxido de carbono. Se interpretaron como productos de la sublimación de los primeros hielos, a temperaturas inferiores a las requeridas para la sublimación de hielo de agua. Generalmente, estos compuestos no son comunes en la mayoría de cometas, que suelen mostrar una química más reductora –moléculas en estado reductor–, y están caracterizados por otras especies químicas como el metano o amoníaco.

Una pista clave en la cambiante luminosidad del cometa

Nuestro análisis de la luminosidad del cometa en función de su distancia al Sol muestra que, cuando se acercó a unos 378 millones de kilómetros, se produjo una transición hacia una etapa de sublimación más intensa. En ese punto, la temperatura, cercana a los –71 ⁰ C, había superado el umbral necesario para sublimar el dióxido de carbono sólido –hielo seco–. Como consecuencia, un material líquido de carácter oxidante comenzó a penetrar en el interior del objeto y a interactuar con sus componentes más reactivos: granos metálicos y sulfuros de hierro.

En ese momento, diversas regiones de la superficie se activaron y multiplicaron la producción de gas y polvo micrométrico, incrementando la luminosidad de la coma en varias magnitudes de brillo. A aquella distancia del Sol, el cometa salió de su letargo definitivamente para experimentar lo que denominamos criovulcanismo.

La sublimación de los hielos condujo a una potente desgasificación del núcleo cometario, generando chorros desde las regiones activas, que rotan. El núcleo de 31/ATLAS gira sobre sí mismo en unas 16 horas, como concluyó un estudio reciente.

 


La magnitud de brillo del cometa en función del día juliano y la distancia heliocéntrica (r) en unidades astronómicas. Una flecha marca el comienzo de la activación criogénica del cometa interestelar 3I/ATLAS y también se indica la localización del perihelio, punto más próximo al Sol. Imagen adaptada de (Trigo-Rodríguez et al., 2025) Josep M. Trigo (CSIC/IEEC)

 

La explicación a la abundacia de niquel

Tras nuestra investigación, también podemos explicar la sobreabundancia observada de niquel en la coma del 3I/ATLAS: es consecuencia de los procesos que tienen lugar en la superficie y el subsuelo del cometa. Concretamente de procesos conocidos como reacciones Fischer-Tropsch. En ellas, el agua caliente interacciona con los granos metálicos y genera la catálisis de compuestos orgánicos complejos. Estas reacciones tienden a favorecer la emisión a la coma de compuestos de níquel frente a los de hierro.

Es decir, la fuente del criovulcanismo de 3I/ATLAS debe ser consecuencia de esos procesos de corrosión extensiva de los materiales prístinos preservados en el interior del visitante interestelar. De hecho, hemos calculado que el pasado 29 de octubre, durante su punto más próximo al Sol alcanzó una temperatura media de 4 ⁰ C, permitiendo la extensa participación del agua líquida y promoviendo la aparición de nuevos criovolcanes, como corroboran nuestras imágenes.



A la izda. 3I/ATLAS el 17 de noviembre visto desde Breda, Girona, obtenido por Pau Montplet con un Celestron de 15 cm a distancia focal f:7. A la dcha. el procesado de Josep M. Trigo con un filtro Larson Sekanina revela los abundantes chorros que surgen del núcleo de 3I/ATLAS (aquí visible en negativo). La flecha hacia abajo indica la dirección de la anticola en dirección solar. (Pau Montplet/AstroMontseny)

 

Empleando el telescopio robótico Joan Oró del Observatori del Montsec (IEEC) hemos podido obtener las imágenes más resolutivas de los diferentes chorros de gas y partículas de polvo que se desprenden del cometa 3I/ATLAS.

 


Diferentes chorros emanando del núcleo del cometa 3I/ATLAS en una imagen obtenida con el Telescopio Robótico Joan Oró el pasado 13 de noviembre, empleando un filtro Larson-Sekanina. Josep M. Trigo (CSIC/IEEC)

 

Estudios previos sobre condritas carbonáceas

Para interpretar los procesos que ocurren en el cometa 3I/ATLAS han resultado fundamentales nuestros estudios sobre los procesos de alteración acuosa que experimentaron los llamados asteroides transicionales hace 4 550 millones de años, de donde proceden las condritas carbonáceas, trabajo que venimos realizamos desde la Sala Blanca de Meteorítica y Muestras Retornadas y otros laboratorios del ICE-CSCI.

Anteriores trabajos de nuestro grupo de investigación desvelaron el importante papel de ciertos minerales contenidos en las condritas carbonáceas. Demostramos sus impresionantes propiedades como catalizadores de compuestos orgánicos complejos. Asimismo, la composición química de los más cercanos podría situarlos como interesantes objetivos para la extracción de recursos en el futuro.

El interés científico sobre el 3I/ATLAS continúa con una campaña observacional promovida por el International Asteroid Warning Network (IAWN). Seguiremos participando en el estudio de este cometa interestelar para aprender más detalles sobre su comportamiento.

Vida en otros mundos

Si asumimos un diámetro kilométrico y una composición condrítica para el cometa interestelar 3I/ATLAS, la masa estimada sería superior a seiscientos millones de toneladas. Por tanto, este interesante vagabundo celeste, con su contenido en hielos, materia orgánica, metales y una gran capacidad catalítica para generar compuestos orgánicos complejos, parece buscar un entorno propicio para promover la aparición de vida en otros mundos. Afortunadamente, en nuestro caso pasará de largo.

Fuente:

https://theconversation.com/desvelada-la-naturaleza-del-cometa-interestelar-3i-atlas-269565

El desconocimiento y la superstición siguen siendo un caballo de batalla en nuestra sociedad. En torno al cometa 3I/ATLAS se han publicado numerosos titulares sensacionalistas, pero de nuevo la evidencia científica, la interpretación rigurosa y la corroboración de los datos pueden abrirse paso entre todo el ruido generado. En un artículo anterior recogimos su descubrimiento y campaña internacional de estudio, en esta ocasión revisamos su naturaleza y composición.

Composicionalmente similar a los objetos transneptunianos

Desde mi equipo de investigación lidero un reciente artículo que muestra nueva evidencia sobre la naturaleza cometaria de 3I/ATLAS. Este visitante interestelar se muestra como un cuerpo similar a objetos transneptunianos conocidos en el sistema solar, de los que pensamos que proceden ciertas condritas carbonáceas –los meteoritos más antiguos conocidos–. Nuestro estudio corrobora la similitud del visitante interestelar con cuerpos helados transneptunianos.

Nuestro conocimiento sobre meteoritos nos permite ahora ir más allá, revelando su naturaleza prístina, es decir, su estado más puro, original e intacto, sin haber sido alterado. Encontramos presencia significativa de hielo de agua y un contenido en granos metálicos que tampoco es demasiado común en los materiales formativos de esos objetos transneptunianos en la actualidad, tras miles de millones de años de exposición a colisiones y otros procesos.

Estas características han sorprendido a la comunidad científica, y explican su capacidad de desarrollar criovulcanismo –expulsión energética de gases y partículas– conforme se aproxima al Sol.

 

Concepto artístico del comienzo de la actividad criogénica localizada del cometa interestelar 3I/ATLAS, aquí representada hipoteticamente en proximidad a Marte. Josep M. Trigo (CSIC/IEEC)

Incluso si este primitivo cometa tuvo su origen en un sistema planetario distante, los materiales formativos no fueron tan diferentes a los de nuestra vecindad. Una corroboración de que la química que da origen a los planetas, y que empezamos a comprender, suele reproducirse.

Su peculiar envoltura gaseosa

Uno de los aspectos que han sorprendido más a la comunidad científica es que la componente gaseosa que forma la envoltura exterior del cometa 3I/ATLAS es significativamente diferente a la de buena parte de los cometas. ¿Cómo podemos reconciliar esa evidencia?

Final del formulario

En las observaciones realizadas a mayor distancia, obtenidas por los grandes telescopios que lograron captarlo espectroscópicamente, se detectó la presencia de monóxido y dióxido de carbono. Se interpretaron como productos de la sublimación de los primeros hielos, a temperaturas inferiores a las requeridas para la sublimación de hielo de agua. Generalmente, estos compuestos no son comunes en la mayoría de cometas, que suelen mostrar una química más reductora –moléculas en estado reductor–, y están caracterizados por otras especies químicas como el metano o amoníaco.

Una pista clave en la cambiante luminosidad del cometa

Nuestro análisis de la luminosidad del cometa en función de su distancia al Sol muestra que, cuando se acercó a unos 378 millones de kilómetros, se produjo una transición hacia una etapa de sublimación más intensa. En ese punto, la temperatura, cercana a los –71 ⁰ C, había superado el umbral necesario para sublimar el dióxido de carbono sólido –hielo seco–. Como consecuencia, un material líquido de carácter oxidante comenzó a penetrar en el interior del objeto y a interactuar con sus componentes más reactivos: granos metálicos y sulfuros de hierro.

En ese momento, diversas regiones de la superficie se activaron y multiplicaron la producción de gas y polvo micrométrico, incrementando la luminosidad de la coma en varias magnitudes de brillo. A aquella distancia del Sol, el cometa salió de su letargo definitivamente para experimentar lo que denominamos criovulcanismo.

La sublimación de los hielos condujo a una potente desgasificación del núcleo cometario, generando chorros desde las regiones activas, que rotan. El núcleo de 31/ATLAS gira sobre sí mismo en unas 16 horas, como concluyó un estudio reciente.

 

La magnitud de brillo del cometa en función del día juliano y la distancia heliocéntrica (r) en unidades astronómicas. Una flecha marca el comienzo de la activación criogénica del cometa interestelar 3I/ATLAS y también se indica la localización del perihelio, punto más próximo al Sol. Imagen adaptada de (Trigo-Rodríguez et al., 2025) Josep M. Trigo (CSIC/IEEC)

 

La explicación a la abundacia de niquel

Tras nuestra investigación, también podemos explicar la sobreabundancia observada de niquel en la coma del 3I/ATLAS: es consecuencia de los procesos que tienen lugar en la superficie y el subsuelo del cometa. Concretamente de procesos conocidos como reacciones Fischer-Tropsch. En ellas, el agua caliente interacciona con los granos metálicos y genera la catálisis de compuestos orgánicos complejos. Estas reacciones tienden a favorecer la emisión a la coma de compuestos de níquel frente a los de hierro.

Es decir, la fuente del criovulcanismo de 3I/ATLAS debe ser consecuencia de esos procesos de corrosión extensiva de los materiales prístinos preservados en el interior del visitante interestelar. De hecho, hemos calculado que el pasado 29 de octubre, durante su punto más próximo al Sol alcanzó una temperatura media de 4 ⁰ C, permitiendo la extensa participación del agua líquida y promoviendo la aparición de nuevos criovolcanes, como corroboran nuestras imágenes.

A la izda. 3I/ATLAS el 17 de noviembre visto desde Breda, Girona, obtenido por Pau Montplet con un Celestron de 15 cm a distancia focal f:7. A la dcha. el procesado de Josep M. Trigo con un filtro Larson Sekanina revela los abundantes chorros que surgen del núcleo de 3I/ATLAS (aquí visible en negativo). La flecha hacia abajo indica la dirección de la anticola en dirección solar. (Pau Montplet/AstroMontseny)

 

Empleando el telescopio robótico Joan Oró del Observatori del Montsec (IEEC) hemos podido obtener las imágenes más resolutivas de los diferentes chorros de gas y partículas de polvo que se desprenden del cometa 3I/ATLAS.

 

Diferentes chorros emanando del núcleo del cometa 3I/ATLAS en una imagen obtenida con el Telescopio Robótico Joan Oró el pasado 13 de noviembre, empleando un filtro Larson-Sekanina. Josep M. Trigo (CSIC/IEEC)

 

Estudios previos sobre condritas carbonáceas

Para interpretar los procesos que ocurren en el cometa 3I/ATLAS han resultado fundamentales nuestros estudios sobre los procesos de alteración acuosa que experimentaron los llamados asteroides transicionales hace 4 550 millones de años, de donde proceden las condritas carbonáceas, trabajo que venimos realizamos desde la Sala Blanca de Meteorítica y Muestras Retornadas y otros laboratorios del ICE-CSCI.

Anteriores trabajos de nuestro grupo de investigación desvelaron el importante papel de ciertos minerales contenidos en las condritas carbonáceas. Demostramos sus impresionantes propiedades como catalizadores de compuestos orgánicos complejos. Asimismo, la composición química de los más cercanos podría situarlos como interesantes objetivos para la extracción de recursos en el futuro.

El interés científico sobre el 3I/ATLAS continúa con una campaña observacional promovida por el International Asteroid Warning Network (IAWN). Seguiremos participando en el estudio de este cometa interestelar para aprender más detalles sobre su comportamiento.

Vida en otros mundos

Si asumimos un diámetro kilométrico y una composición condrítica para el cometa interestelar 3I/ATLAS, la masa estimada sería superior a seiscientos millones de toneladas. Por tanto, este interesante vagabundo celeste, con su contenido en hielos, materia orgánica, metales y una gran capacidad catalítica para generar compuestos orgánicos complejos, parece buscar un entorno propicio para promover la aparición de vida en otros mundos. Afortunadamente, en nuestro caso pasará de largo.

viernes, 28 de noviembre de 2025

NO SE DETECTAN SEÑALES DE RADIO DESDE EL COMETA 3I/ATLAS (OBVIAMENTE)


 

El radiotelescopio MeerKAT de Sudáfrica realizó el 5 de noviembre de 2025 una búsqueda de transmisiones de radio de banda estrecha del objeto interestelar 3I/ATLAS. Se detectaron 23.689 señales; sin embargo, se determinó que todas no eran espacialmente consistentes con la posición de 3I/ATLAS y, por lo tanto, probablemente causadas por interferencias de radiofrecuencia de origen humano.

Lo que parece interesantes es que si la señal "WOW" captada en 1977 por el Radiotelescopio Big Ear una sola vez y nunca más se repitió, ahora que el supuesto emisor está varios años luz más cerca no emite nada. Además, si es una sonda sigilosa: ¿por qué se anuncia con una señal? Y, por otro lado, el margen de error del lugar de proveniencia del Atlas respecto a la radioseñal misteriosa es de 9 grados... ¡9 grados! ¿Cuántos millones de galaxias caben en 9 grados de universo?

jueves, 27 de noviembre de 2025

Actualizaciones sobre la aceleración no gravitacional de 3I/ATLAS POR AVI LOEB

 


Imagen de 3I/ATLAS, tomada el 25 de noviembre de 2026. (Crédito: Julien de Winter)

Davide Farnoccia actualiza periódicamente la aceleración no gravitacional del objeto interestelar 3I/ATLAS en el sitio web JPL Horizons de la NASA. El 30 de octubre de 2025, el valor del componente de aceleración radial A1, normalizado a una distancia heliocéntrica de la separación Tierra-Sol (=1 ua), se registró en 1,6 x 10-6 ua por día al cuadrado. Para el 24 de noviembre, el coeficiente A1 se redujo por un factor de 4 a un valor de 4 x 10-7 ua por día al cuadrado. En ese momento, señalé aquí que se pronostica que la distancia mínima perijovia de 3I/ATLAS durante su encuentro con Júpiter el 16 de marzo de 2026 será de 53,445 (+/- 0,06) millones de kilómetros, idéntica, con una desviación estándar, al radio de Hill de Júpiter en el momento perijovial, 53,502 millones de kilómetros. Dentro de ese radio, la gravedad de Júpiter domina sobre la marea solar. Cualquier satélite pequeño depositado fuera de este radio será alejado de Júpiter por la gravedad solar.

Sorprendido por la inesperada coincidencia entre la distancia perijovia de 3I/ATLAS y el radio de Hill de Júpiter el 16 de marzo de 2026, envié a Davide por correo electrónico mi informe sobre esta improbable coincidencia. No recibí respuesta. Sin embargo, en un par de días, el valor A1 indicado en el sitio web JPL Horizons de la NASA (aquí) se revisó a la baja por un factor de 6, hasta un valor de 6,8 x 10-8 ua por día al cuadrado, con un nuevo modelo para la dependencia radial de la aceleración no gravitacional. El nuevo modelo utiliza una dependencia inversa del cuadrado de la distancia al Sol: 1/r², apropiada para la sublimación del interior del hielo de dióxido de carbono (CO₂) a una distancia heliocéntrica de 5 ua. Este nuevo modelo reemplaza la dependencia radial más pronunciada asociada con el modelo anterior utilizado por JPL Horizons de la NASA, adecuado para la sublimación del hielo de agua (H₂O) basado en el trabajo de Brian Marsden y colaboradores, como se describe aquí y aquí. Dadas estas revisiones, el nuevo pronóstico de JPL Horizons para la distancia perijove de 3I/ATLAS es ahora de 53,587 (+/- 0,045) millones de kilómetros, ligeramente fuera del radio de Hill del 16 de marzo de 2026. Sin embargo, este pronóstico se basa en un modelo 1/r² que utiliza contribuciones pasadas de distancias heliocéntricas mayores para explicar la desviación medida de 3I/ATLAS respecto de su trayectoria gravitacional original.

El nuevo modelo de JPL Horizons probablemente sea inadecuado. Existe evidencia sólida de que 3I/ATLAS se volvió más brillante cerca del perihelio de lo que predeciría el modelo 1/r² uniforme. Es probable que la corrección de la dependencia radial de la aceleración no gravitacional de 3I/ATLAS para tener en cuenta esta evidencia reajuste la distancia perijove para que coincida con el valor del radio de Hill. La evolución de la luminosidad de 3I/ATLAS sugiere un perfil radial más pronunciado de la aceleración no gravitacional de 3I/ATLAS cerca del perihelio que el modelo 1/r². Según la imagen obtenida por el Telescopio Espacial Hubble el 21 de julio de 2025 (y publicada aquí), la luminosidad está dominada por la coma y refleja la pérdida de masa si la cantidad total de luz solar dispersa es proporcional a la masa de la coma. La evolución de la luminosidad fue publicada en una nueva preimpresión aquí por Marshall Eubanks y colaboradores. Un informe anterior de Qicheng Zhang y Karl Battams aquí sugirió un perfil de luminosidad pronunciado de 1/r^{7.5} dentro de 2 ua a medida que 3I/ATLAS se acercaba a la distancia del perihelio a 1.36 ua el 29 de octubre de 2025. Adoptar esta dependencia radial pronunciada cambiaría la distancia perijovia esperada hacia una concordancia más cercana con el radio de Hill de Júpiter. La insistencia del Vaticano en que la Tierra se encuentra en el centro del sistema solar no modificó su órbita alrededor del Sol. Por la misma razón, el nuevo modelo de JPL Horizons no modificará la trayectoria real de 3I/ATLAS. En los próximos meses, sabremos si la distancia perijove coincide con el radio de Hill gracias a los datos recopilados a medida que 3I/ATLAS se acerca a su perijove el 16 de marzo de 2026. En particular, los datos astrométricos de las sondas Juno, Juice o Psyche serán muy útiles para resolver la cuestión.

 Dado que 3I/ATLAS estuvo oculto por el Sol a los telescopios terrestres durante su paso por el perihelio —cuando alcanzó la mayor parte de su aceleración no gravitacional—, es posible que solo tengamos una restricción estricta sobre la deriva integrada de 3I/ATLAS con respecto a su trayectoria gravitacional, pero no sobre su dependencia radial cerca del perihelio.

Si se materializa la inusual coincidencia entre la distancia perijove de 3I/ATLAS y el radio de Hill, podría indicar una señal tecnológica. En ese caso, 3I/ATLAS podría lanzar dispositivos tecnológicos como satélites artificiales de Júpiter, potencialmente en los puntos de Lagrange L1 y L2 de Júpiter en la esfera de Hill, donde las correcciones orbitales y los requisitos de combustible son mínimos.

Dentro del diámetro de la órbita de Júpiter alrededor del Sol, la coincidencia entre la distancia perijove y el radio de Hill tiene una probabilidad estadística menor a 0,00004. En caso de que la aceleración no gravitacional se necesitó mucha investigación para lograr esta coincidencia; esta rara coincidencia constituirá la anomalía más notable de 3I/ATLAS hasta la fecha en la lista compilada aquí. El veredicto final sobre este asunto se publicará en el sitio web de JPL Horizons, lo que subraya la ineludible verdad de que la ciencia siempre está en proceso de desarrollo y no debe ser resuelta por la autoridad de los funcionarios de la NASA en conferencias de prensa.

¿La señal “¡WOW!” fue emitida desde 3I/ATLAS? POR AVI LOEB

 


Impresión original de computadora con el mensaje "¡WOW!" de la señal "¡WOW!". (Crédito: Wikimedia)

La señal "¡WOW!" fue detectada el 15 de agosto de 1977 como una potente señal de radio de banda estrecha por el radiotelescopio Big Ear de la Universidad Estatal de Ohio. Se infirió que su origen era extraterrestre. La explicación natural más reciente planteó la hipótesis de que la señal "¡WOW!" se debió a un aumento repentino del brillo de la línea de hidrógeno emitida por una nube interestelar, provocado por una potente fuente de radio transitoria, como la llamarada de una estrella de neutrones altamente magnetizada (magnetar).

La ​​señal "¡WOW!" se originó en las coordenadas celestes de Ascensión Recta (AR) = 19 h 25 m = 291 grados y Declinación (Dec) = -27 grados. El 12 de agosto de 1977, el objeto interestelar 3I/ATLAS se encontraba a una distancia de aproximadamente 600 veces la separación Tierra-Sol (UA), lo que corresponde a un tiempo de viaje de la luz de aproximadamente 3 días. Sus coordenadas celestes eran AR=19h40m=295 grados y Dec=-19 grados. Estos parámetros pueden inferirse con precisión dada la ausencia de aceleración no gravitacional para 3I/ATLAS, como se deduce de mi último artículo.

Por lo tanto, la señal "¡WOW!" estaba separada aproximadamente 4 grados en AR y 8 grados en Dec de la dirección de 3I/ATLAS. La probabilidad de que dos direcciones aleatorias en el cielo estén alineadas a ese nivel es de aproximadamente el 0,6 %. Si la señal "¡WOW!" se originó en 3I/ATLAS, ¿qué tan potente era el transmisor? La intensidad detectada de la señal "¡WOW!" se situó en el rango de 54 a 212 Jansky, con un ancho de banda de aproximadamente 10 kilohercios. A una distancia de 600 UA, esto corresponde a una potencia de fuente de 0,5 a 2 gigavatios, la salida de un reactor nuclear típico en la Tierra.

La señal "¡WOW!" se observó a una frecuencia de 1420,4556 ± 0,005 megahercios, con un desplazamiento al azul de unos 10 kilómetros por segundo hacia la Tierra en relación con la frecuencia central de la línea de hidrógeno. Este desplazamiento al azul es del mismo orden de magnitud, pero menor de lo esperado a partir de la velocidad de aproximación de 3I/ATLAS al Sol, de 60 kilómetros por segundo.

Hasta el momento, ningún radiotelescopio ha reportado datos sobre 3I/ATLAS. Se espera que la coincidencia en la dirección de llegada de 3I/ATLAS y la señal "¡WOW!" motive a los radioobservadores a comprobar si 3I/ATLAS muestra alguna transmisión de radio alrededor de la línea hiperfina de hidrógeno.

 


Trayectoria de 3I/ATLAS al 25 de septiembre de 2025 en relación con planetas y misiones espaciales. (Crédito: Iniciativas Espaciales)

 Esto plantea una pregunta más amplia: en caso de detectar una señal artificial de un objeto interestelar, ¿cómo deberíamos interactuar con él?

Los detalles dependerían de las propiedades del objeto. Para medir estas propiedades, deberíamos intentar utilizar todos los telescopios, tanto terrestres como espaciales.

Entre el 1 y el 7 de octubre de 2025, la sonda Mars Reconnaissance Orbiter de la NASA y las sondas Mars Express y ExoMars de la ESA observarán 3I/ATLAS a su paso a 29 millones de kilómetros de Marte. Posteriormente, entre el 2 y el 25 de noviembre de 2025, la sonda Jupiter Icy Moons Explorer (Juice) de la ESA observará 3I/ATLAS con diversos instrumentos.

La urgencia de una respuesta dependerá de la clasificación del objeto en la escala de Loeb.  Un rango 10 sugeriría una amenaza inminente, similar a la de un visitante en nuestro patio trasero capaz de acercarse a la puerta principal, lo que requiere una respuesta inmediata. Pero incluso un rango bajo requeriría un plan de contingencia debido a las importantes implicaciones para la humanidad si la amenaza se materializa. Debemos considerar la posibilidad de un evento de cisne negro proveniente de objetos interestelares similares a un cometa a gran distancia, pero con consecuencias potencialmente devastadoras para nuestro futuro, como un Caballo de Troya.

Nuestra interacción podría ser comunicada electromagnéticamente mediante una señal de comunicación por radio o láser, o involucrar interceptores que se crucen en la trayectoria del objeto interestelar, aterricen en él o tomen una fotografía de cerca.

Nuestra interpretación de los datos estaría sesgada por nuestro limitado conocimiento. En analogía con los sistemas de inteligencia artificial (IA), el razonamiento humano es tan bueno como su conjunto de datos de entrenamiento. Mientras que nuestro conocimiento se limita a las experiencias en la Tierra, nuestra compañera de cita podría exhibir diseños extraterrestres que van mucho más allá de nuestra percepción actual de la realidad. En ese caso, la comunicación podría ser tan difícil como lo es para las hormigas que miran desde el punto estratégico de una grieta en el pavimento a un ciclista que pasa.

martes, 25 de noviembre de 2025

PANEL EXPLORANDO EL COMETA INSTERESTELAR ATLAS

 

Este viernes 28 de noviembre desde las 19,30 se hará un panel debate sobre el cometa interestelar Atlas en la sede central de la Facultad de Ciencia y Técnica de la Universidad Autónoma de Entre Ríos en la ciudad de Oro Verde, Entre Ríos, Argentina. Este es el temario:

1.-FORMA DE LOS COMETAS. SU ESTRUCTURA.

2.-CLASIFICACIÓN SEGÚN SU ÓRBITA.

3.-ESTUDIO DE LA ÓRBITA: ASTROMETRÍA.

4.-ESTUDIO DE LA MAGNITUD: FOTOMETRÍA

5.-LOS OBJETOS INTERESTELARES.

5.A: OUMUAMUA (2017) Y EL LIBRO “INTERSTELLAR” DE AVI LOEB.

5.B: BORISOV (2019).

5.-C: ATLAS: ¿COMETA O SONDA ESPACIAL?


jueves, 20 de noviembre de 2025

La saga continúa de anticolas y colas alrededor de 3I/ATLAS POR AVI LOEB

 




Una imagen de 3I/ATLAS, tomada a las 22:06 UTC del 15 de noviembre de 2025, muestra una prominente anticola junto con dos colas. La dirección hacia el Sol apunta a la esquina inferior izquierda. (Crédito: Teerasak Thaluang, MPC-051, Rayong, Tailandia)

A fecha de 15 de noviembre de 2025, el objeto interestelar 3I/ATLAS aún muestra una prominente anticola, así como colas, según una nueva imagen publicada por Teerasak Thaluang desde un telescopio de 0,26 metros en Tailandia.

La física que explica la anticola de 3I/ATLAS no está clara. En el caso de un cometa natural, podría estar asociada a la liberación de partículas gigantes de polvo con un radio efectivo de ~100 micrómetros (como sugieren David Jewitt y colaboradores). Estas partículas son un millón de veces más masivas que el polvo típico de escala micrométrica, que dispersa la luz solar con mayor eficacia debido a que su tamaño es comparable a la longitud de onda de la radiación. Dado que la relación entre la superficie —que aumenta con el cuadrado del radio de la partícula— y la masa —que aumenta con el cubo del radio— es 100 veces menor para estas partículas gigantes en comparación con sus contrapartes más pequeñas, la presión de radiación no las acelerará alejándolas del Sol con la misma eficacia que el polvo micrométrico en los cometas conocidos. Sin embargo, la pérdida de masa en las partículas de 100 micrómetros debe ser 100 veces mayor que la correspondiente en las partículas micrométricas para producir el mismo brillo de luz solar dispersada.

Otra posibilidad es que, en lugar de partículas de polvo refractario que sobreviven al calentamiento solar, la dispersión de la luz solar sea producida por fragmentos de hielo que se evaporan antes de tener la oportunidad de girar y producir una cola cometaria tradicional alejándose del Sol (como sugerí con Eric Keto).

Finalmente, existe la posibilidad, más especulativa, de que la anticola sea el resultado de propulsores tecnológicos que aceleran el cometa 3I/ATLAS alejándolo del Sol mediante chorros altamente colimados que penetran un millón de kilómetros a través del viento solar debido a su alta velocidad. Los futuros datos espectroscópicos permitirán calibrar la velocidad del flujo de salida y distinguir entre la desgasificación natural, que produce una velocidad característica de hasta unos cientos de metros por segundo, y los chorros artificiales, que alcanzan velocidades superiores a unos pocos kilómetros por segundo.

Descifrar la naturaleza de este fenómeno mediante la recopilación de datos se asemeja al trabajo de un detective. Con la avalancha de datos que recibirá 3I/ATLAS en las próximas semanas —que culminará con su máximo acercamiento a la Tierra el 19 de diciembre de 2025—, deberíamos poder comprender su naturaleza.


miércoles, 19 de noviembre de 2025

La duodécima anomalía de 3I/ATLAS: La orientación de los jets no se ve afectada por la rotación POR AVI LOEB

 


Imágenes apiladas de 3I/ATLAS del 8 de noviembre de 2025. La dirección hacia el Sol (opuesta a la flecha) apunta hacia la esquina inferior izquierda. (Crédito: M. Jäger, G. Rhemann, E. Prosperi)

 


Imagen profunda apilada de 3I/ATLAS, tomada el 9 de noviembre de 2025 mediante la combinación de 5 exposiciones de 3 minutos cada una, con dos telescopios. La dirección hacia el Sol apunta hacia la esquina inferior izquierda. (Crédito: Frank Niebling y Michael Buechner, publicada aquí).

 En julio y agosto de 2025, se infirió que el objeto interestelar 3I/ATLAS rotaba con un período de 16,16 (+/-0,01) horas.

La semana pasada, imágenes preliminares revelaron una red de jets (chorros) alrededor de 3I/ATLAS. Estos chorros observados en 3I/ATLAS deberían haberse difuminado debido a la rotación. Sin embargo, la imagen tomada por F. Niebling y M. Buechner el 9 de noviembre de 2025 muestra jets muy colimados que se extienden a distancias superiores al millón de kilómetros. A la velocidad térmica esperada de los volátiles sublimados de un cometa natural, 400 metros por segundo, el material tarda aproximadamente un mes en recorrer un millón de kilómetros.

¿Cómo podrían estos chorros mantener su orientación si 3I/ATLAS gira cada 16,16 horas?

La posibilidad de que los flujos de salida hayan ralentizado la rotación desde julio es improbable, ya que las asimetrías en la desgasificación suelen acelerarla. No se dispone de mediciones recientes del período de rotación de 3I/ATLAS, pero esperamos obtener datos relacionados en las próximas semanas. Otra posibilidad es que la iluminación solar induzca la desgasificación solo en ángulos específicos con respecto al Sol, determinados por la orientación de las bolsas de hielo y la topografía de la superficie del núcleo. Por ejemplo, las bolsas de hielo en valles profundos rodeados de montañas que las sombrean estarán expuestas a la luz solar directa y se sublimarán solo cuando el Sol se encuentre en el ángulo correcto. Esto daría lugar a flujos pulsantes desde ese punto con un período de 16,16 horas, resultando en un chorro que parece un conjunto de guisantes en una vaina, separados por una distancia de 400 metros por segundo multiplicada por 16,16 horas, lo que equivale a 23.270 kilómetros. Debería haber 43 guisantes en una vaina de un millón de kilómetros de longitud, y estas bocanadas de gas deberían estar todas orientadas en dirección al Sol, ya que el hielo se enfría rápidamente cuando no recibe luz solar. Este efecto de orientación hacia el Sol no podría explicar los jets que apuntan en dirección opuesta al Sol, como se observa en la imagen de 3I/ATLAS tomada por M. Jäger, G. Rhemann y E. Prosperi el 8 de noviembre de 2025. Alternativamente, las características aparentes podrían representar la estela evaporada de fragmentos expulsados ​​del núcleo principal. Esto implicaría que el núcleo explotó cerca del Sol, en contraste con la inferencia de un solo objeto a partir de la imagen obtenida por D. Jewitt y J. Luu el 11 de noviembre de 2025.

Una posibilidad más especulativa es que los chorros mantengan su direccionalidad porque son producidos por propulsores tecnológicos que preservan la orientación global para fines de navegación.

lunes, 17 de noviembre de 2025

FRAGMENTACIÓN DEL COMETA C/2025 K1 ATLAS

 

Crédito: F. Ferrigno/INAF/Univ. Parthenope, 1.82 m Copernicus Ttelescope en el Observatorio Asiago en Italia



CRÉDITO: Gianluca Masi, Virtual Telescope Project

El cometa C/2025 K1 (ATLAS) había adquirido mucho brillo en los meses siguientes a su descubrimiento en mayo de 2025, generando expectativas de ser uno de los cometas brillantes de 2025. Pero su paso por el perihelio el 8 de octubre debilitó su estructura, lo que llevó a su fragmentación el 11 de noviembre. En la impresionante imagen podemos ver los 3 fragmentos, 2 del mismo tamaño y un tercero mucho más pequeño, que fue descubierto posteriormente.

 


jueves, 13 de noviembre de 2025

¿BORISOV LO HIZO DE NUEVO? C/2025 V1 BORISOV COMETA “CASI ESTELAR”

 

Credit: A. Ivanov et al.

Dentro del marasmo de noticias sobre el cometa interestelar 3I Atlas (o la supuesta nave espacial de Avi Loeb) se difundió la noticia de que un supuesto nuevo cometa estelar, “compañero” del Atlas, había sido descubierto.

Fue el 2 de noviembre, lo descubrió el astronómo aficionado Gennady Borisov (mucho más importante para la astronomía que muchos astrónomos profesionales), su perihelio fue este 11 de noviembre y su magnitud no ha sido superior a 14. La probabilidad de que sea interestelar está dada por su órbita extremadamente hiperbólica, aunque todavía no se ha determinado si proviene de fuera del sistema solar o si proviene de la nube de Oort y una perturbación gravitacional en el camino cambió su órbita a hiperbólica y lo puso en camino fuera del sistema solar.


La extraordinaria estructura a gran escala de los chorros de cola y anticola de 3I/ATLAS POR AVI LOEB




 Imagen profunda compuesta de 3I/ATLAS, tomada entre las 5:08 y las 5:22 UT del 9 de noviembre de 2025, mediante la combinación de 5 exposiciones de 3 minutos cada una, con dos telescopios. La dirección hacia el Sol se encuentra en la esquina inferior izquierda. (Crédito: Frank Niebling y Michael Buechner)

Frank Niebling y Michael Buechner publicaron una magnífica imagen a gran escala del objeto interestelar 3I/ATLAS. La imagen compuesta combina una serie de 5 exposiciones, cada una con una duración de 3 minutos, tomadas con dos telescopios (TEC 140/f5 y ASI 6200MM) entre las 5:08 y las 5:23 UT del 9 de noviembre de 2025. La imagen muestra dos chorros anticola que se extienden hasta 10 minutos de arco hacia el Sol, acompañados de un chorro colimado más largo que se aleja del Sol hasta una separación angular de 30 minutos de arco, aproximadamente el diámetro del Sol o la Luna.

A la distancia actual de 3I/ATLAS a la Tierra, 326 millones de kilómetros, estas extensiones angulares corresponden a tamaños espaciales de 0,95 millones de kilómetros para los chorros anticola que se dirigen hacia el Sol y de 2,85 millones de kilómetros para el chorro colimado que se aleja del Sol. Esta enorme escala espacial es tres órdenes de magnitud mayor que la escala del halo brillante alrededor de 3I/ATLAS en la imagen del Telescopio Espacial Hubble del 21 de julio de 2025. Esta estructura de múltiples chorros constituye un objetivo excepcional para futuras observaciones con los telescopios Hubble y Webb, ya que 3I/ATLAS alcanzará su punto más cercano a la Tierra el 19 de diciembre de 2025. Su distancia mínima a la Tierra será de 269 millones de kilómetros, aproximadamente cien veces mayor que la extensión de la estructura de chorros en las imágenes actuales. Por lo tanto, es improbable que las sondas de partículas en satélites terrestres puedan captar partículas de estos chorros. Lo mismo ocurre con los detectores de partículas de la nave espacial Juno de la NASA, que orbita Júpiter (descrita aquí), y que sondeará 3I/ATLAS el 16 de marzo de 2026 desde una distancia de 53 millones de kilómetros, un orden de magnitud mayor que la extensión de la estructura de chorros actual. De manera similar, la nave espacial Juice de la ESA, en su camino a Júpiter, se encuentra actualmente a 64 millones de kilómetros de 3I/ATLAS y no puede interceptar estos chorros. Para un cometa natural, se espera que la velocidad de salida de los chorros sea de apenas 0,4 kilómetros por segundo, del orden de la velocidad del sonido en el gas a la distancia de 3I/ATLAS al Sol. Para que los chorros se extendieran a las escalas observadas, debieron haber sido expulsados ​​durante periodos de 3 meses para la cola y 1 mes para la anticola.

Dado que los chorros de la anticola solo se detienen a una distancia de aproximadamente 1 millón de kilómetros, su presión dinámica supera la del viento solar hasta esa distancia. El viento solar fluye a una velocidad de unos 400 kilómetros por segundo, mil veces mayor que la velocidad de salida de un cometa natural. Puesto que la presión dinámica es proporcional al cuadrado de la velocidad, esto significa que la densidad de masa más externa en la anticola es un millón de veces mayor que la del viento solar: unos pocos protones por centímetro cúbico. La densidad de masa más externa del chorro proporciona un flujo de masa de 2 millones de kilogramos por segundo por millón de kilómetros cuadrados. Sumando sobre un área del orden de 10 millones de kilómetros cuadrados, se obtiene una tasa de pérdida de masa de 50 mil millones de toneladas por mes. Esta masa es comparable a la masa mínima asociada con 3I/ATLAS, 33 mil millones de toneladas, que calculé aquí a partir de la ausencia de aceleración no gravitacional en los meses previos a octubre de 2025. Suponiendo una densidad sólida de 0,5 gramos por centímetro cúbico, esto significa que el diámetro de 3I/ATLAS debe ser mayor de 5 kilómetros. Si se trata de un cometa natural y la mayor parte de su núcleo sobrevivió al perihelio, entonces el diámetro de 3I/ATLAS debería ser de 10 kilómetros o más.

Esto plantea la primera y más importante anomalía que señalé en mi primer artículo sobre 3I/ATLAS. La masa inferida de más de 50 mil millones de toneladas es al menos un millón de veces mayor que la masa inferida de 1I/`Oumuamua. ¿Por qué tuvimos la fortuna de recibir un objeto tan gigante como el tercero en la lista de objetos interestelares, antes de haber observado un millón de objetos del tamaño de 1I/`Oumuamua? Como demostré en mi artículo, no hay suficiente material rocoso en el espacio interestelar para albergar la llegada de una roca helada tan gigante al sistema solar interior durante nuestro período de observación de una década. Cabría esperar que un objeto con un diámetro superior a 10 kilómetros llegara a nuestra vecindad una vez cada diez mil años o más. Esta anomalía tiene una probabilidad inferior al 0,1 % si todos los materiales rocosos se concentran en cuerpos grandes de este tamaño, o inferior al 0,0005 % si existe la misma cantidad de masa total por intervalo logarítmico de masa del paquete. Si a esto le sumamos la probabilidad del 0,2 % de que la trayectoria retrógrada de 3I/ATLAS esté alineada con una precisión de 5 grados con el plano de la eclíptica, obtenemos una probabilidad de una entre cien millones de que 3I/ATLAS se origine aleatoriamente como un cometa natural del espacio interestelar.

Si consideramos la posibilidad de que los chorros que emanan de 3I/ATLAS estén asociados con propulsores tecnológicos, la pérdida de masa necesaria podría ser de uno a dos órdenes de magnitud menor con tecnologías de origen humano. Los cohetes químicos se propulsan con una velocidad de escape de 3 a 5 kilómetros por segundo, diez veces mayor que la velocidad máxima de eyección de los volátiles sublimados por la luz solar en las superficies cometarias. Los propulsores iónicos alcanzan una velocidad de eyección aún mayor, de 10 a 50 kilómetros por segundo. Además, la tecnología alienígena podría emplear propulsores con velocidades aún mayores, reduciendo la pérdida de masa necesaria en más de dos órdenes de magnitud y haciendo que el combustible requerido sea inferior al uno por ciento de la masa de la nave espacial.

Teniendo en cuenta estas consideraciones, ¿es 3I/ATLAS de origen natural o tecnológico?

Las próximas observaciones espectroscópicas nos permitirán determinar la velocidad, el flujo de masa y la composición de sus chorros y, por lo tanto, responder a esta pregunta fundamental.

La base de la investigación científica pionera es la humildad para aprender, en lugar de la arrogancia de la pericia.